Por Rafael Romo, Editor Senior de Asuntos Latinoamericanos
(CNN) — Parecía bastante inocente: dos hombres famosos se encuentran por casualidad en un evento público, intercambian cumplidos y hablan cosas sin importancia, y posan para un autorretrato que más tarde sería publicado en Twitter.
Pero la reunión entre el actor Kevin Spacey, de “House of Cards”, y el presidente de México, Enrique Peña Nieto, este mes en Cancún se encuentra en el centro de una controversia política que tomó por sorpresa tanto a la estrella de Hollywood, como al gobernante mexicano.
Spacey, quien interpreta el papel de presidente en la serie de Netflix, publicó el autorretrato con el líder mexicano el 7 de mayo. “Un presidente es real. Con el presidente Nieto en #México. Que gusto conocer a un hombre que también está progresando en su primer año de mandato. @EPN”, fue el título en Twitter.
El autorretrato fue tomado en el Tianguis Turístico, una conferencia de turismo internacional celebrada en el complejo turístico de Cancún. Operadores de viajes y empresarios y compañías de turismo de todo del mundo, así como funcionarios y celebridades mexicanas asisten al evento organizado por el gobierno mexicano.
El presidente mexicano también publicó un fotografía con Spacey en su cuenta de Twitter, aunque fue más formal, una reunión en la que están sentados, hablando y mirando el uno al otro.
“Fue bueno estar con el actor @ KevinSpacey, invitado especial de #TianguisTuristico, ayer por la noche en Cancún”, escribió Peña Nieto en su cuenta de Twitter, el 7 de mayo.
“A los fans de @HouseofCards, lo siento, no puedo dar detalles de la tercera temporada”, escribió después el Presidente en forma de broma. Él también retuiteó el autorretrato de Spacey.
La controversia surgió el 12 de mayo luego que el columnista mexicano Salvador García Soto escribió en el periódico 24 Horas que el gobierno federal mexicano le había pagado a Spacey 8 millones de dólares. Los analistas políticos inmediatamente empezaron a cuestionar si la reunión fue realmente una “coincidencia” o una táctica descarada y de autopromoción del presidente, pagado por los contribuyentes mexicanos.
Spacey fue el primero en reaccionar a la ola de críticas en México. “La historia en relación a que el gobierno mexicano me pagó 8 millones de dólares o cualquier otra cantidad por el autorretrato, ¡no es cierta! Fui a México por un evento turístico. La reunión con el presidente no fue planeada en lo absoluto”, tuiteó Spacey el 16 de mayo.
Él había tuiteado anteriormente que su apoyo a Peña Nieto no era necesariamente personal. “Creo que nadie entendió la broma. Yo estaba interpretando el personaje de Francis Underwood de la serie “House of Cards”, ¡no a mí mismo! No sé nada sobre política mexicana”, dijo Spacey.
CNN contactó a los funcionarios mexicanos para comentar. En un correo electrónico, Rodolfo López Negrete, funcionario ejecutivo del Comité Turístico Mexicano, dijo que a Spacey se le pagó por llegar al evento turístico, pero no para posar con el presidente.
“La participación de Kevin Spacey en el Tianguis Turístico fue parte del programa general del evento. El Tianguis se autofinancia por medio de la venta de stands y tarifas de ingreso. También tenemos patrocinadores a través de los cuales los proveedores de servicios turísticos financian algunos de los gastos”, escribió López Negrete.
López Negrete no especificó la cantidad que Spacey recibió por presentarse, pero dijo que el evento completo tuvo un costo entre 40 millones y 45 millones de pesos (más o menos entre 3,1 a 3,5 millones de dólares).
Esta y otras explicaciones no han servido de mucho para detener las críticas en México. Un lector de 24 Horas, el periódico que originalmente reportó el pago, cínicamente pidió a sus amigos mexicanos que pagaran sus impuestos.
“No dejemos de cumplir con nuestras obligaciones fiscales”, escribió el lector. Imbécil. Tantos niños en la calle y familias sin trabajo y él está gastando el dinero de México en sus (obscenidad) pasatiempos”.