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Adrian Hill del Instituto Jenner en la Universidad de Oxford añadió que la premura para encontrar una cura contra el ébola, pudiera generar una preocupación ética sobre como será implementada eventualmente la vacuna.

“Esto es francamente extraordinario, estamos tratando de hacer en unos meses lo que típicamente nos llevaría unos 10 años. Hemos tenido revisiones aceleradas de nuestras aplicaciones, las regulaciones y las aprobaciones éticas, entre otras cosas”, dijo el investigador.

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“Ahora estamos tratando de actuar muy rápido y si las cosas van bien, a finales de año esta vacuna quizás sea usada en los tres países afectados en África Occidental”.

Hill comentó que la vacuna ha mostrado ser “realmente y sorprendentemente muy efectiva” en los estudios llevados a cabo en monos en el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos.

Los investigadores están bajo una presión tremenda para desarrollar la vacuna, mientras 3,400 personas han muerto en África Occidental por el virus y, el lunes, una enfermera auxiliar en España resultó ser la primera persona con un caso confirmado del virus fuera de África.

Pero incluso si los investigadores son capaces de desarrollar una vacuna, y si sus datos muestran que es seguro usar el antídoto en los humanos, produciendo respuestas buenas de inmunidad, incluso así no se podría saber si “realmente funciona”, consideró Hill.

“Así que vamos a tener que encontrar una manera de usar la vacuna, y al mismo tiempo evaluarla. Y hay una gran discusión sobre cómo vamos a hacerlo”.

Es en este punto donde entran las preocupaciones éticas.

Hay un poco de dudas, dijo el investigador, al tratar de administrar una vacuna a humanos en la fase uno de las pruebas, como se llevará a cabo esta semana en África Occidental. El tema es lo que pasará después.

“Una vez que hayamos tenido seguros a esos individuos, ¿enviamos la vacuna a un gran sector de población, idealmente trabajadores de salud que están en un riesgo mayor, sin saber si la vacuna realmente funciona?”.

“O en lugar de eso, ¿esperamos varios meses, quizás seis o 12, para comprobar absolutamente que la vacuna tiene una eficacidad verificada y luego comenzamos a pensar en enviarla ampliamente?”.

“Y si esperamos tanto tiempo, quizás se haya terminado la epidemia, o tal vez la situación esté completamente fuera de control”.

“Ese es el desafío, el tratar de hacer lo mejor que podamos, dadas las prioridades que he descrito”, dijo el investigador.