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Por Patricia Ramos, CNN Español

(CNN) – Los hechos que tiñeron de sangre la Plaza de las Tres Culturas en el México de 1968 los denunció con valentía, mediante los desgarradores testimonios que recopiló en su libro La noche de Tlatelolco.

La obra fue premiada por el entonces presidente Luis Echeverría, quien era secretario de Gobernación cuando cientos de estudiantes fueron masacrados en aquella ocasión.

Por esta razón, Elena Poniatowska  rechazó el galardón.

Llamada “la princesa Roja”, por sus ancestros imperiales: su padre, un príncipe, pertenecía a la familia real polaca.

Pero su noble linaje no ha impedido que su pluma milite en las filas de las causas sociales.

Elena escribe con maestría sobre los conflictos indígenas y habla sin pudor de los absurdos de la vida.

Por eso cuando se topó con el hablar recio y sabio de una mujer lavandera, decidió plasmar aquella vida en su laureado libro Hasta no verte, Jesús mio.

Poniatowska navega por el alma y las mentes de quienes se cruzan en su andar periodístico y literario, entre ellas la polémica fotógrafa y actriz Tina Modotti, quien adornó aquellas tertulias hechas poesía en los tiempos de Rivera, Siqueiros y Frida Khalo. De ahi su obra Tinisima.

Con todos ellos compartió.

El pintor Diego Rivera le dijo que “el colmo de la infelicidad oscila entre el estreñimiento y asistir sin ganas a una reunión mundana”.

Esta fue la única entrevista a la que la acompañó su madre, tras conocerse que el artista mexicano había pintado desnuda a la tía de Poniatowska, la famosa poetisa Pita Amor. Corrían los años 50.

Elenita, como le dicen, aquellos que se tutean con ella, sigue obsequiándonos sin pausa sus impredecibles textos.

Y, por cierto, es a su nana Magdalena Castillo a quien le debe el idioma español… ese que hoy engalana.