Por Wayne Drash
(CNN) — Dos mujeres capturaron nuestros corazones; ambas morían de cáncer cerebral. Ambas nos enseñaron a apreciar la vida; que nada es más grande que el espíritu humano.
Brittany Maynard de 29 años, luchó por el derecho de morir con dignidad. Lauren Hill de 19 años, luchó por un sueño; jugar un partido de basquetbol colegial antes de morir.
Sus historias son tristes y trágicas, pero inspiradoras, valientes y hermosas. Durante un breve momento, ambas mujeres nos alejaron de los anuncios políticos negativos que pasan en nuestros televisores y nos dieron el mensaje más importante de todos: disfrutar nuestro tiempo en la Tierra.
Maynard transmitió un mensaje inspirador sobre poder permitir morir bajo sus propios términos; la causa de Hill fue contagiosa mientras transmitió un espíritu de nunca rendirse.
El pasado sábado, Maynard, quien sufría cáncer cerebral terminal, tomó su último respiro. Se había mudado a Oregon, Estados Unidos, para terminar con su vida bajo la Ley de Muerte con Dignidad del estado.
Antes de tomar el medicamento que terminó con su vida, Maynard se despidió, diciendo, “adiós a todos mis amigos queridos y familia que amo”.
“Son las personas que hacen una pausa para apreciar la vida y dar las gracias las que son más felices. Si cambiamos nuestros pensamientos, ¡cambiamos nuestro mundo! Amor y paz para todos ustedes”.
Una graduada de la Universidad de California, Berkeley, en Estados Unidos, Maynard disfrutaba viajar por el mundo antes de su diagnóstico. “El mundo es un lugar hermoso”, dijo. “El viaje ha sido mi mayor maestro, mis amigos y personas cercanas son los mayores dadores”.
Murió rodeada de aquellos a los que más amaba.
Un tema que alguna vez fue tabú; permitir que un paciente terminalmente enfermo muera bajo sus propios términos, fue empujado al centro de atención.
Mientras la noticia de su muerte se extendía, su historia se volvió viral la tarde de este domingo. Dolientes tuitearon y la recordaron a través de las redes sociales.
Ese mismo día, Lauren Hill se puso la camiseta número 22 y se preparó para jugar basquetbol para Mount St. Joseph de la División III. La NCAA, no conocida por tomar decisiones rápidas, adelantó el primer partido de la temporada del equipo para permitir que Hill jugara antes de morir.
Cuando fue diagnosticada con un tumor inoperable en el cerebro el año pasado, uno de sus médicos le dijo que su cáncer cerebral pediátrico “necesitaba un rostro”, así que estableció la meta de vivir lo suficiente para jugar en su primer partido de basquetbol colegial. En septiembre, los médicos solo le dieron unos meses más de vida. Se espera que solo viva hasta diciembre.
Más de 10,000 aficionados se dieron cita en el Centro Cintas en Cincinnati, Estados Unidos, este domingo, para el partido contra el Colegio Hiram. Vistieron playeras y sudaderas con el nombre de Hill y el slogan “Nunca te rindas”.
Hill le dijo a ESPN antes del partido: “Siempre quise salir a una cancha colegial, ver mis zapatos, caminar por el piso de madera y sentir la vibración de la multitud”.
En la primera jugada del partido, Hill recibió el balón del poste y lo metió en la canasta. La arena se volvió loca. Anotaría de nuevo, terminando con cuatro puntos.
Al medio tiempo, la legendaria entrenadora de Tennessee, Pat Summit; que enfrentó su propia pelea con el alzhéimer, le dio a Hill el Premio Pat Summit a la Jugadora Más Valiente. El premio normalmente se otorga al final de la temporada durante la final femenil.
“Este partido fue increíble, y todo lo que ocurrió hoy fue increíble”, dijo Hill. “Este es un día realmente bueno”.
La entrenadora del equipo contrario, Emily Hays, dijo, “la expresión de su rostro no tuvo precio. Tenía esa gran sonrisa. Dije, ‘es por eso que estamos aquí’”.
Hubo suficientes lágrimas para llenar el río Ohio. Su historia también encendió las redes sociales.
La muerte es algo que todos debemos enfrentar. En un fin de semana, dos mujeres a más de 3,701 kilómetros de distancia, nos recordaron lo que significa ser valiente.