Por Jareen Imam, CNN

(CNN) – Hace dos años Dino Mazzetti llegó al punto más bajo de su vida.

El profesor de música de una escuela secundaria en Lake Zurich, Illinois, se estaba acercando peligrosamente a los 136 kilos, y se sentía horrible.

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El dolor irradiaba de cada articulación de su cuerpo debido a su peso. “Apenas podía inclinarme para atar mis propios zapatos”, escribió el hombre de 29 años en CNN iReport. Si se le caía algo en la escuela, tenía que pedirle a un alumno que lo ayudara a recogerlo. Era humillante.

Tener sobrepeso no siempre fue la norma para Mazzetti. Él y sus dos hermanos eran niños delgados, comían comida casera y jugaban afuera a menudo. Pero todo eso cambió cuando Mazzetti entró a su segundo año de secundaria en agosto de 2000. Se salió del equipo de fútbol de la escuela y en su lugar, empezó a participar en los programas de música y teatro. Desafortunadamente, el feroz apetito que había desarrollado como jugador de fútbol no cambió. En solo unos pocos meses, el estudiante de 1,77 metros de altura había pasado de 54 kilos a 90.

Mazzetti pasó de comer comida saludable en casa a comprar los almuerzos que vendían en la escuela, que consistían en papas fritas, pizzas y palitos de queso mozzarella. Acompañaba estas comidas grasientas con una gaseosa de 32 onzas, que obtenía de los dispensadores escolares de gaseosa que visitaba varias veces al día. Como adolescente, estaba haciendo sus propias elecciones de comida, y esas elecciones en su mayoría eran comida chatarra.

Para cuando entró a la universidad en 2003, Mazzetti estaba obeso. Algunos incluso lo llamaban “Big Mac Attack” porque podía comer un Big Mac en cuatro mordiscos, “solo para probar que podía hacerlo”, decía.

Después de graduarse de la universidad en mayo de 2007, comenzó a trabajar como maestro de música y director del coro en la escuela secundaria Nippersink, y su peso solo empeoró. Usaba camisas XXL y pantalones talla 48. Su peso subió a 132 kilos.

Fue entonces cuando alcanzó su peso máximo, y tomó consciencia al respecto. El maestro vestía pantalones holgados que se ajustaban alrededor de su cintura, y se ponía gruesas camisas abotonadas que le hacían parecer como si tuviera 40 años en vez de 20. Mazzetti empezó a aislarse debido a su falta de confianza, y se volcó a la comida en busca de consuelo.

“Ser maestro es un trabajo muy difícil. Es un trabajo que involucra muchas emociones. Creo que encontró consuelo en la comida”, dijo la hermana de Mazzetti, Julia, quien es profesora de inglés. “Él me dijo que consumía comida rápida tres veces al día. Se sentaba frente a la televisión y comía todo el tiempo. Se paraba frente a la despensa, siempre buscando algo de comer. Parecía ser una adicción”.

Sin embargo, para el verano de 2012 Mazzetti se dio cuenta de que las noches solitarias en las que se dedicaba a comer frente a la televisión le estaban pasando factura. Él necesitaba socializar. Se unió a una producción de teatro de una universidad comunitaria de “Sweeney Todd”. Fue elegido como Beadle Bamford, el pequeño y grasiento lacayo con sobrepeso del Juez Turpin. Como aficionado al teatro, Mazzetti estaba entusiasmado por haber obtenido el papel, pero descubrió que era difícil mantenerse físicamente al nivel del resto del elenco dentro y fuera del escenario.

Durante una fiesta del elenco para celebrar el final de la obra ese verano, Mazzetti se unió a sus compañeros actores para un partido amistoso de vóleibol. Tan solo unos minutos después de haber empezado el juego, ya estaba jadeando y se sentía totalmente exhausto. “En ese momento pensé: ‘¡Tengo 27 años y me siento como de 60!’”, escribió en su iReport. Un pensamiento aterrador cruzó su mente: ¿qué sentiría cuando tuviera 60?

Esa pregunta lo atormentó después de irse de la fiesta. Llegó a casa y decidió dar un paseo por su vecindario para hacer más ejercicio. No fue fácil. Se había quedado sin aliento en cuestión de minutos. En ese momento supo que tenía que hacer algo para cambiar si quería empezar a sentirse de acuerdo a su edad.

“Mi meta era llegar a un punto donde me sintiera bien”, dijo.

El 30 de junio se convirtió en otro cumpleaños para él: el día en que dos años atrás decidió cambiar su vida. Recordó a un compañero de trabajo de la escuela que le decía que usara la elíptica porque era suave para sus articulaciones. Mazzetti siguió su consejo y fue al centro de entrenamiento del instituto para probar.

La resistencia del pedaleo de la elíptica era intensa. Empezó a sudar en cuestión de minutos. No le encantó, pero después de pasar 30 minutos ejercitándose, decidió intentarlo de nuevo al día siguiente.

“Me había tomado 15 años llegar a donde estaba. Sin duda me iba a tomar más de un par de días bajar este peso. Así que me dije a mí mismo que debía regresar una y otra vez”, dijo.

Pronto, Mazzetti estaba ejercitándose en la elíptica una hora al día, incluso los fines de semana. Conducía una hora de su casa en Lake Zurich hasta el centro de entrenamiento de su escuela en Richmond solo para ejercitarse. También decidió eliminar las gaseosas de su dieta por completo. Las remplazó con agua carbonatada, para obtener la efervescencia que tanto le gustaba sin las calorías vacías.

También cambió su dieta, eliminando los azúcares comunes como las galletas y los caramelos. En lugar de comer comida chatarra en el almuerzo y la cena, empezó a preparar suculentos desayunos por la mañana. Se levantaba antes de las 5 a.m. y preparaba platos fuertes como bistec y huevos antes de salir disparado a la escuela. Sus almuerzos eran de regular tamaño y sus cenas eran usualmente livianas, como una ensalada. Todo estaba hecho en casa, algo que nunca antes había intentado.

“La primera vez que entré a una abarrotería, compré un trozo de carne y una mazorca y pensé: ‘Puedo hacer esto’”, dijo. “Me di cuenta de que cocinar era divertido”. Pasó de ordenar casi todas sus comidas de restaurantes a preparar el 95% de sus comidas en casa.

No pasó mucho tiempo antes de empezar a ver cambios drásticos en su resistencia… y en su cintura. Para diciembre de 2012, pesaba 90 kilos, un número que no había visto desde la escuela secundaria.

Para enero de 2013, Mazzetti pesaba 81 kilos. Se estaba empezando a sentir menos ansioso con las personas que lo rodeaban. Empezó a motivar a sus compañeros de trabajo para que se ejercitaran con él en la escuela. También vio grandes cambios en la forma en la que sus alumnos de música y coro interactuaban con él. Estaban más interesados y respondían mejor en su clase. Se estaba ganando el respeto de sus alumnos.

Su familia se sintió tan inspirada por su pérdida de peso tan drástica que el clan completo, incluyendo a Mazzetti, se hicieron miembros de un gimnasio cerca de su casa en febrero de 2013.

En el gimnasio, Mazzetti trabajó con un entrenador para que lo ayudara a hacer la transición de una mentalidad de pérdida de peso a una mentalidad de mantener el peso que había perdido. Empezó a hacer pesas y se permitió comer más carbohidratos para que tuviera energía durante sus sesiones de ejercicios.

“Él realmente transformó su vida entera”, dijo Julia. “Pasó de ser la persona menos saludable en nuestra familia a ser la más saludable. Antes se escondía en su casa y en la comida; ahora es alguien diferente”.

Hoy en día, Mazzetti tiene 82 centímetros de cintura. Pesa 77 kilos. Usa camisas modernas y ajustadas para mostrar su delgada figura, lo que es un gran cambio frente a su atuendo anticuado de pantalones caqui tamaño extra grande y simples camisas blancas. También cambió su estilo de peinado y se empezó a dejar crecer el pelo para acentuar su mandíbula recién definida. Tras adelgazar, utilizar ropa más pequeña y cambiar su peinado salió a luz el joven de veintitantos años que se escondía debajo de todo ese peso.

“Honestamente puedo decir que esta es la mejor condición en la que he estado en mi vida”, dijo.

Su nueva confianza lo llevó a la conclusión de que también quería seguir un camino de vida diferente. Renunció a su carrera de siete años como maestro de escuela y se inscribió en la Universidad Estatal de Illinois para obtener un título de maestría en dirección coral.

Pero el querido maestro no ha sido olvidado por sus alumnos. Sus estudiantes de sexto, séptimo y octavo grado crearon una página de fans en Facebook para él. En la página, uno de sus estudiantes escribió: “Este es un homenaje a uno de los más grandes seres humanos que alguna vez habitaron este planeta. Dino no solo fue un gran director, sino un gran amigo. Él siempre está ahí dispuesto a ayudar o animar, y pensé que era lo correcto crear un grupo para él”.

Su nueva confianza también ha afectado la vida de Mazzetti como actor. En julio, obtuvo el papel principal como el Dr. Frankenstein en la producción de “Young Frankenstein” por el College of Lake County.

Las rutinas de baile y los ensayos prolongados lo convirtieron en el papel más exigente físicamente que jamás haya interpretado. “No habría podido interpretar este papel si no tuviera la condición física que tengo ahora”, dijo. “Usualmente interpretaba personajes que bailaban poco o nada”.

Para él, la clave para la pérdida de peso fue de mantener una actitud positiva. “Serás la última persona en ver los cambios físicos debido a que te ves de forma distinta a todos los demás”, dijo. “Decídete. Hazlo. La única persona que va en la montaña rusa de tu vida eres tú”.