Por Equipo de “La Cacería con John Walsh”
Nota del editor: Guillermo Madrigal Ballesteros es uno de varios fugitivos destacados en “La cacería con John Walsh” serie original de CNN, los domingos a las 9 pm ET.
(CNN) – El 14 de octubre de 2002, B.J. Schany estaba ocupado en el trabajo llenando docenas de vagones con maíz desde un elevador de granos en Denison, Iowa. Cuando fue a abrir las compuertas del segundo grupo de vagones, descubrió algo espeluznante.
“El vagón estaba cerrado; recuerdo cuando corrí el pestillo de la llave sobre la parte superior de la escotilla”, recordó Schany. “He hecho eso cientos, si no es que miles de veces antes y nunca, nunca me había pasado algo similar”.
Dentro de ese vagón encontró los cuerpos descompuestos de 11 hombres y mujeres. Más adelante, un análisis de los restos determinó que todos habían muerto a causa de deshidratación e hipertermia. Los vagones habían salido de México antes de hacer el viaje al centro de almacenamiento en Oklahoma, donde permanecieron durante cuatro meses, según Tom Hogan, el ex alguacil del condado de Crawford, Iowa.
“Lo que sea que ocurrió ahí, sucedió meses antes de llegar a Denison”, dijo Hogan. “Estábamos bastante seguros de estar lidiando con personas que trataba de entrar a Estados Unidos de manera ilegal”.
Hogan dijo que los investigadores creían que los once hombres y mujeres probablemente habían entrado por su cuenta al vagón, pero luego, alguien había cerrado el pestillo para que no pudieran salir”.
“No parecía un asesinato en el sentido tradicional”, dijo Hogan. Sin embargo, eso era lo que la evidencia empezaba a indicar.
Los documentos en el interior del vagón identificaron a las personas como ciudadanos de México, Honduras, y Guatemala, según Alonzo Martínez un ex director de distrito del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS, por sus siglas en inglés), quien trabajó en el caso.
“Alguien fue el responsable de las 11 personas que murieron en este vagón, y estábamos buscando a la persona que rindiera cuentas de lo ocurrido”, dijo Martínez.
Los investigadores dieron un gran paso cuando Eliseo Acevedo contactó al INS con la intención de encontrar a su hermano desaparecido.
“Él temía que uno de esos cuerpos fuera el de su hermano”, dijo Martínez. “Eliseo nos dijo que se encontraba viviendo en Nueva York cuando su hermano menor lo llamó y le dijo que estaba en Harlingen (Texas) y que necesitaba dinero para pagarle a los contrabandistas”.
Eliseo Acevedo, un inmigrante guatemalteco que vive en Katonah, Nueva York, acordó pagar 300 dólares para que su hermano de 18 años lograra llegar a Houston.
“Le dije: ‘Si vas a dar el siguiente paso, no te pongas en peligro’”, dijo Acevedo. “Mi esperanza era que me llamara de Houston y me dijera: ‘Estoy aquí’”.
Eso nunca sucedió. Byron Acevedo fue identificado como uno de los 11 cuerpos que se encontraban dentro del vagón.
Después de que las noticias sobre el espeluznante descubrimiento en Denison Iowa se habían propagado, Acevedo recibió una llamada telefónica de un hombre que se identificó como “Memo”, y le dijo que no tenía nada que ver con la muerte de su hermano.
“Durante esta conversación telefónica, él también le habló sobre la composición del grupo”, dijo Martínez. “Dijo que habría cuatro mujeres y siete hombres, y eso nos pareció interesante”.
Eso fue porque el desglose de género del llamado “Denison 11” no se había dado a conocer públicamente.
Los investigadores identificaron a “Memo” como Guillermo Madrigal Ballesteros, un ciudadano mexicano que reside en la ciudad de México y que está acusado de haber ayudado a personas de Centro América a ingresar ilegalmente a los Estados Unidos a través de México, entre enero del 2000 y febrero de 2003; las 11 personas fueron parte de ese grupo. Martínez describió a Madrigal, quien se hace llamar “Memo” o “Don Memo”, como “uno de los principales responsables de esta operación de tráfico de personas”.
En aquella época, las autoridades no tenían fotos o identificación para Madrigal, aunque le habían estado siguiendo la pista a él y a otros miembros del supuesto círculo de traficantes, según el agente retirado que trabajaba en contra del contrabando, Gabe Bustamante.
“Decidí que necesitábamos identificarlo”, dijo Bustamante. “Llamamos al Departamento de Policía de Harlingen, y ellos lograron detenerlo por una infracción de tránsito”.
Lo llevaron a la estación y le tomaron un par de fotografías. Bustamante alertó a Martínez, quien le pidió al fiscal federal que procediera con cargos contra Madrigal en relación a la operación de contrabando. Pero el abogado asistente del fiscal general dijo que era demasiado pronto.
“Fue muy difícil, pero le tuvimos que decir al departamento de policía que lo dejaran libre”, dijo Martínez.
Más de una década después de la muerte de los inmigrantes, las autoridades federales decidieron el verano pasado desestimar el caso contra Madrigal sin perjuicio, lo que significa que pueden reabrir el caso si lo arrestan. Michael Wynn, el abogado asistente del fiscal general, explicó que mantener el caso abierto se convirtió en una carga para el Departamento de Seguridad Nacional, afirmando que ellos eran responsables de mantener a las personas que de otra forma serían inmigrantes indocumentados en este país indefinidamente como posibles testigos para un juicio que probablemente, nunca se llevaría a cabo. Wynn dice que hay razón para creer que Madrigal puede estar en Texas y posiblemente esté involucrado en el transporte ilegal de inmigrantes. Eso le da un nuevo sentido de urgencia a los esfuerzos por apresarlo, dijo Wynn.
“Nada puede traer a mi hermano de regreso, pero pienso que las personas responsables deberían haber sido arrestadas ahora y estar en la cárcel”, dijo Eliseo Acevedo.