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Por Jessica Stern

Nota del Editor: Jessica Stern es la directora ejecutiva de la Comisión Internacional Gay y Lesbiana de Derechos Humanos. Las opiniones expresadas en este comentario son exclusivamente suyas.

(CNN) — El Estado Islámico de Iraq y Siria nuevamente es noticia importante. El miércoles comenzaron a circular imágenes de la ciudad de Raqqa en Siria, en las que aparece un hombre cuando es arrojado de un edificio, supuestamente luego de recibir una condena por un acto homosexual.

La escena es horrorosa y escalofriante. Y esa es precisamente la intención, porque ISIS no solo mata a individuos a los que acusa de homosexualidad, sino trata de difundir el terror entre las personas que no cumplen con las ideas tradicionales acerca de la forma en la que los hombres y mujeres deberían verse, y lo que deberían hacer o decir.

Esta última ejecución es la octava que ISIS afirma haber llevado a cabo por sodomía. Además, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (SOHR, por sus siglas en inglés) ha informado sobre los asesinatos de otros cuatro hombres, también acusados de sodomía, a quienes ISIS mató de forma similar en Siria. ISIS presuntamente también es responsable de apedrear a al menos tres mujeres en Siria, acusadas de adulterio.

Está claro que estos escalofriantes espectáculos han sido preparados con la intención de aterrorizar. Algunos de los hombres fueron fotografiados ya sea al momento de ser arrojados desde la parte superior de altos edificios, o al ser apedreados o muertos a tiros (y en ocasiones ambos). En sus publicaciones en redes sociales acerca de las ejecuciones, ISIS muestra cómo las víctimas son trasladadas al centro de una ciudad, donde los militantes pretenden leer un fallo de un supuesto “tribunal” antes de llevar a cabo la ejecución frente a una multitud. Usualmente, la última fotografía muestra un cuerpo sin vida.

La máquina de propaganda de la milicia reúne a las comunidades locales y publica imágenes en las redes sociales con una intención clara: advertir en contra de cualquier agresión y difundir el terror.

Por supuesto, la Comisión Internacional Gay y Lesbiana de Derechos Humanos (IGLHRC, por sus siglas en inglés), condena estos actos. Pero también es importante señalar que tenemos muy poca información sobre las ejecuciones en sí. Ciertamente, a pesar de nuestros esfuerzos, y de los de otros observadores independientes, no es posible corroborar ni las acusaciones ni la naturaleza, hora y ubicación exacta de las ejecuciones. No sabemos nada acerca de la orientación sexual o identidad de género de las víctimas. Por lo tanto, al no existir evidencia o confirmación independiente, debemos ser cautelosos respecto a asumir cualquier cosa sobre los individuos involucrados.

Aun así, independientemente de las incertidumbres en estos casos individuales, como lo ha señalado el IGLHRC y la organización de los derechos de las mujeres MADRE, la naturaleza pública y truculenta de estas ejecuciones, y las amenazas previas de ISIS en contra de quienes cometan lo que ellos califican de “sodomía”, generan preocupaciones para cualquier persona en Iraq o Siria que no se ajuste a las ideas tradicionales de los hombres y mujeres “apropiados”.

Y la realidad es que estas ejecuciones más recientes seguramente aumentaran la inquietud y el sufrimiento psicológico entre las personas lesbianas, gay, bisexuales, transgénero e intersexuales —y ciertamente aterrorizarán a la población general— en las áreas que se encuentran bajo el control de ISIS. En el caso de los individuos iraquíes que son percibidos como personas que se desvían de las normas de género predominantes, vivir bajo el control de ISIS significa vivir con la constante sombra de una posible sentencia de muerte, scomo lo señala nuestro informe escrito con MADRE y la Organización por la Libertad de las mujeres en Iraq, con sede en Bagdad.

¿A dónde vamos a partir de aquí?

No hay atajos o respuestas sencillas para detener la violencia de ISIS. El antídoto a su sombría forma de ver la vida será a largo plazo y difícil de alcanzar, arraigado en la tenacidad y la sabiduría de las comunidades locales resistentes. Sin embargo, la comunidad internacional debe actuar urgentemente para proteger las vidas y ayudar a los que huyen de la violencia hoy en día. El reasentamiento interno y externo de las personas perseguidas debería ser intensificado con un mayor apoyo financiero a las agencias de la ONU y a las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos que trabajan directamente con personas vulnerables. Mientras tanto, se deberían acelerar las solicitudes de asilo por parte de individuos perseguidos.

No nos podemos quedar sentados ociosamente mientras ISIS comete una violencia sin sentido con la intención de proteger la “moralidad”.