Guardias de seguridad vigilan la zona cercana a la explosión en la embajada de Estados Unidos en Nairobi, Kenia, el 8 de agosto de 1998, un día después de los atentados.

(CNN) – Khalid Abdul Rahman Hamad al-Fawwaz fue sentenciado este viernes a cadena perpetua por estar involucrado en los atentados contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y en Tanzania en 1998. El hombre fue condenado por cargos de conspiración en febrero de este año en una Corte Federal de Manhattan.

“No puedo encontrar las palabras para describir lo triste y arrepentido que estoy por la terrible tragedia y las pérdidas, dolor y sufrimiento que causó”, dijo al Fawwaz antes de ser sentenciado en la Corte Federal de Manhattan, frente a una audiencia en la que habían familiares de las víctimas del atentado.

Al Fawwaz, de 53 años, fue descrito por la parte acusadora como un aliado de Osama bin Laden, y el último de los hombres relacionados con los atentos en ser juzgado.

Ellen Karas, una ciudadana estadounidense que trabajaba en la embajada de Estados Unidos en Nairobi el 7 de agosto de 1998, día en que los ataques fueron perpetrados, quedó completamente ciega como resultado de las heridas que sufrió.

Acompañada por su perro guía y luego de escuchar la sentencia, Karas dijo que era maravillosa. “Se ha hecho justicia”, afirmó.

Sin embargo, ella no se siente totalmente restituida. “No recuperé mi visión”, dijo. “Creo que no lo superaré hasta el día en que me muera”.

Grave ofensa para el Islam

Los atentados terroristas en Kenia y Tanzania se registraron el 7 de agosto de 1998 y dejaron un saldo de 224 muertos. El grupo terrorista al Qaeda se adjudicó la responsabilidad de los hechos.

Los bombardeos se dieron ocho años después de que las tropas de Estados Unidos se desplegaran en Arabia Saudita como consecuencia de la invasión de Iraq a Kuwait. El líder de al Qaeda Osama Bin Laden consideró la presencia de las tropas estadounidenses, cerca a las ciudades sagradas de La Mecca y Medina, como una grave ofensa.

26 personas han sido acusadas en los Estados Unidos por los bombardeos. Ocho de ellos cumplen penas de prisión actualmente.