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FILADELFIA (CNN) –  ¿Cómo siete vagones y la locomotora de un tren de Amtrak se salen de las vías haciendo volar a pasajeros, equipaje, computadoras portátiles y otras cosas? Una posibilidad se puso frente a todas las demás este miércoles: la velocidad.

Las autoridades no han dicho, de forma definitiva, qué causó el descarrilamiento del tren 188 de Amtrak en Filadelfia la noche de ayer martes. Pero la Junta Nacional para la Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) dijo que datos preliminares indican que el tren tomó una curva a más de 160 kilómetros por hora antes de descarrilarse. Esto es mucho mayor a los 60 kilómetros por hora que tenía como límite de velocidad esa zona.

Un oficial que tiene acceso directo a la investigación dijo a CNN que las autoridades se están enfocando en la velocidad como una posible causa, dado el ángulo en que quedaron los vagones y el tipo de daño que se registró. La llamada”caja negra” del tren, recuperada en el lugar, dará datos definitivos dentro de poco tiempo.

Robert Sumwalt, un miembro de la junta de la NTSB, dijo que su equipo examinará todo, incluidas las condiciones en las que se encontraban las vías y el propio tren, cómo funcionaron las señales y todo lo relacionado con cómo era conducido el tren.

Aún si se determina que el tren iba demasiado rápido, esto podría ser por varios factores: por culpa del ingeniero o por una falla mecánica, como por ejemplo una falla en el sistema de frenado.

“Ustedes tienen muchas preguntas, nosotros tenemos muchas preguntas”, dijo Sumwalt a reporteros. “Pretendemos resolver esas preguntas dentro de 24 a 48 horas”.

Cualquiera que sea la causa, esto no cambia el sufrimiento que muchos siguen experimentando este miércoles, como los familiares de los siete fallecidos o las decenas de sobrevivientes, ahora víctimas de trauma físico y emocional.

Unos 238 pasajeros y cinco integrantes de la tripulación estaban en el tren cuando descarriló alrededor de las 9:30 p.m. de este martes.

Uno de los que fallecieron fue Jim Gaines, un padre de dos que trabajaba como un arquitecto de software de video para The Associated Press, informó la agencia de noticias.

Otro de los fallecidos fue un oficial de la Naval de Estados Unidos que se dirigía a casa en Nueva York desde Annapolis, Maryland. Justin Zemser, de 20 años, fue descrito por sus familiares como una gran persona cuya muerte los ha dejado desconsolados.

Los hospitales han recibido a más de 200 personas, pero al menos la mitad de ellos ya han sido dados de alta. Dicho número incluyen a ocho que se encuentran en condición crítica.

Muchos de los pasajeros quedaron heridos cuando otros pasajeros u objetos cayeron sobre ellos. Uno de los heridos fue el propio ingeniero del tren, que recibió tratamiento médico pero que pudo ser interrogado por la policía, informó el alcalde Michael Nutter.

Las autoridades no han descartado la posibilidad de que haya más víctimas en el lugar y siguen las tareas de rescate, informó Nutter este miércoles por la tarde.

“Estamos destrozados por lo que hemos experimentado aquí”, dijo Nutter. “No habíamos pasado por algo como esto en tiempos modernos”.

El descarrilamiento fue el noveno de Amtrak este año, de acuerdo con la Administración Federal de Vías.