Por Peter Shadbolt, para CNN

(CNN) – No por nada llaman ‘escritorzuelos‘ a los periodistas.

En las grandes agencias de noticias donde la velocidad es crucial, los artículos estilo plantilla han sido utilizados desde hace mucho tiempo para dar a conocer los resultados de compañías, lo que permite que los periodistas simplemente ingresen los datos y números relevantes y envíen el artículo.

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Algunas de las organizaciones de medios más grandes —entre ellas el L.A. Times y Associated Press— ahora han recurrido a robots para que produzcan artículos formulaicos, y a esto a menudo se hace referencia en tono desdeñoso como ‘churnalism’.

El L.A. Times utiliza los algoritmos en su software interno —llamado Quakebot— para producir informes sobre terremotos locales, con datos proporcionados por el Servicio Geológico de Estados Unidos.

Los informes normalmente aparecen en el sitio web del periódico en cuestión de tres minutos después de que se registra el temblor.

Para los artículos que tienen mucha información, como los artículos de finanzas, de deportes y las noticias de última hora en las que datos concisos deben ser recopilados y enviados rápidamente, los roboperiodistas se están volviendo más comunes.

Narrative Science, una compañía de Chicago fundada en 2010 para comercializar una tecnología desarrollada por la Universidad de Northwestern que convierte datos en una narrativa, le ofrece su software Quill a estaciones de televisión y entidades financieras que generan estados de ingresos.

“Muchas personas se sintieron amenazadas por lo que estábamos haciendo, así que nos dieron mucha cobertura”, le dijo el director ejecutivo de Narrative Science, Stuart Frankel, a MIT Technology Review. “Esto condujo a muchas indagaciones por parte de distintas industrias y a la evolución de distintos negocios”.

Sus algoritmos ahora redactan extensos informes sobre el desempeño de fondos de inversión para el consumo de inversores y reguladores.

“Pasa del trabajo de un pequeño ejército de personas en el transcurso de semanas a solo unos cuantos segundos”, dijo Frankel. “Hacemos documentos de 10 a 15 páginas para algunos clientes financieros”.

Si bien la prosa puede parecer forzada, el principal científico de la compañía, Kris Hammond, dice que el algoritmo está creciendo en complejidad.

“Sabemos cómo introducir una idea, cómo no repetir, cómo resumir”, dijo.

Incorporar los matices simplemente puede ser cuestión de establecer los parámetros del software: una devastadora pérdida para un equipo deportivo puede ser escrita en un estilo empático para la audiencia local del equipo, mientras los documentos regulatorios pueden ser tan exhaustivos y granulares como sea requerido para el cliente.

Conocida como ‘generación de lenguaje natural’, la empresa, la cual no revela exactamente cómo funciona su software, le está sacando provecho a años de investigación sobre cómo el software puede escribir en un lenguaje que responde no solo a la información sino a su contexto y su relevancia.

Hammond, mientras tanto, cree es solamente una cuestión de tiempo antes de que un roboperiodista escriba una historia ganadora de un premio Pulitzer, a medida que el software se hace más sofisticado. Él dijo que no hay razón para que los algoritmos pasen de las noticias sobre productos, al periodismo narrativo, a los artículos complejos.

Cuando se le preguntó si una computadora ganaría un premio Pulitzer en un lapso de 20 años, él estuvo en desacuerdo y dijo que ocurriría en cuestión de cinco años.

“Los seres humanos son increíblemente ricos y complejos, pero son máquinas”, dijo Hammond Wired. “En 20 años, no habrá un área en la que Narrative Science no escriba artículos”.

Si bien las organizaciones de medios que utilizan robots para analizar datos dicen que el software es simplemente un complemento al trabajo de los periodistas y nunca los reemplazarán, algunos comentaristas creen que trazar el camino para la inteligencia artificial será una de las tareas más urgentes del siglo XXI.

El profesor Yuval Harari, historiador israelí y autor de “Sapiens: A Brief History of Humankind”, cree que no es solo el periodismo el que está siendo desafiado por máquinas.

“Las experiencias conscientes de un conductor de taxi de carne y hueso son mucho más ricas que las del auto autónomo de Google, el cual no siente nada”, le dijo Harari a CNN.

“Pero lo que el sistema necesita de un conductor de taxi es llevar pasajeros de un punto A a un punto B rápidamente, de manera segura y lo más barato posible”.

“El auto autónomo de Google pronto podrá hacer eso mucho mejor que cualquier conductor humano. Lo mismo va para los mecánicos, abogados, soldados, doctores, profesores… e incluso para los ingenieros de computación”.

Él dijo que si bien las máquinas podrían haber reemplazado a los humanos durante los últimos 200 años desde la Revolución Industrial, siempre ha habido algo que los humanos podían hacer mejor que las máquinas.

Sim embargo, comentó que esta brecha probablemente se cerrará durante los próximos 100 años.

“Desde la Revolución Industrial, los humanos se han enfocado más en realizar tareas cognitivas. Pero, ¿qué pasará una vez que los algoritmos computarizados puedan superar a los humanos en esa área también?”

Algunos creen que la inteligencia artificial debería ser vista como una amenaza a la raza humana.

El filósofo y transhumanista de Oxford, Nick Bostrom, está convencido de que la humanidad terminará siendo “el gestor de arranque biológico para una súper inteligencia artificial”.

Elon Musk, la superestrella emprendedora que fundó PayPal, SpaceX y Tesla Motors, hizo eco de esta advertencia por medio de su cuenta de Twitter:

“La idea de que los humanos siempre tendrán una habilidad única más allá del alcance de los algoritmos que no son conscientes es solo una ilusión. Esta se basa en la asunción tradicional de que la inteligencia y la conciencia están inextricablemente vinculadas la una a la otra. Durante millones de años de evolución, esto puede haber sido cierto. Pero ya no es así”, dice Harari.