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Por Robert Howell

(CNN) — José Guevara vive con su familia en una pequeña granja. Él ha pasado gran parte de su vida montando caballos y trabajando en los campos, pero hoy se traslada por los alrededores en la parte posterior de la moto de cuatro ruedas de su nieto. José tiene 105 años de edad.

“Me levanto a las 6 de la mañana, luego recojo algo de maíz y le doy de comer a las gallinas o al cerdo”, dice.

“Yo como, pero no tanto… generalmente carne de res, un buen corte de carne de cerdo, arroz y frijoles, cuatro comidas que nunca nos faltaron en mi casa, gracias a Dios”.

Guevara vive en la península de Nicoya en Costa Rica. La península, bendecida con playas de arena y bosque tropical, es como un paraíso para los mochileros. También es un área identificada como “zona azul”, uno de los cinco lugares en todo el mundo en donde perceptiblemente la gente vive más tiempo.

Dan Buettner dirigió el equipo que descubrió por primera vez las zonas azules hace más de una década. Junto con Nicoya, identificó Loma Linda, California; Icaria, Grecia; Cerdeña, Italia, y Okinawa, Japón… cada uno de ellos seleccionado porque tienen costumbres y estilos de vida que ayudan a crear un ambiente en donde la gente puede vivir más sano, más tiempo.

Buettner visitó por primera vez la península de Nicoya en 2006, después de que los demógrafos de la Universidad de Costa Rica identificaron lo que parecía ser una zona de longevidad.

Con base en los registros de nacimiento confiables del país, ellos fueron capaces de seleccionar las ciudades y pueblos donde la gente vivía más tiempo. Una amplia encuesta de puerta en puerta –la cual incluía la toma de muestras de sangre– encontró pocas enfermedades cardiovasculares y reveló algo sorprendente de la longitud del telómero… los biomarcadores genéticos que son considerados buenos indicadores para el envejecimiento.

No te estreses

“Los nicoyanos tienen telómeros más largos que el resto de los costarricenses… en especial los nonagenarios y centenarios”, explica Gilbert Brenes, del Centro Centroamericano de Población. “Cuanto más largo el telómero, más tiempo se vive”.

“Algunos científicos han argumentado que la longitud de los telómeros es un indicador del estrés y lo que hemos encontrado es que las personas en Nicoya están menos estresadas ​​y han estado menos estresadas ​​durante toda su vida que otros costarricenses, y esto repercute en una mayor longevidad”, añade.

Aparte de evitar el estrés, ¿cuál es el secreto de su longevidad? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero hay algunas teorías.

“Los nicoyanos específicamente, poseen un agua que se filtra a través de la piedra caliza y que es muy rica en calcio y magnesio”, dice Buettner. “Así que, literalmente, puede ser que haya algo en el agua que haga que la tendencia de ellos sea menor en cuanto a quebraduras fatales de cadera… sus huesos suelen ser más fuertes”.

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“Su dieta tiende a estar basada principalmente en vegetales, viven en aldeas donde cada vez que van a trabajar, a la casa de un amigo o a la iglesia, tienen que caminar… por lo que son impulsados a tener alguna actividad física que mantiene su metabolismo a un ritmo más alto”.

Además, añade: “Tienden a ser personas de fe y sabemos que las personas que pertenecen a una organización basada en la fe, no importa cuál sea —musulmanes, judíos o cristianos—, viven de cuatro a catorce años más que las personas que no tienen esa fe… así que aunque esta es una relación, lo verás muy evidente en Costa Rica”.

Costa Rica invierte sólo alrededor de una décima parte de lo que Estados Unidos gasta en atención sanitaria; aun así, más del doble de hombres allí pueden tener la esperanza de llegar sanos hasta los 90 años. De hecho, la Universidad de Costa Rica encontró en un estudio que la probabilidad de que un varón de Nicoya de 60 años de edad llegue a ser centenario, es siete veces mayor que la de un hombre japonés.

“Esta idea de que hay que ser rico para estar sano es totalmente errónea, y en las zonas azules estamos viendo la longevidad casi en su totalidad entre personas que estarían técnicamente muy por debajo de la línea de pobreza en Estados Unidos”, dice Buettner.

‘Pura vida’

Sin embargo, la vida no solo se trata de calidad, sino también de cantidad, y no nos engañemos, las personas longevas de Nicoya todavía disfrutan de las riquezas de la misma. En una fiesta celebrada recientemente, Guevara y otros 23 centenarios mostraron lo que significa ser joven de corazón. El Dr. Fernando Morales Martínez, director del Hospital Nacional de Geriatría, hizo un viaje de cuatro horas de la capital a la histórica reunión. Era la oportunidad para escuchar y aprender.

“Me sorprendieron todas sus respuestas porque ellos eran muy coherentes… lo explicaban todo y eran muy buenos conversadores, yo estaba realmente sorprendido”, dijo. “Lo que me sorprendió más fue esta señora de 108 años que me invitó a bailar”.

Esa señora de 108 años de edad era María Francisca Isolina Castillo. Conocida cariñosamente como Panchita, ella es la residente de más edad de Nicoya. Vive en una humilde casita y tiene cuatro hijos que han permanecido cerca de ella. Pablo, su hijo mayor, tiene 92 años de edad.

“Hace tiempo comíamos carne de animales silvestres –venados, pacas, pecaríes–, animales de la naturaleza que no estaban inyectados con cualquier cosa”, dice Castillo. “Ahora, casi todo lo que comes ha sido inyectado. ¡Esa es la razón por la que todos son tan perezosos ahora!”, bromea.

La risa es otro elemento importante para la longevidad de la zona azul, y una gran parte de lo que los costarricenses llaman “pura vida”.

Como Brenes dice: “Parte del secreto en Costa Rica es reír y sonreír… el motivo de la “pura vida” nos demuestra que esto es parte de ella… ¡trata de ser feliz!”