Por Ray Sanchez, CNN
(CNN) – Antes de que la policía matara a tiros a un adolescente afroestadounidense el sábado 9 de agosto, Ferguson, Missouri, era uno de los cientos de municipios a los que una organización no lucrativa de Estados Unidos designó “Playful City USA” (ciudad lúdica de Estados Unidos), un lugar en el que se supone que los niños tienen más oportunidades para jugar en sus comunidades.
Sin embargo, la muerte de Michael Brown, aspirante a universitario de 18 años, a manos de un agente de policía, ha puesto la atención del país en la comunidad mayormente negra por razones distintas.
Los testigos y los habitantes dicen que el joven estaba desarmado. La policía afirma que trató de tomar el arma de un agente.
Las autoridades se habían negado a dar a conocer la identidad del agente con el argumento de que han recibido amenazas y por razones de seguridad. Las protestas se han tornado violentas.
Las tensiones siguen a flor de piel tras varios saqueos y docenas de arrestos en la ciudad de 22,400 habitantes a las afueras de St. Louis.
Para los habitantes y los observadores, las tensiones se han acumulado desde la década de 1970, cuando Ferguson pasó por una transformación racial.
En la ciudad alguna vez predominaron los blancos, y se volvió abrumadoramente negra conforme las familias blancas se mudaron durante la época de la integración racial en las escuelas públicas.
En tanto, muchas familias afroestadounidenses empezaron a mudarse a Ferguson procedentes de St. Louis y las comunidades vecinas.
“Toda esta situación se ha estado gestando desde hace rato”, dijo Antonio French, edil de St. Louis que vive a siete kilómetros de Ferguson.
“No solo la muerte de Michael Brown ha provocado que esto se salga de control, sino la forma en la que el gobierno local lo está manejando y la respuesta a la indignación de la comunidad”.
El gobernador de Missouri, Jay Nixon, reconoció el jueves que ha habido gran tensión entre la comunidad y la policía desde hace mucho.
“Se siente como una vieja herida a la que han golpeado de nuevo”, dijo. “La clave para esto es… resolver finalmente algunos de estos problemas más profundos. Son problemas profundos y existen no solo en Missouri, sino en Estados Unidos. Está claro que esto tocó una fibra sensible y que esa fibra no nace de este horrible incidente que ocurrió hace unos días”.
Los defensores de la aplicación efectiva de las políticas de policía sostienen que las fuerzas del orden deberían reflejar la diversidad de la comunidad en la que trabajan. Cuando hay desequilibrio, un incidente como la muerte de Brown puede provocar que las tensiones se salgan de control.
Lo que está ocurriendo en Ferguson es un ejemplo perfecto, dijo Beryl Satter, profesora de Historia en la Universidad Rutgers de Nueva Jersey.
“Esto es lo que pasa cuando tienes un cambio racial enorme en una comunidad y la estructura del poder sigue en manos de los blancos, cuando la policía actúa como una suerte de fuerza mediadora entre la estructura de poder blanca y lo que ahora es una comunidad negra y que tiene muy poca empatía o conocimientos sobre esa comunidad”.
Disparidad racial
Dos tercios de la población de Ferguson son negros; no obstante, el acalde es blanco, al igual que cinco de los seis concejales.
El jefe de policía también es blanco. Hay solo tres afroestadounidenses entre los 53 agentes que componen a la corporación.
“Todo esto se remonta a la segregación”, dijo Satter. “Las juntas directivas de las escuelas, la policía, los tribunales para menores siguen siendo iguales. La población cambia antes que la estructura de poder… Ocurrió al otro lado del país cuando hubo una nueva y rápida segregación de una ciudad, un vecindario o un municipio”.
El jefe de policía de Ferguson, Thomas Jackson, reconoció el miércoles 13 de agosto que la diversidad en la corporación era “una lucha constante” pero agregó que las relaciones raciales eran prioridad para su departamento.
Añadió que el agente que le disparó a Brown fue agredido antes de abrir fuego contra el muchacho.
Según un reporte que la fiscalía de Missouri publicó en 2013, no hay pocos afroestadounidenses en las estadísticas. Representaron el 93% de los arrestos a consecuencia de detenciones por violaciones al reglamento de tránsito, el 92% de los cateos y el 86% de las detenciones por violaciones al reglamento de tránsito.
La zona de St. Louis siempre ha sido una de las regiones más segregadas del país, de acuerdo con Satter y otros expertos.
En 1847, un juez federal de St. Louis decidió que Dred Scott volviera a ser esclavo; la Suprema Corte de Estados Unidos ratificó el fallo, en el que se determinó que los afroestadounidenses no eran ciudadanos estadounidenses y no podían presentar demandas ante un tribunal federal.
A principios del siglo XX estallaron disturbios letales en el este de St. Louis. Satter señaló que los saqueos y las protestas iracundas que siguieron a la muerte de Brown son parte de la “herencia de violencia y segregación”.
Satter señaló que aunque no se han revelado todos los hechos que rodean a la muerte de Brown, la falta de conexión entre la comunidad y las fuerzas del orden puede tener efectos duraderos.
“Es simplemente una espiral de opresión terrible”, dijo. “La reacción de provocar disturbios en respuesta a la brutalidad policíaca es clásica. Es muy personal. Las otras clases de opresión a las que se enfrenta la gente negra, como en la escuela o en otros lugares, no es tan directa. No es personalmente perturbadora. Sin embargo, la brutalidad policiaca lesiona de forma más aguda, más profunda e inmediata. La gente puede identificarse con lo que le ocurrió a este muchacho”.
Distinciones por raza
Jackson dijo a CNN esta semana que estaba trabajando para mejorar la diversidad de la corporación. Dijo que estaba “estrictamente prohibido” hacer distinciones a partir de la raza.
“De hecho tenemos una capacitación obligatoria en distinciones con base en la raza que tenemos que tomar para que nos certifiquen”, dijo. “Hacer distinciones con base en la raza va en contra de nuestras políticas. No tiene ningún beneficio”.
David Klinger, profesor de Derecho Penal en la Universidad de Missouri en St. Louis y exagente de la policía de Los Angeles, dijo que la mayor diversidad en la policía no siempre se traduce en mejores relaciones de la policía con la comunidad.
“Si los policías no tratan a los ciudadanos correctamente, ¿es porque los policías no están haciendo bien su trabajo porque no están bien entrenados, porque son estúpidos o porque tienen aversiones raciales?”, preguntó. “Quién sabe. Pero si insistes y resulta que en realidad hay aversión racial, entonces tienes un gran problema además de la falta de profesionalismo porque ese es un punto de ignición en nuestra sociedad. Estados Unidos tiene una historia tormentosa en cuanto a las relaciones raciales. La policía, desafortunadamente, ha estado del lado equivocado”.
Dan Isom, exjefe de la policía de St. Louis y profesor de Derecho Penal en la Universidad de Missouri en St. Louis, dijo que la diversidad de los agentes y los mandos de la policía definitivamente afecta a las relaciones con la comunidad.
“Si observas a todo el país, no es raro que los departamentos de policía tengan una composición racial que no coincide con la comunidad”, dijo. “No hay un impulso político ni comunitario para mejorar hasta que ocurre algo como la muerte de Michael Brown”.
Según las estadísticas de la Oficina de Justicia de Estados Unidos, en 2007 aproximadamente una cuarta parte de los agentes de policía de todo el país pertenecían a minorías étnicas en comparación con la sexta parte que se registró en 1987.
Ison espera que la tragedia propicie un cambio.
“Hay muchas preguntas qué hacer más allá del tiroteo”, dijo Isom. “Ciertamente acerca de la composición del departamento de policía, la relación con la comunidad. Esperemos que esto propicie un diálogo mayor: ¿por qué ocurre esto en la comunidad afroestadounidense? ¿Cuáles son los problemas más profundos que existen entre las comunidades y la policía que tenemos que resolver?
Hay que tomar en consideración otros factores de Ferguson, señalaron los observadores.
Según el Censo de 2010, los habitantes de la comunidad son en su mayoría jóvenes; la edad promedio es de 31 años. El ingreso familiar promedio es de 37.000 dólares al año, unos 10.000 dólares menos que el ingreso de Missouri en general. Cerca de un 20% de los habitantes de Ferguson viven en la pobreza.
A los afroestadounidenses les va mucho peor económicamente que a los blancos: la tasa de pobreza en ese grupo demográfico es del 25%, más del doble de la de los blancos, según los cálculos más recientes del gobierno, que datan de 2012. Su ingreso promedio es de aproximadamente el 60% del de sus homólogos blancos.
“La comunidad de Ferguson es una comunidad muy flotante, rentan sus viviendas”, dijo French, edil de St. Louis.
“No muchas personas se registran para votar y aún menos participan en las elecciones… La gente vive al día allá afuera y parte de su existencia diaria son los encuentros negativos con la policía. Quieren que los escuchen. Quieren que se reconozca su frustración”.