(CNN)– Lee Kuan Yew, el ex primer primer ministro de Singapur y considerado responsable de la conversión de la ex colonia en un centro financiero próspero, ha muerto la madrugada del lunes a los 91 años. A él se deben las calles limpias, los brillantes rascacielos y un gobierno estable en el país asiático. La noticia la confirmó en un comunicado la oficina del actual primer ministro de Singapur, que es también el hijo de Lee, Lee Hsien Loong. Lee llevaba hospitalizado desde el 5 de febrero con neumonía.
Nacido en 1923, Lee se convirtió en primer ministro en 1959, cuando Singapur, una pequeña lengua de tierra sin recursos naturales y una población políglota de chinos, malayos e indios, seguía siendo territorio británico y acosado por los disturbios y el malestar social.
Presidió la amarga separación de Singapur de Malasia en 1965 y convirtió al pequeño país independiente en la potencia económica mundial que es hoy. “Yo estaba tratando de crear, en una situación tercermundista, un oasis de primer mundo”, dijo Lee a CNN en 2008.
El pensamiento de Lee también tuvo un impacto internacional. Su tipo de capitalismo - que hace hincapié en el papel del gobierno en lugar del libre mercado - ha proporcionado un modelo para las reformas económicas históricas de China.
Pero Lee fue también una figura muy criticada por acabar con la libertad de prensa y por el duro trato a los opositores políticos.
En 2013, las protestas por los planes para permitir que más inmigrantes entraran en la ciudad-estado indicaban un creciente malestar entre los habitantes de Singapur sobre la visión de país establecida por el Partido de Acción Popular - el partido fundado por Lee que ha gobernado Singapur durante cinco décadas.
Lee voluntariamente renunció como Primer Ministro en 1990, el primer hombre fuerte de Asia en hacerlo.
Sin embargo, jugó un papel en el Gabinete del país hasta 2011, cuando su hijo mayor, Lee Hsien Loong, fue elegido para un segundo mandato como Primer Ministro.
A pesar de su marcha oficial, el anciano Lee conservó su influencia en todo el mundo. “Esta es una de las figuras legendarias de Asia en los siglos XX y XXI”, dijo el presidente estadounidense, Barack Obama, durante una reunión con Lee en la Casa Blanca en octubre de 2009.
“Él ayudó a desencadenar el milagro económico asiático”, agregó Obama.
Pero en los últimos años había indicios de que la salud de Lee estaba empeorando.
En 2010 fue ingresado en el hospital con una infección en el pecho y principios de 2013, Lee - entonces de 89 años - fue hospitalizado y tratado de “síntomas similares a una apoplejía”.
Ingresó de nuevo en el hospital el 5 de febrero con una grave neumonía y más de seis semanas después permanecía conectado a un ventilador con respiración asistida.
¿Cómo llegó a ser un líder?
La familia de Lee había emigrado desde el sur de China cuatro generaciones atrás.
Él era un estudiante brillante que consiguió su respeto entre la elitista Institución Raffles de la ciudad y esto le permitió estudiar Derecho en Fitzwilliam College en Cambridge (Reino Unido).
Él aseguró que decidió dedicarse a la política a raíz de sus experiencias durante la ocupación japonesa de Singapur.
“Descubrí cómo la gente sobrevivió y se sometió sólo porque necesitaba comer y su familia necesitaba vivir, así aprendí el significado del poder”, dijo a CNN en 2002.
La ciudad de la que Lee tomó el control en 1959 todavía se estaba recuperando de los estragos de la guerra y no podía tener menos que ver con la actual Singapur. Sin embargo, Lee dijo a CNN que no tenía “gran visión de transformación.”
Se concentró en atraer inversiones y en crear puestos de trabajo; primero encontró un nicho de mercado exitoso fabricando productos electrónicos para convertir a Singapur en una alternativa a Hong Kong, que estaba en crisis debido a la Revolución Cultural en China.
Mientras que Lee ha sido elogiado por sus logros económicos, también creó un Singapur muy estricto con muchas leyes y regulaciones estrictas que ordenaban la mayoría, si no todos, los aspectos de la sociedad - incluyendo los medios de comunicación y las libertades políticas, la censura e incluso la venta de chicles.
El país ocupa el puesto número 150 de la lista de Reporteros sin Fronteras 2014 en Índice de Libertad de Prensa poniéndolo por encima de la República Democrática del Congo, México e Irak.
The New York Times, The Economist, el International Herald Tribune y el Asian Wall Street Journal han sido blanco de ataques con el “acoso judicial” empleado por la familia Lee, y su control de los medios.
En un artículo de 2014 publicado por CNN, el político de la oposición Chee Soon Juan criticó sistema autoritario de Singapur, culpando a la falta de las opiniones disidentes de la desigualdad económica y el empeoramiento de las condiciones de trabajo.
“Las filas de la oposición, la sociedad civil y el movimiento laboral han sido diezmadas en los últimos 50 años a través de la prisión sin juicio y persecución penal, y casi todas las editoras de periódicos, canales de televisión y radio son propiedad del estado”, dijo Chee.
Pero en una entrevista de 2008 con Fareed Zakaria de la CNN, Lee rechazó las acusaciones de que Singapur fuera un estado demasiado coercitivo. “Quiero la paz social y la estabilidad en el país. Yo no estoy siguiendo ninguna receta que me diera ningún teórico de la democracia”, dijo.
Mientras que Lee es probable que sea recordado con cariño y orgullo por muchos habitantes de Singapur, una generación más joven, sin memoria de la pobreza y la violencia que marcó el nacimiento del país, está cuestionando el control de la dinastía Lee de la política de Singapur y presionando para una mayor democracia.
En 2011, el Partido de Acción Popular cedió seis escaños a la oposición, lo que provocó que Lee dimitiera y pasara a ser “ministro mentor” del partido y otro ex primer ministro, Goh Chok Tong, también dimitiera.
La clave para el futuro será la manera en la que Singapur haga frente a estas demandas democráticas en su segundo medio siglo, pero es poco probable que en detrimento de los logros de Lee en sus primeros 50 años. En 2010, la revista Time incluyó a Lee en su lista de las 100 personas más influyentes del mundo.
“La marca de un gran líder es llevar su sociedad de donde está a donde nunca ha estado”, escribió el ex secretario de Estado Henry Kissinger en el artículo sobre Lee. “No hay mejor pensador estratégico en el mundo de hoy.”