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Por Christina Zdanowicz, CNN

(CNN) — Cuando Ryan Ferguson y su papá viajen esta semana a Glendale, Arizona, para el Super Bowl, será una experiencia que estaba en su lista de cosas por hacer antes de morir.

Sin embargo, para ellos significará mucho más.

Para Ferguson, originario de Missouri, será una oportunidad para agradecer a su padre, Bill; el hombre que nunca dejó de luchar por él mientras pasaba 10 años tras de las rejas por un crimen que no cometió.

“Poder hacer esto con mi padre después de todo lo que hizo por mí, sacrificar 10 años de su vida para probar mi inocencia; allí es cuando se volvió real”, dijo Ferguson.

La peregrinación padre-hijo se presentó el mes pasado cuando un distribuidor de boletos que escuchó sobre su historia le ofreció un viaje todo pagado para el partido del domingo. El hombre de 30 años, quien ahora vive en Florida, fue liberado de prisión en 2013.

Tiempo cumplido aunque era inocente

La pesadilla de 12 años de Ferguson comenzó el 1 de noviembre de 2001. Él y su amigo Charles Erickson, ambos de 17 años, bebían ilegalmente en un bar universitario en Columbia, Missouri. Aproximadamente a cinco cuadras, el editor de Columbia Tribune Sports, Kent Heitholt, apagaba su computadora después de una larga noche y dejó la redacción poco después de las 02:00 horas, según documentos de la corte.

En el estacionamiento del periódico, alguien golpeó a Heitholt por atrás y se estranguló con su propio cinturón.

La policía entrevistó a un portero, Jerry Trump, quien dijo que no podía identificar a las personas involucradas en el asesinato. Pero dos años después, Erickson le dijo a la policía que tenía recuerdos “parecidos a sueños” en los que cometía el crimen, según documentos de la corte.

Ferguson le dijo a la policía que recordaba llevar a Erickson a casa y luego irse a la suya. Pero después de que Erickson lo implicó a él y Trump cambió su versión, Ferguson fue acusado de asesinato y condenado en 2004.

Cuando el padre de Ryan, Bill Ferguson, despertó al día siguiente del arresto de su hijo, estaba devastado.

“’Oh por Dios, tengo que comenzar a trabajar’”, su padre, quien ahora tiene 70 años, recuerda haber pensado eso. “Es como ver a uno de tus hijos ahogarse. Tenía que hacer algo”.

“Comencé a leer reportes de la policía una y otra vez”, dijo el agente de bienes raíces. “Hice una línea del tiempo y una tabla de todas las deposiciones. Comencé a interrogar a personas por mi propia cuenta y saqué a muchos testigos”.

Cada semana, el padre de Ferguson visitó a su hijo en la prisión de máxima seguridad donde estaba. Compartían actualizaciones, comparaban notas y trabajaban en el caso juntos.

Ferguson cumplió una cuarta parte de su sentencia de 40 años mientras su familia y amigos hacían campañas para que lo liberaran. Después de que dos testigos clave admitieron que habían mentido, una corte de apelaciones revocó su condena en noviembre de 2013 y Ferguson salió libre.

Erickson cumple una sentencia de 25 años en una prisión de Missouri. Nadie más fue acusado en el caso.

La vida después de prisión

“¿Puedes imaginar borrar todo lo que hiciste cuando tenías veintitantos años?”, dijo Ferguson. “Así es como se siente (pasar 10 años en prisión)”.

Después de que fuera liberado, Ferguson no se sentía seguro en su ciudad natal. El caso había recibido mucha atención y muchas personas sabían quién era. Ferguson dijo que tenía miedo del sistema legal que lo había puesto a él, un hombre inocente, en prisión.

“Amo Columbia, Missouri”, dijo a CNN. “Si no fuera por las autoridades, regresaría”.

Mientras estaba en prisión, se ejercitó religiosamente y comenzó a escribir su primer libro sobre bienestar físico. Cuando salió, se mudó a Florida, se volvió un entrenador personal certificado y a principios de este mes, publicó Stronger, Faster, Smarter: A Guide to Your Most Powerful Body.

“Lo loco es que lo veía más cuando estaba en prisión”, dijo su padre, Bill Ferguson, quien todavía vive en Missouri. “Ha estado increíblemente ocupado. Nos reunimos una vez al mes”.

El futbol americano siempre fue una forma de reunir a padre e hijo.

“Jugué futbol americano en la universidad y la preparatoria. Ryan fue criado con este”, dijo Bill Ferguson. “Es algo natural para nosotros, una forma de reunirnos y tener algo de qué hablar”.

Un ‘súper’ momento para reconectarse

Para el mayor de los Ferguson, la mejor parte del viaje al Super Bowl será pasar algunos días con su hijo.

“Podremos ver uno de los mejores deportes, y pasaremos mucho tiempo, solo los dos, juntos”, dijo su padre.

Ram Silverman, cofundador de Golden Tickets de Texas, vio el especial 48 Hours de CBS sobre Ferguson hace algunos años. En noviembre, vio el seguimiento sobre Ferguson después de su liberación de prisión y quería hacer algo bueno por él.

“Sea cual sea el costo en el que incurrimos, vale la pena”, dijo Silverman. “Tenía una actitud increíble. Después de hablar con él varias veces, no podía esperar conocerlo”.

Le tomó a Silverman aproximadamente un mes intentar conectar con Ryan Ferguson en Facebook y otros canales antes de que su oferta fuera tomada en serio.

“Parecía como una de esas cosas que eran demasiado buenas para ser verdad”, dijo Ferguson. “En mi vida, aprendí a dejar en paz las cosas que son demasiado buenas para ser verdad”.

CNN se enteró de la noticia por primera vez por el escritor freelance, Paul Fitzgerald, quien subió la historia a CNN iReport.

Al principio, Ferguson no tenía una gran reacción por la oferta del Super Bowl.

“La emoción, alegría y felicidad no me llegaron hasta que hablé con mi papá”, dijo. “Gritábamos en el teléfono, ‘¡síiiiiiiiii!’”.

Aunque Ryan no tiene un favorito en el Super Bowl; simplemente está emocionado por ver a “personas increíbles hacer cosas increíbles”, su papá apoya a los Seahawks de Seattle en el partido con los Patriotas de Nueva Inglaterra.

“Cuando estuvimos en Seattle, nos quedamos muy impresionados con su espíritu”, dijo Bill Ferguson, refiriéndose a un viaje en 2014. “Sería difícil que no los apoyaramos”.

El padre e hijo se irán a Arizona este jueves y pasarán una gran semana juntos, adentrándose en la afición del futbol y su vínculo compartido.

Y compensarán el tiempo perdido.

“Estar encerrado durante 10 años significo nada de universidad y nunca vi un texto o publiqué una actualización de Facebook o utilicé unsmartphone”, dijo Ferguson al iReporter, Paul Fitzgerald. “Iré al Super Bowl con mi papá. Es un sueño hecho realidad. Es una oportunidad de oro y una que nunca, nunca olvidaré durante el resto de mi vida”.