Por Kieron Monks, para CNN

(CNN) – Cuando el tifón Rammasun azotó el mar de China Meridional en julio, un pequeño barco quedó atrapado a su paso. La mortal tormenta levantó olas de más de 10 metros de altura y vientos de aproximadamente 322 kilómetros por hora. Cualquier barco común hubiera quedado destrozado, pero esta nave de unos pocos pies de longitud navegaba sin dejar de funcionar.

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El Wave Glider es un drone acuático desarrollado por el emprendimiento californiano Liquid Robotics. Estaba recolectando información medioambiental cuando la tormenta azotó y continuó a lo largo de la misma para recopilar un conjunto de datos único de las condiciones creadas por el Rammasun. Los instrumentos de la nave registraron la velocidad y el movimiento de las olas, la corriente y el viento desde el epicentro; estas son las primeras mediciones de una tormenta tan poderosa que ahora están disponibles para que los científicos las utilicen en el desarrollo de sistemas de advertencia.

El Glider consiste de dos partes: una estructura semejante a una tabla de surf que flota en la superficie, la cual lleva una fila de paneles solares que proporcionan energía a la nave. Está conectada por cable a las sofisticadas herramientas de medición que flotan cinco metros bajo la superficie, protegida de los elementos más feroces, impulsada por alas propulsadas por las olas que también sirven como un ancla para hacerla casi indestructible.

”Podemos ubicarlos en lugares donde los humanos no estarían felices de ir… hay enorme potencial para salvar vidas y prevenir daños”, aseguró Graham Hine, cofundador de Liquid Robotics. “Es evidente que podemos pronosticar la dirección de un huracán, la intensidad y entender mejor la formación original de las tormentas”.

Más allá de evitar desastres, el drone está siendo utilizado en misiones para una mejor comprensión del 95% de los océanos del mundo que aún no han sido explorados. Los Wave Glider miden los niveles de acidificación y el daño ambiental, y monitorean la vida silvestre en un esfuerzo por ayudar a la conservación. Buscan nuevas fuentes de combustible, químicos y medicinas, y brindan seguridad contra minas y otros peligros.

Hine cree que el drone ya ha transformado la exploración y prevé un rápido progreso. “Mientras más los uses más eficientes son, porque si lanzas 50 solamente usas un barco, el cual es el mayor gasto”, dijo. “Es un cambio paradigmático hacia el uso de grandes flotas para una cobertura e investigación más amplia. Y la tecnología (de sensores) mejora mientras más la usas”.

La flota se está expandiendo a un ritmo constante; este verano vio el conjunto más grande de Gliders hasta ahora investigando el hielo del ártico para registrar gráficamente los efectos del calentamiento, así como para buscar hidrocarburos. Tales capacidades han hecho que la compañía gane una creciente cartera de clientes en el área de la conservación, la búsqueda de combustibles y el ejército.

El último modelo SV3 está siendo mejorado para aumentar la capacidad de almacenamiento de energía, la fiabilidad y la sofisticación de su algoritmo, pero los expertos creen que los sistemas están ya desarrollados.

“En los últimos veinte años estas plataformas pasaron de casos experimentales únicos a ser algo confiable”, dijo Chris Roman, profesor de oceanografía de la Universidad de Rhode Island, quien usa los drones en la búsqueda de derrames de petróleo. “Nosotros no podemos ir a todas partes en submarinos tripulados, así que estos ofrecen un alcance mayor; si los submarinos se comparan a buscar con un microscopio, estos son como satélites”.

El Wave Glider es “una importante flecha en la aljaba”, dijo Roman, ya que ofrece perspectivas valiosas dentro de su campo, pero se limita a la región de la superficie. A él le gustaría ver el trabajo del drone combinado con aquel de naves como el Nereus, el navío autónomo de mayor profundidad, de la Institución Oceanográfica Woods Hole (WHOI, por sus siglas en ingles), que se perdió en mayo en la zanja de Kermadec a una profundidad de 10.000 metros.

Las aplicaciones de más rápido crecimiento en el campo son las militares y las de combustibles, pero Roman cree que hay mayores premios disponibles.

“Las cosas importantes son medir los niveles de CO2 y la acidificación; los principales indicadores del estado del océano”, dice. “Esta es una gran pregunta y mientras exista más observación en diferentes partes del océano, mejora enormemente nuestra capacidad para medirlo”.

Al ver hacia el futuro, Liquid Robotics está abriendo sus plataformas a instituciones de investigación para desarrollar nuevos y mejores sensores para crear nuevos campos de investigación.

Una visión más ambiciosa es la construcción de la comunicación, no solo entre un drone y un centro de mando, sino también entre grupos de drones que trabajan juntos. Más allá de esto, los innovadores en este campo están buscando otro nivel de información que combina la investigación de drones en la superficie con drones en el fondo del mar, drones aéreos y satélites en el espacio.

Hasta ahora, la humanidad ha logrado explorar el 5% de los océanos del mundo, pero en la era no tripulada estamos recuperando el tiempo perdido.