Por Evan Perez y Catherine E. Shoichet, CNN
(CNN) — El primer grupo de una reciente ola de inmigrantes ilegales han sido deportados a Honduras, informó este lunes el Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos.
Aproximadamente unos 40 adultos y niños que habían sido mantenidos en Artesia, Nuevo México, fueron regresados al gobierno de Honduras por funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), de acuerdo a un comunicado del Departamento de Seguridad Interna de EU.
“Nuestra frontera no está abierta a la migración ilegal y vamos a enviar a los recientes migrantes ilegales de regreso”, informó el Departamento de Seguridad Interna en un comunicado. “Esperamos que más migrantes sean regresados a Honduras, Guatemala y El Salvador en los próximos días.”
En el edificio de Artesia, que puede albergar hasta 700 personas, las autoridades dijeron que los migrantes sin documentos serán mantenidos hasta que se determine su situación legal.
El objetivo, informaron los funcionarios la semana pasada, es proceder con los casos de cada uno de ellos en los próximos dos a cuatro días. Conferencias por video con jueces han acelerado los proceso, dijeron los funcionarios.
Antes de que abriera sus puertas el edificio, grupos de mujeres con niños de Centro América eran liberados bajo vigilancia, dejados en estaciones de autobuses alrededor del Suroeste de Estados Unidos y se les instruía a que se reportaran en un mes con las Oficinas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos.
Muchos nunca se presentan y se incorporan a los 11 millones de indocumentados del país, según el Consejo Nacional de la Patrulla Fronteriza, sindicato que representa a los agentes de esa corporación.
Se espera que Estados Unidos lleve a cabo más deportaciones a Honduras, Guatemala y El Salvador, en los próximos días.
Desde octubre pasado, más de 52.000 niños han sido detenidos al intentar cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, una creciente cifra que ha puesto en alerta a los gobiernos de EU, México y de varios países de Centroamérica ante la crisis humanitaria que ello representa.
Una combinación de pobreza, violencia y falsas promesas de los contrabandistas provoca la llegada de centroamericanos.