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Por Jen Christensen, CNN

(CNN) – La cafeína afecta a los chicos más que a las chicas, pero solo después de que llegan a la pubertad, según un nuevo estudio publicado en la revista Pediatrics.

Jennifer Temple, autora principal del estudio y profesora en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Buffalo, en Estados Unidos, se percató por primera vez de una tendencia hace algunos años cuando investigaba las dietas de los niños. Temple, quien estudió la cafeína durante ocho años, se sorprendió por la cantidad de refresco o café que bebían los niños en sus estudios.

Cuando analizó la literatura médica, había muy poco sobre el impacto de la cafeína en los cuerpos en crecimiento y eso la decidió a estudiar el fenómeno.

“No empezamos esta investigación con una hipótesis sobre las diferencias de sexo”, dijo Temple, “sino que surgió en nuestra investigación”.

Aproximadamente el 73% de los niños tomaba algún tipo de cafeína diariamente, dice la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés). La AAP preferiría que los niños no consumieran cafeína. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) no establece un estándar delo que considera una cantidad segura para los niños. Para los adultos, un nivel diario seguro, según la FDA, es el equivalente a lo que se encuentra en aproximadamente cuatro o cinco tazas de café.

La cafeína no tiene valor nutricional. Aunque es un estimulante psicoactivo que puede mejorar la alerta y los estados de ánimo, también forma un hábito. En grandes dosis puede causar nervios, tensión e insomnio. También puede aumentar la presión sanguínea y reducir el ritmo cardíaco de una persona, con independencia de su edad.

Noventa y cinco niños participaron en el estudio de Temple. Los científicos les dieron tres bebidas diferentes: jugo de naranja, un refresco de sabor lima-limón, y un tipo de limonada con un placebo añadido o con cafeína. Ni los niños ni sus padres sabían cuál de las bebidas tenía cafeína.

Los científicos analizaron la presión sanguínea y ritmo cardíaco de los jóvenes en seis ocasiones.

No encontraron diferencia de género en la forma en la que la cafeína afectaba a los niños de entre ocho y nueve años. Pero cuando analizaron los resultados de los de mayor edad, encontraron que los chicos de entre 15 y 17 años reaccionaban más inmediatamente a la cafeína que las chicas. Los ritmos cardíacos de los adolescentes disminuyeron y su presión sanguínea sistólica subió mucho más que la de las adolescentes. Diferencias similares de sexo se encontraron en adultos en estudios anteriores.

Lo que marca la diferencia, según los científicos, es la pubertad. Sin embargo, no están seguros de si es algo psicológico; como la cantidad de hormonas esteroides que un adolescente genera en comparación con las de un niño, o si se debe a otros factores.

Los científicos también vieron una diferencia en la forma en la que la cafeína afectaba a las niñas dependiendo del momento de su ciclo menstrual. La disminución del ritmo cardíaco era mayor si una niña estaba en la mitad de la fase folicular de su periodo (cerca del comienzo del ciclo), comparado con cuando estaba en medio de la etapa lútea (hacia el final del ciclo justo antes de la menstruación).