Nota del editor: Este artículo fue originalmente publicado en 2014. cuando se cumplieron los 30 años de la ley de la edad mínima para beber.
(CNN) – Probablemente pienso más sobre los peligros de beber más que la persona promedio porque existe alcoholismo en mi familia.
Como madre, estoy un poco obsesionada en averiguar qué puedo hacer para asegurarme que mis hijos, de 6 y 8, no tengan problemas con el alcohol cuando sean mayores.
Así que, en este 30° aniversario cuando la edad nacional para beber se aumentó a 21 años, me pregunto a mí misma lo siguiente: ¿Estoy mejor sin dejar que mis hijas beban a mi alrededor, en casa o en celebraciones familiares, hasta que alcancen la edad legal mínima para beber o hará que beber sea menos un tabú y atractivo si las dejo que empiecen a beber en su casa, tal vez algunos sorbos de vino y cerveza, durante sus años de adolescencia?
Si nos fijamos en la evidencia científica, parece que más estudios señalan una consecuencia negativa cuando los padres ofrecen incluso una pequeña cantidad de alcohol.
Un informe reciente publicado en la Revista de Estudios sobre el Alcohol y las Drogas destacó dos de estos estudios: uno realizado en el 2011 en Suecia, en niños de 13 años de edad, encontró que cuando los padres le ofrecieron alcohol a los niños, se asoció con una mayor probabilidad de consumo episódico de alcohol en las niñas, pero no en los varones; y un estudio realizado en 1997 en alumnos de cuarto y sexto grado en los Estados Unidos encontró que cuando los padres ofrecen a los niños una pequeña cantidad de alcohol, los niños eran más propensos a iniciar el consumo de alcohol por su propia cuenta.
Además, otro estudio comparó a los alumnos de séptimo grado de los Estados Unidos y Australia, donde se permite beber a los adolescentes bajo la supervisión de un adulto. El 36% de los adolescentes australianos tuvo problemas con el consumo de alcohol excesivo en comparación con solo el 21% de los adolescentes estadounidenses, de acuerdo con el estudio de 2011.
“Creo que la evidencia me sugiere que no estás haciendo lo mejor si proporcionas alcohol a tus hijos”, dijo en una entrevista el Dr. Ralph Hingson, director de la división de investigación en epidemiología y prevención para el Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo.
“Pueda ser que no vaya a pasar nada, pero es como si estuvieras conduciendo un auto muy rápido en un barrio residencial, en el que la probabilidad de causar un accidente automovilístico aumenta porque estás tomando un riesgo innecesario”.
Pero, hay por lo menos un estudio que muestra que beber con los padres puede llevar a resultados positivos.
El estudio, publicado en el Journal of Adolescent Heath en el 2004 y exhibido en una historia de la revista Time en el 2008, encontró que los niños que bebían con sus padres tenían la mitad de probabilidad de decir que habían bebido alcohol en el último mes y alrededor de un tercio de probabilidad de admitir que bebían alcohol en exceso (cinco o más bebidas de un solo) en las dos semanas anteriores.
Stanton Peele es psicólogo, experto en adicciones y autor de varios libros sobre la adicción, incluyendo “Addiction Proof Your Child”.
El padre de tres hijos de la ciudad de Nueva York dijo que les permitió a sus hijos, que ahora tienen 20 y 30 años, tomar un par de tragos de alcohol durante las comidas en sus años de adolescencia y luego alrededor de 16 tomaron un vaso de vino.
“Las probabilidades que los niños vayan a la universidad… y no consuman alcohol son mínimas”, dijo Peele, quien también proporciona tratamiento y apoyo en línea para las adicciones.
“Así que la pregunta que todo padre tiene que hacerse es: ¿Quién va a enseñarles a beber?”
Brian Gresko de Brooklyn, Nueva York, un contribuyente de Babble.com, dice que él y su esposa ya le están enseñando a su hijo joven sobre la bebida.
En su casa, el alcohol es parte de la cultura de la familia, dijo Gresko, quien dice que él y su esposa siempre tienen cócteles, una copa de vino o una cerveza mientras se cocina la cena y durante la comida.
“No lo hacemos a escondidas de nuestro hijo de 5 años de edad. Félix conoce a los tipos de nuestra tienda local de vinos, y a veces me pide que le haga una ‘bebida sin alcohol’ cuando bebemos cócteles”, dijo Gresko, editor de una reciente antología de 22 novelistas que escriben sobre la paternidad llamada: “When I First Held You”.
“El alcohol es parte de la vida, y prefiero que empiece a formar una relación con ello bajo mi supervisión y no en secreto con sus amigos, donde quién sabe lo que podría suceder”.
Elena Sonnino, escritora sobre bienestar, estratega de medios sociales y fundadora del sitio Live.Do.Grow, también quiere que su hija de 9 años de edad se sienta lo suficientemente cómoda en hablar con ella sobre cualquier cosa, pero ella tiene un enfoque diferente.
Recientemente redujo de tomar una copa de vino todas las noches a tomar una sola copa a la semana por razones de bienestar y no cree permitir que su hija tome sorbos de alcohol hasta que legalmente pueda tomarlos.
“No vamos a darle a probar, ya que estamos tratando de demostrarle que beber vino es una responsabilidad”, dijo la madre del norte de Virginia. “Tienes una responsabilidad cuando empiezas a beber cualquier cosa, vino o lo que sea, y tienes que ser capaz de tomar buenas decisiones, y hasta que tengas 18 o 21, tu cerebro no estará completamente formado”.
Melissa Moog, una madre de tres hijos y fundadora de Itsabelly Baby Planners, un servicio de consultoría para padres primerizos y seguridad de los bebés, tampoco dejaría que sus hijos disfruten sorbos de vino y cerveza.
“Creo que la edad legal para beber se estableció por una muy buena razón”, dijo Moog de Portland, Oregon. “Si le hubiera permitido a mi hija probar un sorbo a los 16 años, estaría nervioso que ella en su subconsciente pensara que yo estaba de acuerdo con el hecho que bebiera antes de la edad límite legal porque la dejé tomar un sorbo de mi bebida”.
Aunque tengo que admitir que aún sigo tan confundida como siempre en cuanto a qué voy a hacer cuando mis niñas sean mayores, hay algunas cosas de las que estoy bastante segura pues están respaldadas por pruebas sólidas.
Nunca me voy a embriagar delante de mis hijos, pues hay estudios que muestran que los niños que ven a sus padres ebrios son más propensos a embriagarse ellos mismos.
Y voy a hablar con mis hijas sobre el alcohol a medida que se hacen mayores. Ese es el enfoque de la campaña en línea #TalkEarly realizada por la Fundación para el Avance de Responsabilidad hacia el Alcohol, animando a los padres a tener conversaciones a temprana edad para que cuando los niños crezcan, el tema del consumo de alcohol no sea un tabú.
Un gran enfoque también está alentando a los padres a ver lo que dicen y hacen en los medios sociales, incluyendo hacer bromas acerca de la necesidad de un vaso de vino.
“Evita transmitir el mensaje ‘necesito un trago’ después de un largo día o una situación estresante, y hablar de lo que se siente embriagarse”, dijo Micky Morrison, madre de dos hijos y fundadora de BabyWeight TV.
Michelle Staruiala, una madre de tres en Saskatchewan, quien dijo que sus hijos rara vez la ven tomar un trago, prueba que la buena comunicación puede dar lugar a resultados positivos.
Ella siempre ha hablado con sus hijos sobre todo, dijo, y recientemente le preguntó a su hijo de 16 años de edad sobre por qué a veces no sale con sus amigos.
“Él se queda como, ‘mamá, algunos de ellos están bebiendo… No me siento cómodo estando alrededor de esas situaciones’”.
“Él realmente le ha puesto atención a nuestras conversaciones y, hasta ahora, nunca ha tomado un trago en su vida. Así que cuando tienes 16, hoy en día eso es una especie de cosa rara”, añadió con una sonrisa.