Por Barry Neild, CNN
(CNN) – ¿Podría este dispositivo finalmente acabar con la competencia por el apoyabrazos en el cielo?
Eso es lo que afirman los fabricantes de Soarigami, un divisor plástico que permite que los pasajeros del avión compartan cómodamente un apoyabrazos.
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El dispositivo, el cual saldrá a la venta por 30 dólares a principios de 2015, se coloca sobre el apoyabrazos existente para crear una plataforma de apoyo más amplia que evita los horrores del contacto físico real.
Los hostiles roces de codos entre los pasajeros frecuentemente son mencionados como una de las molestias más grandes de viajar apretujados en un avión con otras personas.
Los inventores de Soarigami, quienes han creado un sencillo “Himno del pasajero irritante”, con todo y un vídeo en dibujos animados para promocionar su producto, dicen que el dispositivo fomentará la amistad en lugar de la animosidad.
Eso lo diferenciará del “defensor de rodilla” introducido recientemente, el cual ha desencadenado hostilidades a bordo al bloquear el mecanismo que permite que los asientos se reclinen.
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Avión de papel
“Si bien prevemos que algunos pasajeros tendrán problemas para compartir, creemos que esta es una buena manera de iniciar una conversación”, dice el vocero de Soarigami, Arthur Chang.
“Ambos usuarios tienen partes iguales, mientras otros productos tienen un ganador y un perdedor”.
Cuando se despliega, el Soarigami —el cual toma su nombre de las palabras japonesas sora (cielo) y gami (elegante)— está diseñado para parecerse a un alegre avión de papel hecho de un sobre de correo aéreo.
Una versión futura también funcionará como un estuche para iPad o celular.
En relación a cuándo y cómo deberían los pasajeros presentarle el dispositivo inspirado en el origami a la persona que va sentada junto a ellos, no hay reglas establecidas.
“En términos de etiqueta, no queremos obligar a las personas a comportarse de una manera u otra. Nuestro objetivo es relajar el ambiente y hacer de los cielos un lugar más divertido y práctico”.
Sin embargo, él reconoce que al eliminar un problema, el Soarigami podría generar otro: la conversación no deseada.
¿Puede el Soarigami ponerle fin a la batalla por la hegemonía de los apoyabrazos? ¿Cómo reaccionarías si la persona que va a tu lado sacara uno? Deja un comentario.