Por John D. Sutter, CNN
(CNN) – Imagina que estás volando sobre los Países Bajos y que estás viendo una de las imágenes con pixelado grueso de la galería de arriba.
Sería difícil no sonreír, ¿verdad?
Si estás viendo esta nota en tu móvil, mira aquí la galería.
Quiero decir, ¿qué es esa cosa extraña?
¿Acaso es un caleidoscopio de gran tamaño?
¿Una rasterización de la película Matrix?
¿Una especie de coliflor rara del tamaño de una ciudad?
Cuando Mishka Henner, un artista de 38 años de edad y fotógrafo, se encontró con estas imágenes “borrosas” de paisajes holandeses en Google Maps, también se sorprendió y divirtió.
“Bueno, me reí”, al referirse a su descubrimiento inicial.
Las zonas ocultas “no son solamente bases, son también palacios reales, depósitos de combustible, depósitos de municiones y ese tipo de cosas”, me dijo Henner. El gobierno holandés “utilizó un método bastante espectacular para ocultar estos sitios, el cual básicamente hace todo menos ocultarlos”.
Henner, quien vive en el Reino Unido, decidió convertir esta forma de censura extrañamente bella en arte. Su serie de representaciones de alta resolución de Google Maps se llama “paisajes holandeses”. La serie, creada en el 2011, ha estado en exhibición en el Museo de Arte Moderno y en otros lugares de Nueva York. El próximo mes, dijo, estará en exhibición en el Centro Pompidou de París.
Según me dijo él, cada una de las piezas de la serie en realidad es un compuesto de alrededor de 60 imágenes pequeñas de Google. Henner las une para crear una impresión lo suficientemente grande para ser exhibida en una galería.
Los curadores de la galería le han dicho a Henner que este trabajo les recuerda el movimiento cubista de principios de la década de 1900, en la que pintores como Picasso y Braque simplificaban la realidad en una colección de formas angulares. Henner me dijo que nunca lo había pensado de esa manera, y que sospecha que lo único que hizo el gobierno holandés para crear este efecto fue utilizar el filtro “cristalizar” en Photoshop.
“Pudo haber sido el viernes del mes en el que a los padres (en el Ministerio de Defensa holandés) se les permitió llevar a sus hijos al trabajo”, dijo.
Las imágenes son “de cierto modo, muy infantiles”.
También apuntan hacia algo más profundo.
“Es una paradoja: demasiadas cosas son evidentes” en el mundo moderno, donde las cámaras de seguridad y los teléfonos inteligentes se encuentran en todas partes, me dijo. “Y, aun así, existe mucho esfuerzo para hacer que las cosas no sean evidentes. Los paisajes holandeses reflejan eso de forma realmente intensa. Es el esfuerzo por ocultar algo que es visible”.
Y eso es lo que me gusta de este trabajo, y este método de censura. Es obvio. Y es casi caprichoso. De la misma forma que el país está permitiendo que sus ciudadanos conozcan el secreto, al reconocer, por una vez, que es una realidad oculta por motivos de seguridad. Un portavoz del Ministerio de Defensa holandés, Klaas Meijer, me dijo que estas confusiones ingeniosas ya no son requeridas bajo la legislación holandesa y que, luego de una enmienda de ley realizada en 2013, “Google Maps mostrará los sitios militares o de la realeza sin restricciones”.
Queda por lo menos una excepción. Esas imágenes probablemente no han sido actualizadas desde que cambió la ley, dijo Meijer.
Google no forma parte de la censura, según dijo un portavoz de la compañía.
“Las imágenes de Google Earth y Maps se originan de una variedad de fuentes”, dijo la compañía en un correo electrónico. “La fotografía aérea local recopilada por proveedores de imágenes está sujeta a las leyes locales y en algunos países, como condición para el sobrevuelo, requieren que las compañías de fotografía aérea difuminen las instalaciones militares y otras áreas consideradas vulnerables por el gobierno. Esto lo implementan las empresas locales antes de hacerlas llegar a terceros como Google”.
Quizá ya es anticuado, pero aún considero refrescante la evidente censura de la serie de paisajes holandeses en una época en la que muchos esfuerzos del gobierno en cuanto a la manipulación de información y confusión son encubiertos de forma aterradora.
En el libro “The Dictator’s Learning Curve”, William Dobson afirma que los gobiernos autoritarios (o que aspiran a ser autoritarios) son cada vez más sofisticados e inteligentes. En lugar de la manipulación y el control absoluto mostrado por Corea del Norte, por ejemplo, muchos líderes mundiales tratan de manipular sin ser notados o al mantener una negación plausible.
“Por ejemplo, veamos el caso de Rusia”, escribió Dobson. “A pesar de que Vladimir Putin se volvió cada vez más autoritario, nunca cometió un acto de violencia contra la Constitución rusa; trabajó en las fisuras del sistema político de Rusia, centralizando el poder a través de canales que al menos podrían parecen democráticos”.
La censura de Internet en China es otro buen ejemplo. El Gran Cortafuegos del país es utilizado para filtrar las búsquedas locales de Internet de términos provocativos como “Plaza de Tiananmén”, el sitio de una manifestación en favor de la democracia de 1989. Sin embargo, no existe un equivalente de un gran polígono llamativo que le aparezca a los usuarios de Internet cuando se está censurando la red. Cuando las personas buscan en Google términos prohibidos, por ejemplo, “el usuario verá una página en blanco o un mensaje de error del navegador”, de acuerdo con el sitio web greatfire.org, el cual rastrea la censura de Internet en China.
¿Cuál es esa censura?
¿O una mala conexión?
Está claro, pero de cierto modo no lo está, exactamente.
Estados Unidos también es culpable de esto. Preferiría que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) me enviara un correo electrónico diario con una lista de toda la información que está recopilando sobre mí. Podrían hacerlo con emoticonos o de cualquier manera cursi y pseudo ingeniosa que prefieran. Al menos sabría qué está pasando.
Es peor no saberlo.
“Ahora se trata de un tipo de mano de hierro escondida detrás de una sonrisa falsa”, escribió Dwight Garner en una reseña del libro de Dobson para The New York Times.
La manera holandesa –una censura bellamente obvia– es claramente preferible, aunque no realista. Pocos gobiernos parecen dispuestos a admitir sus esfuerzos para censurar y manipular.
Sin embargo, es una lástima.
Si todos ellos asumieran el ingenioso enfoque holandés para ello, probablemente sus ciudadanos podrían confiar más en ellos. Al menos, ellos sabrían lo que está sucediendo y podrían tener argumentos racionales mostrando su apoyo u oposición.
Como lo es ahora, muchos programas gubernamentales –especialmente aquellos que involucran espionaje y censura– son en gran parte invisibles y, por lo tanto, totalmente cuestionables.
Mishka Henner es un fotógrafo belga. Lo puedes seguir en Twitter e Instagram.