Por Elizabeth Cohen y John Bonifield
(CNN) — Cuando era una estudiante en la Universidad de Princeton, libros como The Hot Zone y Virus Hunters cautivaban a Rebecca Levine, lo que la inspiró a volverse una detective de enfermedades.
Quince años después, la teniente Rebecca Levine, una funcionaria nueva con el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos, salió de un avión en África occidental para combatir el ébola, lista para implementar la estrategia clave que pensó: el rastreo del contacto.
El proceso que ayudó a detener enfermedades como SARS y la viruela parece sencillo: encuentra a todos los que tuvieron contacto cercano con individuos con la infección y rastréalos durante 21 días. Si cualquiera de esos contactos está enfermo, aíslalo de la comunidad y repite el proceso al rastrear los contactos de los contactos.
Pero rastrear solo funciona si tienes una lista de contactos y sus direcciones. Cuando Levine llegó a la oficina del Ministerio de Salud en Sierra Leona, encontró que la base de datos que necesitaba “prácticamente estaba en ruinas”.
Las direcciones de muchos contactos no estaban o eran imprecisas como “en la calle de la granja”. En total, solo entre el 20% y el 30% de los contactos en la base de datos tenía una dirección utilizable.
Eso significaba que los rastreadores de contactos locales no podían hacer sus trabajos apropiadamente.
“Realmente no estaban familiarizados con lo que era el rastreo de contactos”, dijo. “Y no tenían los recursos que necesitaban”.
Según las Naciones Unidas, solo 16 de las 44 zonas en África occidental tienen un rastreo de contactos suficiente.
Esta incapacidad de rastrar completamente a los contactos es una gran razón; quizá la mayor razón, por la que el brote de ébola continúa fuera de control, de acuerdo con funcionarios de salud pública y expertos.
“Hay mucha infección allá afuera. El rastreo de contactos fracasa. Entonces tienes un verdadero problema”, dijo el 28 de agosto el médico Bruce Aylward, director asistente-general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los principales funcionarios de la OMS dijeron que no hay rastreadores de contacto suficientes para terminar el trabajo, y la organización prevé un “aumento exponencial” en la cantidad de casos de ébola en las próximas semanas.
Lee: La desaparición de personas que han estado en contacto con pacientes de ébola
Donald Thea no está sorprendido de que el sistema colapse en muchas áreas. Un epidemiólogo de enfermedades infecciosas en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston en Estados Unidos, trabajó en África durante más de 25 años.
Al igual que Levine, a menudo encontró que las personas no tenían dirección; o tenían una que incluso los habitantes locales no podían descifrar. Los residentes se mudaban mucho, y cuando lo hacían, muchas veces se llevaban sus puertas y candados con ellos para ahorrar dinero. No cambiaban el número de la puerta, así que las calles terminaban con una mezcolanza de direcciones.
Súmale a eso el hecho de que las personas a menudo no cooperan con los rastreadores y a veces incluso les tiran piedras a los trabajadores de salud. Temen que ellos o sus seres queridos sean llevados al hospital; han visto de primera mano que las personas que van allí a menudo no regresan.
“La comunidad percibe esto como una sentencia de muerte”, dijo. “Renunciar a tu ser querido es equivalente a la muerte”.
Y los trabajadores de la salud tienen muy poco que ofrecer a las personas como un incentivo para cooperar.
“Con la viruela, podíamos ofrecerles una vacuna a las personas, un incentivo en esencia para inducirlos a que cooperaran. Con el ébola, no tenemos nada”, dijo Thea.
En Sierra Leona, Levine, una funcionaria con el Servicio de Inteligencia Epidémica en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), recuerda las palabras del director de su agencia, el médico Tom Frieden. Combatir el ébola es como luchar contra un incendio forestal: se te pierde un solo contacto y podrías dejar atrás una brasa ardiente que reencenderá el brote.
Cuando Levine llegó a Sierra Leona el 17 de agosto, trajo software en una unidad flash para administrar los casos y contactos. El software fue diseñado por los CDC y era mucho más efectivo para organizar miles de nombres que la hoja de Excel difícil de manejar que los trabajadores locales de salud utilizaban.
También le dio más computadoras a los trabajadores y entrenamiento sobre cómo rastrear contactos. Ahora, cientos de rastreadores de contactos tienen como tarea ir a los vecindarios en su distrito cada día.
Dice que la muerte y la enfermedad a su alrededor la impulsan.
“Cada una de estas historias conmovedoras me hace llorar”, dijo. “Es una razón más para intentarlo más y pensar en soluciones más creativas”.