Por Sophia Yan
(CNNMoney) – Para muchas mujeres embarazadas, una lista de cosas por hacer antes del parto puede ser algo así: armar la cuna, comprar baberos extra y empacar lo esencial para el hospital. Pero, para un creciente número de mujeres chinas en embarazo, la lista también incluye comprar un pasaje de avión a Estados Unidos.
Felicia He, de 27 años, pagó cientos de miles de dólares y planificó meticulosamente todo antes subirse en un avión para viajar y dar a luz en California.
“Empecé a prepararme para el viaje aproximadamente al final de mi primer trimestre de embarazo”, recalcó. “Le pedí a mis amigas que habían dado a luz en Estados Unidos que me recomendaran a un doctor; luego encontré un lugar donde quedarme en el área durante unos cuantos meses y compré mi pasaje de avión”.
Cantidades de mujeres chinas embarazadas están llegando a Estados Unidos para dar a luz, atraídas por las normas que conceden la ciudadanía estadounidense a cualquiera que nazca en suelo estadounidense. De costa a costa se ha visto un auge en la industria turística de nacimientos para atender el creciente interés. Según el medio de comunicación estatal chino, en 2012, cerca de 100.000 mujeres chinas dieron a luz en Estados Unidos, más del doble de las 4.200 en 2008.
Muchas de las familias quieren tener un hijo estadounidense porque un pasaporte extranjero podría ser el boleto familiar de salida de China, si se cansan de la contaminación o de los problemas de seguridad alimentaria. La campaña del presidente Xi Jinping contra la corrupción generalizada, le ha dado a los chinos adinerados una razón más para estar tensos.
“Si las cosas llegaran a ser económica o políticamente inciertas en el país de origen de uno, los niños tienen un lugar a donde venir”, dijo Leti Volpp, profesora de derecho en la Universidad de California, Berkeley. Los niños pueden “entonces, pedir a sus padres, al cumplir 21 años”.
El deseo de salir de China es más acentuado entre los ricos. Casi dos terceras partes de los ciudadanos chinos con más de 10 millones de yuanes (1,6 millones de dólares) en el banco han emigrado, o lo tienen previsto, según un informe de Hurun publicado el año pasado.
Para He, quien dio a luz el año pasado, un pasaporte estadounidense para su bebé significa el acceso a mejores oportunidades de educación. La condición de extranjero le abre la puerta de los colegios internacionales exclusivos en Beijing, donde ella vive con su esposo, además de darle al niño la opción de estudiar la secundaria y la universidad en el extranjero.
Para otros, como Miao Yu, el dar a luz en Estados Unidos también puede ser una manera de eludir la política de un solo hijo de China. Aunque las reglas se han relajado un poco, no todas las parejas son elegibles para tener varios hijos.
Miao, de 35 años, calcula que gastó casi 30.000 dólares para tener a su segundo hijo en Estados Unidos. Al igual que He, ella planea enviar a su hija a estudiar en Estados Unidos quizás, incluso, la escuela primaria.
Para hacer el proceso más fácil, Miao consiguió una agencia que le ayudó a buscar un alquiler a corto plazo en un vecindario de Los Ángeles que es popular porque hay muchas mujeres chinas embarazadas.
Existen varias de esas agencias con sitios web y anuncios que ofrecen paquetes completos de nacimientos en “hoteles de maternidad”, los cuales incluyen alojamiento de lujo, alimentación, choferes, citas con el médico y más. Los sitios web incluso explican cómo obtener un pasaporte para un recién nacido y dónde solicitar una visa.
Mientras que muchas madres dan a luz en los 48 estados contiguos, territorios estadounidenses como la Mancomunidad de las Islas Marianas del Norte son populares.
Las islas están cerca de China y existe un programa de exención de visa para los turistas chinos.
El rápido auge del turismo de parto allí, ha hecho que su congresista, el republicano Gregorio Sablan, presione en repetidas ocasiones al gobierno de Estados Unidos para que ayude a implementar controles, como las medidas de selección previa, para frenar la entrada de las mamás embarazadas.
Atraídas por el costo de vida más bajo, tanto las familias Miao como la familia He, tienen planes para emigrar a Estados Unidos. La vivienda es más asequible, en especial si se compara con Beijing, donde los precios siguen en aumento.
Sin embargo, hay un problema. El conseguir un pasaporte estadounidense para un bebé, significa que eventualmente el niño será responsable de pagar impuestos en Estados Unidos.
“Todavía no he pensado en eso”, dijo He. “Y de todos modos, tenemos que esperar hasta que mi bebé tenga 18 años, ¿verdad?”.