(CNN) – No es la primera vez que le preguntan esto y posiblemente no será la última, pero nunca es fácil responder. ¿Cómo se siente Yaya Touré cuando los fanáticos del fútbol simulan gritos de monos para burlarse de él?
El mediocampista del Manchester City, quien juega para Costa de Marfil, ofreció detalles el martes acerca de la confusión emocional que siempre sintió entre querer jugar y rehusarse a ser objeto de esos gritos cuando salía del campo.
“Es difícil lidiar con eso”, dijo recordando el abuso que había sufrido por parte de los aficionados del CSKA Moscú en 2013.
“Como deportista, quieres terminar el juego, pero cuando escuchas eso [gritos de mono], te afecta. No es fácil experimentar eso”, añadió Touré, quien estaba ayudando a la FIFA a lanzar su Sistema de Vigilancia Antidiscriminación en Wembley en Londres.
Fue un gran día en el que pude contribuir a la lucha contra el racismo en el fútbol en el evento de @FIFAcom. Nosotros, los jugadores, podemos hacer nuestra parte. Debemos apoyarnos mutuamente.
Este el intento más reciente del ente rector en cuanto a tomar medidas drásticas contra incidentes de discriminación —no solo de racismo— que podrían ocurrir durante la fase de clasificación previo a la Copa del Mundo de Rusia 2018.
La UEFA declaró culpable al CSKA por el incidente que ocurrió en el 2013 y dictaminó un cierre parcial del estadio como castigo, además de una multa de 56.000 dólares.
“Si no nos sentimos seguros en la Copa del Mundo, al llegar a Rusia, no iremos”, dijo Touré inmediatamente después de ese partido, a pesar de que el martes estaba en un estado de ánimo más conciliador.
La FIFA enviará observadores independientes entrenados por FARE, la organización europea de lucha contra la discriminación, a los partidos que se consideran de “mayor riesgo”; como por ejemplo, los juegos que involucran equipos nacionales compuestos por jugadores de diferentes orígenes étnicos —Inglaterra, Francia y Alemania— explicó Federico Addiechi, Director de Responsabilidad Social Corporativa del ente rector a nivel mundial y encargado de la estrategia de sostenibilidad.
Los “monitores” informarán sobre cualquier incidente directamente a la FIFA, la cual tendrá la capacidad de sancionar con multas o cierre de estadios a cualquier organización deportiva que encuentren culpable.
Touré dice que se alegra de que ahora se pueda tomar una acción decisiva.
“Me siento muy satisfecho de ver que la FIFA está tomando muy en serio este asunto y que está estableciendo medidas concretas para detener el comportamiento que va en contra del espíritu de nuestro deporte”, explicó el marfileño.
“Debemos imponer sanciones”, añadió Touré. “Tienen que tomarse medidas enérgicas para demostrar que tienen que dejar de hacer eso”.
“El fútbol se trata de convivencia y felicidad. Debemos demostrarles que tienen que cambiar o que se enfrentarán a sanciones radicales”.
“Como africano, puedes imaginarte lo difícil que es esta situación. Lo digo en nombre de mis amigos. El abuso es muy doloroso, necesitamos que se impongan sanciones. Se tiene que hacer algo”.
Al hablar de sus cinco años en Inglaterra, la mayor cantidad de tiempo que alguna vez haya estado en un país durante su carrera profesional, Touré fue elogioso en cuanto a la forma en que lo han tratado.
“Somos personas de color, pero ante todo somos ‘hombres’”, explicó. “La gente es respetuosa”.
Según un informe reciente del Centro Sova, un grupo de monitoreo del racismo con sede en Moscú, los aficionados rusos cometieron alrededor de 200 incidentes racistas entre 2012 y 2014.
Apenas el mes pasado, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, dijo que “había mucho trabajo por hacer” para enfrentar el flagelo del racismo y la discriminación en el fútbol ruso y el juego en general.
A pesar de ese nivel de abuso, Addiechi insistió en que llevar a cabo la Copa del Mundo en Rusia no estaba sujeta a condiciones y que a la nación no se le quitaría la oportunidad de ser el anfitrión como castigo por algún incidente que surja entre hoy y esa fecha.
“La Copa del Mundo de la FIFA fue encomendada a Rusia con la condición de que esta se lleve a cabo de la forma en que esperamos”, dijo el Director de Responsabilidad Social Corporativa de la FIFA.
“Creemos en el impacto positivo que la Copa del Mundo puede tener —no solo en cuanto a la discriminación, sino en muchos otros aspectos— tanto en Rusia, el país anfitrión, como también en Brasil, en Sudáfrica y en Qatar en 2022”.
“La Copa del Mundo se celebrará en 2018 en Rusia. Ha existido un compromiso por parte de las autoridades gubernamentales y de fútbol de Rusia en cuanto hacer el mejor esfuerzo posible para alojar una Copa del Mundo inclusiva y asegurar de que todos se sientan seguros, cómodos y bienvenidos en el país”.
En el pasado, la FIFA y el ente rector del fútbol europeo, la UEFA, han enfrentado críticas por imponer castigos relativamente leves en relación con incidentes de discriminación. Se espera que esta nueva iniciativa, a través del castigo y la educación, sea el gran paso para avanzar en la lucha contra la discriminación previo a la Copa del Mundo de Rusia 2018.