en EE.UU.Por Chris Moody
(CNN) — Los guardias en el Monumento a Lincoln lo ven casi todos los días: guías turísticos les dicen a los entusiasmados visitantes que el número de escalones que llevan al templo equivale a la edad de Lincoln cuando murió, que sus manos blancas envían un mensaje en lenguaje de señas y que puedes ver el rostro de Robert E. Lee esculpido en la parte posterior de su cabeza.
Son tonterías, me dijo el guarda del Parque Nacional, Michel Kelly, durante una reciente visita. “No es un hecho”.
Hay 57 escalones en el Monumento a Lincoln; Lincoln tenía 56 años al momento de su muerte cuando le disparó un asesino.
No hay evidencia de que la escultura tenga intención alguna de hacer una seña con sus manos.
Y no, el rostro de Lee no está oculto en los rizos de Lincoln.
“Detrás de la estatua de Lincoln hay un símbolo de Robert E. Lee”, dijo Kelly, quien ofrece un recorrido regular en torno a los “secretos” del cercano Monumento a Washington. Señaló hacia el cementerio nacional de Arlington, donde la casa de Lee aún se encuentra en la cima de una colina. “Ese símbolo, como todos saben, es la vista al otro lado del río”.
Muchos de estos mitos y secretos de los monumentos, explicó Kelly mientras visitábamos los monumentos a los presidentes George Washington, Thomas Jefferson y Lincoln, están ocultos en su historia.
En honor al Día del Presidente, a continuación encontrarás algunos de nuestros favoritos:
Graffiti de la Guerra Civil en el Monumento a Washington
Los soldados de la Unión fueron enviados al Monumento a Washington durante la Guerra Civil, el cual aún estaba en construcción cuando inició el conflicto. En la base, algunos de los hombres dejaron su marca al grabar sus nombres y hacer dibujos, los cuales aún puedes ver hoy en día.
Ellos no serían los últimos en pintarrajear la estructura de 169 metros. A través de los años, los turistas que subían la escalera hasta la parte superior a menudo se detenían para tallar sus propios nombres, lo que dio lugar a que el Servicio de Parques requiriera que casi todos los visitantes tomaran el ascensor en su lugar. Hoy en día, un selecto número de visitantes puede usar las escaleras… solamente si son escoltados por un guía.
Un nombre oculto en el Monumento a Lincoln
Es casi imposible ver con claridad sin una linterna, pero si miras la pared sur del Monumento a Lincoln detenidamente, encontrarás las letras “EBL” talladas ligeramente en la piedra, las cuales representan el nombre de Evelyn Beatrice Longman. Ella talló el borde decorativo alrededor de los discursos de Lincoln que cubren las paredes y era una pupila de Daniel Chester Frech, quien dirigió el proyecto del Monumento a Lincoln.
¿La estatua de Jefferson en realidad ve hacia la Casa Blanca… o algo más?
Comúnmente se señala que la estatua de Thomas Jefferson que se ubica en la Cuenca Tidal de Washington está ubicada con su vista dirigida hacia la Casa Blanca. Pero Kelly dice que en realidad puede que ese no sea el caso.
En cambio, Jefferson parece estar viendo justo en dirección al este de la mansión presidencial, el hogar del edificio del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Allí, una estatua de Hamilton, el primer secretario del Departamento del Tesoro, ve hacia el sur en dirección a Jefferson.
Hamilton y Jefferson fueron rivales que lucharon por la dirección del país en los primeros días de la República.
“Ambos hombres sirvieron bajo George Washington. Ambos se convirtieron en líderes de partidos políticos distintos”, dijo Kelly. George Washington odiaba la idea de las facciones y de los partidos políticos, ya que quería que todo el mundo se reconociera a sí mismo como nada más que estadounidenses. Jefferson and Hamilton son quienes están comenzando a dividir el gobierno e incluso dividir al país en partidos políticos”.
“Jefferson está viendo a Hamilton, y Hamilton lo ve de vuelta”, dijo.
Kelly señaló al otro lado de la Cuenca Tidal, hacia el imponente obelisco de Washington.
“En medio de ellos se encuentra el monumento al presidente Washington, quien trató de solventar sus diferencias, quien trató de unificarlos en un propósito común, pero no lo logró”, dijo Kelly. “Eso no es un secreto, pero en realidad nadie lo relaciona”.