Por Thomas Page, para CNN

(CNN) – Al principio, Raymond Goldstein pensó que había recibido un correo electrónico no deseado.

El mensaje dirigido al físico de la Universidad de Cambridge pedía ayuda para resolver la dinámica del cabello, especialmente la forma de las colas de caballo. Goldstein pensó que había “ganado la lotería nigeriana”.

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Cuando estaba a punto de hacer clic en eliminar, le dio nuevamente un vistazo al mensaje y descubrió que provenía del gigante mundial de bienes de consumo, Unilever. Esto despertó su curiosidad por lo que se reunió con un representante de la compañía, y el resto, como se dice, es historia.

Luego de reunir a un equipo de físicos veteranos, Goldstein se dispuso a abordar el tema y publicó la investigación que realizaron en una revista contrastada por otros científicos. El mismo detallaba la mecánica de fluidos del cabello, sobre la base de un formidable potencial de observación científica que se remonta hasta Da Vinci. Incluso acuñaron un nuevo término: hairodynamics (dinámica del cabello).

Pronto obtuvieron la atención de la comunidad científica y, en cuestión de un año, estaban recibiendo un Premio Nobel. Un Premio Ig Nobel, específicamente.

El premio que nunca pensaste que querrías  

El Ig Nobel, un familiar satírico del galardón sueco más apreciado, pretende dar a conocer la investigación que primero te hace reír, y luego te hace pensar. Este año se celebra su vigésimo quinto aniversario, así que ¿qué mejor momento para celebrar la contribución de los premios Ig Nobel a la comunidad científica?  

Cada año, miles compiten por los premios –”siempre se fabrican de los materiales más baratos”, según el fundador Marc Abrahams– que se celebran en la Universidad de Harvard.

La ceremonia evidencia una transición de lo sublime a lo común, en su máxima expresión. Los ganadores reciben sus galardones de manos de auténticos ganadores que han recibido premios Nobel, pero los discursos son abreviados por una niña que grita expresando su aburrimiento. Cada año, un elenco de cantantes profesionales y científicos interpretan una mini ópera. La del año pasado estuvo inspirada en Mozart y mostraba un coro de bacterias microbianas.

Entre los ganadores anteriores está un hombre que se disfrazaba como un oso polar para asustar a un reno y un estudio de necrofilia homosexual entre azulones (elogiado por Abrahams por “su gran calidad literaria”). Sin embargo, no todos los ganadores pueden tener tanto prestigio científico.

Una historia de sátira  

Los Ig Nobel cuestionaron al gobierno de Estados Unidos en 2012, otorgándoles el Premio de Literatura “por emitir un informe sobre informes acerca de los informes que recomienda la preparación de un informe acerca de un informe sobre los informe de unos informes”. Puedes leerlo aquí.

En 2009, el Premio de Matemáticas fue para Gideon Gono, quien entonces era el jefe del Banco de Reserva de Zimbabue, por imprimir billetes de un billón de dólares zimbabuenses (mientras también imprimían billetes de 1 céntimo).

El año pasado, el Instituto Nacional de Estadística de Italia se llevó el Premio de Economía por sacar al país de la recesión a través del uso de prostitutas, drogas y contrabando. (El gobierno italiano terminó sentando un precedente en Europa, cuando el Reino Unido pronto integró la así llamada “economía sumergida” en sus cifras… el PBI nacional aumentó en un 5% en ese trimestre, equivalente a 15.000 millones de dólares).

Como fue comprobado por los premios Ig Nobel, la línea entre la investigación ridícula y la investigación seria siempre ha sido borrosa. Nadie refleja mejor esta afirmación que el físico holandés-británico, Andre Geim.

En el 2000, Geim se llevó el Ig Nobel de Biología por usar imanes para levitar ranas. Diez años más tarde, recibió el Premio Nobel de Física por sus “revolucionarios experimentos en relación con el grafeno, un material bidimensional”. Es difícil determinar cuál es su mayor logro.

La preparación para una fiesta  

Actualmente, Abrahams está de gira por el Reino Unido promocionando los premios Ig, con el apoyo de ganadores anteriores como Goldstein y probables candidatos como David Dunstan, quien encontró la fama al realizar un estudio de dos años sobre las propiedades de migración de vuelta de caracoles de jardín (su modus operandi: arrojarlos sobre la cerca del jardín).

Pronto Abrahams tendrá que calmarse y analizar las 9.000 solicitudes que estima recibir, antes de la ceremonia de aniversario del 17 de septiembre.

A pesar de sus muy admiradas imitaciones de los premios Nobel, aún no ha sido invitado a Estocolmo para los premios. Cuando se le preguntó si asistiría en caso de que fuera invitado, Abrahams objeta diciendo “que él no querría ser una distracción”.

Y en cuanto a lo que el Premio Nobel podría aprender de su propia pícara creación…

“Absolutamente nada”.