Por Hugo Chavez Barroso, columnista de Bleacher Report
(Bleacher Report) – Brasil jugará contra Chile en octavos de final y, si avanza, se enfrentará al ganador del partido entre Colombia y Uruguay.
Estaba previsto que la Copa América 2015 se llevara a cabo en Brasil, pero ahora que el país del Amazonas es el anfitrión de la Copa del Mundo y en 2016, de los Juegos Olímpicos, decidieron cederle el honor a Chile. ¿Quién iba a pensar que Brasil terminaría siendo el anfitrión de una “Copa América” dentro de la Copa del Mundo? Básicamente, Brasil jugará en una categoría de la Copa América hasta las semifinales.
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La Copa América es el torneo más antiguo entre equipos nacionales, y la fase clasificatoria de la Conmebol se ha llevado a cabo en un formato de grupos desde las eliminatorias para Francia 98; por lo tanto, Brasil conoce muy bien a sus rivales. El problema es que sus rivales de Sudamérica también lo conocen muy bien; es casi como dormir con el enemigo.
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Esta es la primera Copa del Mundo en Sudamérica desde Argentina 1978. Muchas cosas han cambiado en el mundo desde entonces, entre ellas la popularidad del torneo de la FIFA. Esta es la primera vez, al menos para una nueva generación desde Argentina 78, que los suramericanos ven a sus países jugar “en casa” en una Copa del Mundo.
Aficionados de Chile, Colombia y Uruguay han inundado las calles de Brasil y se han apropiado de ellas con sus cantos y folclore. Se dice que a los equipos europeos, y de cualquier otro lugar para el caso, les cuesta jugar en torneos suramericanos por las condiciones. Desafortunadamente para el cuadro brasileño, la ventaja de ser el país anfitrión no será un factor en las próximas dos rondas, ya que sus rivales de la CONMEBOL se sienten en casa en Brasil.
Alrededor del mundo, Brasil llega como el favorito contra cualquiera de esos rivales sudamericanos, pero internamente, los brasileños saben que ellos podrían ser los oponentes más peligrosos que podrían enfrentar en su camino hacia la victoria.
Empecemos con Chile.
La Roja ha sido eliminada por Brasil en las últimas dos Copas del Mundo en las que ha participado. La generación de Marcelo Salas e Iván Zamorano sufrió una eliminación por un 4-1 a manos de Ronaldo en Francia. El equipo de Marcelo Bielsa perdió 3-0 en Sudáfrica. Y ni siquiera en 1962, cuando Chile era el anfitrión de la Copa del Mundo y tuvo su mejor desempeño en el torneo, fue capaz de escapar de la eliminación a manos de sus vecinos sudamericanos.
Además de eso, un período vergonzoso y uno de los más oscuros del fútbol chileno ocurrió en 1989 en un partido contra Brasil para clasificar a Italia 1990. Al final del episodio, Chile fue expulsado de la fase de clasificación para Italia 1990 y Estados Unidos 1994.
Chile ha tenido algunos momentos gloriosos contra Brasil, entre ellos una victoria 4-0 durante la Copa América 1987. Aparte de eso, si alguien tiene deudas pendientes con Brasil, tiene que ser Chile. ¿Qué mejor momento u oportunidad para Chile de tomar venganza, que en la propia Copa del Mundo de Brasil? Eso sin duda cerrará algunas heridas en la historia del fútbol de Chile.
Los aficionados chilenos están cansados de perder contra el cuadro brasileño, e incluso le han escrito una larga y emotiva carta a su selección nacional que ha estado circulando por Brasil.
Este es un pequeño extracto de la carta.
“Si ustedes le pueden ganar a Brasil, un sedentario puede hacer ejercicio. Si le pueden ganar al país anfitrión, un indeciso puede pedirle a su amor platónico que sea su novia… esta carta es para ustedes (entrenadores de Chile) y sus jugadores. No se escribió en 1998 ni en el 2010. Fue escrita en 2014 porque este es el año en que se puede… no queremos morir sin haber ganado nada jamás. Sin celebrar nunca nada…”
Si Brasil vence a Chile, el siguiente oponente no será menos complicado.
Colombia ha jugado el fútbol más espectacular en esta Copa del Mundo y ellos también tienen a uno de los mejores jugadores del torneo en James Rodríguez.
Brasil y Colombia no se han enfrentado tantas veces como lo han hecho otros equipos de la CONMEBOL, pero Brasil tiene una abrumadora historia de victorias ante Colombia. La última vez que Colombia pudo ganarle a Brasil en un partido importante fue en la Copa América 1991, cuando la generación de oro de Colombia estaba en su apogeo.
Sin embargo, esta Colombia es diferente. Ya han hecho trizas los récords que los anteriores equipos colombianos tuvieron en Copas del Mundo, y lo han hecho sin el jugador más simbólico de esta generación: Radamel Falcao. Esta selección Colombia habría podido sentir lástima de sí misma después de la lesión de Falcao y habría podido usar esto como excusa para el fracaso, pero no lo hicieron, y en cambio, han demostrado que están listos para salir a un escenario importante.
Y luego está Uruguay.
El pequeño país ha ganado dos Copas del Mundo. El país que se ve como la minoría de las minorías. El equipo que más veces ha ganado la Copa América, más que Argentina y Brasil. El equipo que nadie creía iba a salir del Grupo D después de perder contra Costa Rica. El equipo que tenía que ganar dos “finales” para pasar a octavos, contra dos históricas potencias europeas. El equipo que ahora enfrentará el resto del torneo sin su principal delantero, Luis Suárez.
¿Alguien se atreve a desechar a Uruguay?
Es casi como si la Celeste estuviera hecha para vivir al borde, para ser el inesperado, el rechazado de los rechazados. Y si hay un equipo que sabe como derrotar a Brasil en torneos importantes, es Uruguay. Después de todo, solo hay un equipo responsable de las lágrimas de la población entera de Brasil luego de la “tragedia” del Maracanazo.
Ya ha pasado más de medio siglo, pero el fantasma de la Copa del Mundo de 1950 aún vive en las mentes de los aficionados brasileños. Podrían negarlo, pero al ver lo felices que se sintieron después que Uruguay perdió contra Costa Rica, puedes ver que el resentimiento sigue ahí.
Los brasileños dicen que Dios es brasileño. Y según lo que se puede leer dentro del museo de fútbol en Sao Paulo, Él los libró de desastres naturales, y a cambio les dio el Maracanazo. Si Brasil y Uruguay pasan a cuartos de final, será interesante ver si la voluntad de Dios ha cambiado últimamente respecto al mito uruguayo.