Por Hilary Whiteman
(CNN) — Lo que se suponía sería un sencillo acuerdo monetario para tener un bebé para unos padres desesperados se ha vuelto un disputa internacional sobre quién dijo qué, y expuso el lado oscuro de un negocio acreditado con la creación de felicidad para varias parejas.
En el centro del debate está Gammy, un bebé de siete meses con síndrome de Down y una condición congenital en el corazón que actualmente recibe tratamiento por una infección de pulmón en un hospital privado en Tailandia.
Por días, la madre sustituta de Gammy, la trabajadora de un puesto de comida tailandesa de 21 años Pattharamon Chanbua, ha dicho a la prensa local y extranjera que la pareja abandonó a su hijo con Down, llevándose a casa a su hermana saludable.
Después de negar inicialmente saber sobre el bebé Gammy, una persona cercana a la pareja envió un comunicado al periódico australiano asegurando que dejaron a Gammy porque les habían dicho que no iba a sobrevivr.
“Gammy estaba muy enfermo cuando nació y a los padres biológicos les fue dicho que no sobreviviría y tenía un día, a lo mucho, para vivir y decirle adiós”, indicó la persona sin identificar a Bunbury Mail, en Australia Occidental, donde la pareja vive.
Miedo y mentiras
El conocido de la pareja aseguró que la madre sustituta dio a luz en un hospital distinto al que habían acordado, lo cual invalidó el contrato de alquiler de vientre. La pareja tenía miedo, dijo, que Pattharamon pudiera cambiar de idea sobre el segundo niño, y pudieran dejar Tailandia sin los niños.
Según el reporte, el conocido de la pareja apuntó que el transfondo de la discusión de la subrogación fue un golpe militar en el país y “era muy difícil andar alrededor”.
La toma del poder tuvo lugar en las primeras horas del pasado 22 de mayo cuando el comandante del ejército real tailandés general Prayuth Chan-chua anunció en cadena nacional que ahora él estaba a cargo.
“Esto ha sido absolutamente devastador para ellos, están al límite”, añadió la amistad de la pareja, al referirse a los días de escrutinio de los medios y debate sobre su decisión, meses después que regresaron a casa.
Pattharamon aseguró que la pareja le pidió abortar al niño con síndrome de Down cuando tenía siete meses de embarazo.
Eso no es verdad, señaló el conocido de la pareja.
Después del nacimiento de los bebés, Pattharamon asegura que ellos compraron pañales y leche para la niña, pero “ni siquiera miraron al niño”.
También es mentira, apuntó el defensor de los australianos.
Cuáles sean los detalles sobre quién dijo qué, el caso ha atraído la atención sobre una gran industria sin regulación sujeta a una confusa maraña de leyes y vacíos legales.
El sustituto ‘es el padre legal’
En Australia Occidental, de donde es originaria la pareja, es legal buscar el alquiler de vientres en el extranjero.
No hay comprobación de historial criminal, y no se requiere consejería para las parejas que buscan alquilar un vientre fuera de las fronteras, indicó Jenni Millbank, una experta en la ley australiana sobre madres de alquiler de la Universidad de Macquarie en Sidney.
“Si el alquiler de vientres se hiciera dentro del país habría protocolos de consejería previos a la concepción, así como también un informe de bienestar del nacimiento antes que la paternidad legal sea transferida; pero esos no son pasos que ocurren con el alquiler de vientres en el extranjero”, dijo Millbank.
Dijo que la madre sustituta es la madre legal en lugar de aquella cuyos óvulos fueron usados. El derecho del padre genético también es “incierto” mientras “distintos jueces han adoptado varios enfoques”, dijo.
Las autoridades australianas y tailandesas revisan el caso, estas últimas han anunciado una campaña contra la industria entre reclamos de que las reglas fueron abiertamente burladas.
Pattharamon dijo que acordó recibir el pago de 300.000 baht (9.300 dólares) por llevar los bebés de la pareja, dinero que necesitaba como ayuda para ver por sus dos hijos de seis y tres años. Después de expresar su preocupación sobre cómo iba a pagar los cuidados de Gammy, fondos comenzaron a fluir en una campaña en línea, que hasta la fecha ha recaudado más de 220.000 dólares.
¿Podría la niña ser regresada?
Pattharamon dijo estar preparada para traerse de vuelta a la niña si la pareja australiana “no está lista” para ver por ella.
Aseguró que no busca interponer una demanda contra los padres, aunque Millbank apunta que ella puede apelar a la corte familiar de Australia para tener de vuelta a la niña.
“La corte familiar de Australia tiene la jurisdicción sobre cualquiera que tiene un interés en el cuidado, bienestar y desarrollo de un niño por lo que (los padres pretendientes) pueden hacer su caso y pelear el bebé para vivir con ellos”, dijo Millbank.
“La corte podría examinar las propuestas competitivas de las partes, probablemente apuntar a un abogado de niños independientes y hacer una evaluación de bienestar de las necesidades del niño y tomar una decisión”.
Las cortes australianas sólo han escuchado un caso que involucró a un niño nacido por alquiler de vientre, apuntó Millbank.
Éste tuvo que ver con una niña llamada Evelyn cuyo nacimiento fue el resultado de un acuerdo entre amigos que salió mal.
“Eso fue en los años 1980 y terminaron por quitar al niño de la familia que estaba criándolo y llevarla a otra familia”, dijo Millbank.
“Fue un acuerdo altruista donde la madre cambió de idea siete meses después. Y al final ganó y tuvo a la niña de vuelta”.