Por Ben Wedeman
(CNN) — Mientras los cohetes y los misiles vuelan sobre la frontera entre Israel y Gaza, Ben Wedeman, de CNN, describe cómo está la atmósfera en los alrededores de Gaza.
¿Hay ánimo beligerante en Gaza?
No. Las personas que no tienen filiación a facción alguna sienten poco entusiasmo por esta crisis. La gente está exhausta. No creen que haya beneficios en disparar misiles hacia Israel, cosa que provoca ataques aéreos que perturban extremadamente la vida cotidiana.
Tengan presente que a mediados de 2013, tras el derrocamiento del gobierno de Morsi en Egipto, se destruyeron muchos de los túneles que cruzaban la frontera, así que la economía está en pésimo estado.
La mayoría de los palestinos de Gaza desearían que la paz regresara de inmediato. Están frustrados porque desde 2006, cuando Hamas ganó las elecciones y tomó el poder, Gaza ha estado bajo asedio. Es muy difícil salir de aquí… es muy difícil ganarse la vida, por lo tanto pocas personas respaldan este estallido.
¿La gente apoya a Hamas?
Hamas se muestra desafiante y señala que la sangre de los mártires será el combustible para la intifada. Por la noche del lunes se atribuyó haber lanzado 60 misiles hacia Israel. Están en pie de guerra.
Hamas culpa a Israel del estallido actual pero no da muestras de querer la paz. Van a lanzar misiles hacia Israel hasta que haya una especie de alto al fuego.
En noviembre de 2012, los egipcios lograron interceder entre Israel y Hamas y eso propició un alto al fuego, pero ahora hay un gobierno muy diferente en El Cairo que es hostil a Hamas y al que aparentemente no le interesa intervenir para llevar la calma a Gaza.
¿Cuál es la actitud hacia Israel?
La mayoría de las personas de Gaza son descendientes de aquellas personas a las que expulsaron o que huyeron de sus hogares entre 1948 y 1949 y algunos provienen de las mismas zonas a las que se dirigen los misiles de Gaza.
Hay una profunda sensación de pérdida, de despojo, que es particularmente intensa en épocas de conflicto.
Un hombre me dijo: “Espero que bombardeen al Knessetn (parlamento israelí)”, refiriéndose a los militantes que disparan los cohetes. Otro hombre que estaba afuera de una casa en Khan Yunis en la que acababa de caer un misil y había matado a siete personas me dijo: “Los israelíes nos han matado desde que tengo memoria. Y seguirán matándonos después de que yo haya muerto”.
¿Hay una oposición crítica a Hamas en Gaza?
Sí, la hay. Muchas personas con las que hablas se oponen a ellos porque lo único que provocan al lanzar cohetes es empeorar las cosas.
Uno de los hombres con quienes hablé me dijo: “Claro que nos desagrada Hamas y queremos que se vayan, pero si dijera eso en público tendría problemas”.
Obviamente pocas personas disienten en público; en privado son muchos. La única oposición real a Hamas es al Fatah, pero esa facción domina solamente en la Margen Occidental y no en Gaza.
¿Por qué se agravaron las cosas ahora? ¿Hay algo más que las matanzas en venganza por la muerte de los adolescentes israelíes y palestinos?
Tras los asesinatos de los adolescentes israelíes a quienes secuestraron el 12 de junio, las autoridades dejaron en claro que operaban sobre dos líneas en la Margen Occidental y en otras partes: por un lado querían encontrar a los muchachos y atrapar a los secuestradores; por el otro emprendieron una campaña contra Hamas. Eso ciertamente dio la pauta.
Pero hay que retroceder al 1 de abril, cuando el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, anunció que habría un pacto de unidad o reconciliación entre al Fatah y Hamas.
El pacto tuvo mucho que ver para que Israel decidiera detener las negociaciones con los palestinos en la iniciativa para la paz en Medio Oriente del secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry. Así, el discurso israelí contra Hamas y el pacto de unidad se ha intensificado desde el 1 de abril y se redobló a partir del 12 de junio, con el secuestro de los muchachos israelíes.
¿La inestabilidad en Iraq, Siria y Egipto tiene efectos en la situación?
Este no es un conflicto reciente. Surgió hace 100 años, a la llegada de los primeros colonos sionistas en Palestina; este es simplemente el capítulo más reciente de una historia muy larga. Ciertamente le afecta la situación que reina en otras partes de la región, pero en gran medida es un problema independiente.
Algunos funcionarios del gobierno y las fuerzas armadas israelíes están preocupados de que la inestabilidad en otras partes pueda afectar la situación en la Margen Occidental en particular. Entienden que la Margen Occidental es inestable: ha habido enfrentamientos en Gaza y en las ciudades palestino-israelíes del norte de Israel. Están conscientes de que la inestabilidad en el exterior de Israel podría reflejarse en inestabilidad en el interior del país y en los territorios que controla.
¿Cómo está la situación en Gaza en comparación con las otras veces en que has estado allí?
Es sombría. La mayoría de las tiendas están cerradas y eso puede deberse al Ramadán o al deplorable estado en el que está la economía desde el levantamiento en Egipto de 2013.
Reina el hastío ante la situación anormal constante. Hay que tener presente que la Segunda Intifada palestina empezó en septiembre de 2000 y en Gaza ocurrieron los enfrentamientos y combates más intensos entre las fuerzas israelíes y los palestinos. A eso siguió el ascenso de Hamas al poder en 2007. Luego, a finales de 2008 y principios de 2009, ocurrió la guerra entre Israel y Hamas. Luego, en noviembre de 2012 hubo otra crisis entre Hamas e Israel. Y ahora esto.
En vista de la situación económica, la gente está absolutamente exhausta por los problemas, crisis, guerras, enfrentamientos y levantamientos constantes.
La situación empeora. No hay indicios de que el sitio israelí de Gaza —como lo llaman— termine. Israel sigue controlando estrictamente lo que entra y sale de Gaza en cuanto a productos, medicamentos y personas. Egipto también controla firmemente esa frontera y a menudo la cierra durante varias semanas consecutivas. Los ataques aéreos y con misiles empeoran.
Muchas personas dependen de la ONU, que provee muchos suministros de una forma o de otra. Si tienes suerte puedes conseguir empleo con el gobierno de Hamas, en la Policía o en la burocracia.
Hay gente que se dedica a la agricultura o a la industria ligera, pero los empleos son escasos y esporádicos.
¿Qué es lo más probable que ocurra?
El Ministerio de Defensa de Israel ha señalado que es probable que la operación dure varios días, así que podemos esperar más de lo mismo.
Esta mañana, un portavoz del ministerio de Defensa de Israel dijo que creían que Hamas tiene un arsenal de unos 10,000 cohetes. En algún momento se acabarán, pero hasta ahora el ministerio cree que solo han disparado una décima parte de ese arsenal, así que es probable que los lanzamientos continúen.
Israel señaló que tiene dos objetivos en esta misión a la que llaman Operación Filo Protector. Uno es detener los lanzamientos de cohetes contra Israel y el segundo es atacar a Hamas.
Sin embargo, Hamas no es solo una organización militar: es una organización política, es el gobierno en Gaza. Administra las escuelas, hospitales y clínicas, así que ¿cuál es el significado de atacar a Hamas? Israel ha hablado de destruir a Hamas y nadie en Gaza cree que sea un objetivo realista ni razonable.
Así que esto podría seguir por días o semanas. En 2009, la guerra duró poco más de tres semanas. No creo que esta dure tanto, pero podría durar un rato.
¿Qué hace la comunidad internacional para aliviar las tensiones?
No está del todo claro. Egipto había tenido cierta influencia sobre Hamas, pero no necesariamente sigue teniéndola. El primer ministro de Egipto, Abdel Fattah al Sisi, es extremadamente hostil hacia Hamas, rama palestina de la Hermandad Musulmana a la que ha atacado implacablemente. Así que él no derramará una sola lágrima si derrotan a Hamas en Gaza.
Estados Unidos considera que Hamas es una organización terrorista y hasta donde sé, no habla con ellos.
Por lo tanto parece que no hay un intermediario que trate de aliviar esta situación.
El gobierno turco, bajo el mando del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, tiene buenas relaciones con Hamas y relaciones aceptables con Estados Unidos, una de las potencias que podrían involucrarse. Pero hasta ahora no hay indicios de que eso vaya a ocurrir.
Así que no parece que la comunidad internacional tenga prisa por involucrarse. Claro que hay otros fuegos ardiendo en la región: Iraq, Siria, Libia. El conflicto entre Gaza e Israel es añejo, ha causado frustración en muchos pacificadores potenciales y asusta a muchos otros que podrían considerar serlo.
En Washington solo se hacen los llamados usuales a la mesura. Parece, al menos públicamente, que no están presionando demasiado a Israel —cosa a la que siempre se resisten— y que tienen pocos medios para presionar a Hamas.