Nota del editor: Ben Tinker es productor supervisor de la Unidad Médica de CNN. Síguelo en Twitter @tinkertime. Las opiniones expresadas en este comentario son únicamente las del autor.
(CNN) – Durante mi último año de escuela secundaria en las afueras de Nueva York en 2003, había una unidad para donación de sangre en la cafetería de la escuela.
Una unidad para donar sangre es especialmente importante para los jóvenes. Esta representa una de las primeras veces que se sienten como que están haciendo una diferencia en el mundo. Esto es mucho más importante y significativo que llevar a cabo una venta de pasteles o trabajar en un lavado de autos.
Mis amigos y yo estábamos emocionados porque donaríamos sangre. La mayoría de nosotros cumplíamos las reglas generales de la Cruz Roja para los donantes:
- Estar en buen estado de salud y sentirse bien
- Tener al menos 17 años (16 años y el consentimiento de los padres en algunos estados)
- Pesar al menos 50 kilos
Me inscribí, junto con casi todos los demás en mi clase, a excepción de un puñado de chicas que se aseguraron de que todo el mundo supiera que no llegaban a los 50 kilos de peso.
Mi orgullo cívico aumentó. Pensaba que podría estar salvando la vida de alguien. Muchas veces vi cuando mi mamá llegaba a casa con una calcomanía que decía “¡Yo salvé una vida!”. Aun cuando ella nunca hizo gran alarde de ello, me enseñó con el ejemplo. Ahora era mi turno.
SÍ, me “siento sano y bien el día de hoy”. NO, no estoy “tomando antibióticos actualmente”. SÍ, ya “leí el material educativo”. Avancé rápidamente, marqué todas las casillas de SI/NO que aparecen en el cuestionario estándar del historial de salud, hasta que me quedé frío en la pregunta número 34.
“Desde 1977 hasta el día de hoy, ¿ha tenido contacto sexual con otro hombre, tan siquiera una vez?”
Yo no sabía cómo responder a esta pregunta, así que hice una pausa y reflexioné. La técnica se dio cuenta de mi pluma flotando el aire y me preguntó si tenía alguna pregunta. Tímidamente, le pregunté si el sexo seguro contaba. Ya sabes, con un condón, como lo aprendí en la clase de educación sexual de la señorita Dundee.
“Sí”, me dijo, “incluso una sola vez, desde 1977”. Yo ni siquiera había nacido en 1977.
En caso de que te lo preguntes, cuando esto sucede, en un esfuerzo por proteger tu privacidad, ellos permiten que continúe el proceso de donación… aunque tu sangre al final es desechada. En lugar de salir caminando sabiendo que tu sangre podría salvar vidas, todo lo que logras es alejarte caminando con una dona y una cajita de jugo de manzana, para mantener altos tus niveles de azúcar.
También mantuve mi cabeza en alto, pero no fue sino hasta el verano de 2009 cuando entendí a cabalidad la ridícula naturaleza de esta política. Yo estaba informando para CNN acerca de un estudiante de secundaria de Nueva Jersey quien decidió protestar contra la política, a raíz de su propio aplazamiento.
En ese entonces, le pregunté a Dustin Weinstein, quien ahora tiene 26 años de edad, acerca del alza en las tasas de VIH en los heterosexuales, en especial entre las mujeres afroamericanas.
“No creo que se permita (prohibir que las mujeres negras donen sangre)”, me dijo. “Habría una enorme protesta pública”.
Tiene razón… y ese es exactamente el punto. En este momento existe un serio estándar doble.
Si eres heterosexual, te evalúan con base en tu conducta. Si eres gay, te evalúan por quién eres.
Para ilustrar mejor esto, permítanme compartir tan solo dos preguntas más del cuestionario. “En los últimos 12 meses, ¿has tenido contacto sexual con alguien que tiene VIH/SIDA o ha recibido un resultado positivo para el virus del VIH/SIDA? ¿Has tenido contacto sexual con una prostituta o cualquier otra persona que recibe dinero o drogas u otro tipo de pago a cambio de sexo?
Bajo la política actual, si yo fuera heterosexual, pero hubiera tenido sexo con una prostituta o con alguien que haya dado positivo para VIH/SIDA, podría esperar solo 12 meses antes de convertirme en un donante idóneo nuevamente. En cambio, me apartan indefinidamente, junto con cualquier otro hombre estadounidense que haya tenido siquiera un solo encuentro sexual con otro hombre desde 1977, incluso si hubiésemos seguido las prácticas de sexo seguro a diferencia de nuestros iguales heterosexuales.
Este es un ejemplo clásico de discriminación… y la política ha estado en vigor desde 1992.
Durante los últimos 23 años, ha habido protestas, tanto políticas como médicas, contra esta política.
En 2006, la AABB (anteriormente conocida como la Asociación Norteamericana de Bancos de Sangre), los Centros de Sangre de Estados Unidos y la Cruz Roja Americana dijeron en un comunicado conjunto que la prohibición de por vida para hombres que tienen sexo con hombres, para donar sangre era “médica y científicamente injustificada” e instaron a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) a que modifique las políticas de donación de sangre para que sean “comparables con los criterios de otros grupos en cuanto al mayor riesgo de infecciones por transmisión sexual o por transfusiones”.
Por último, esta semana, la FDA hizo exactamente eso, al emitir un nuevo proyecto de orientación para reducir el riesgo de transmisión del virus de la inmunodeficiencia humana por la sangre y productos sanguíneos.
Las nuevas recomendaciones proponen un aplazamiento de 12 meses en las donaciones para los hombres que tienen sexo con hombres, ya no es una prohibición de por vida.
Ya existe información exhaustiva disponible de países que han cambiado su política de aplazamiento para hombres que tienen sexo con hombres a un año, en particularmente Australia.
“Durante los cinco años previos y posteriores al cambio del aplazamiento de por vida a un aplazamiento de un año en Australia, no se observó cambio alguno en cuanto al riesgo para el suministro de sangre, el cual se define por el número de donaciones de VIH+ por año y la proporción de donantes VIH+ de hombres que tienen sexo con hombres como un factor de riesgo”, según el informe.
Otros países que han aplicado una política de aplazamiento de un año son Argentina, Australia, Brasil, Hungría, Japón, Suecia y el Reino Unido.
Los Centros de Sangre de Estados Unidos insisten en que nuestro suministro de sangre aquí en Estados Unidos son más seguros que nunca. Se llevan a cabo trece pruebas, incluyendo 10 para enfermedades infecciosas (VIH, hepatitis, sífilis) en cada unidad de sangre donada.
Según los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés), el usar material educativo para los donantes, hacer preguntas específicas de aplazamiento y los avances en las pruebas de los donantes han reducido el riesgo de transmisión del VIH por medio de una transfusión de sangre de aproximadamente 1 de cada 2.500 unidades antes de la prueba del VIH, a un riesgo actual estimado de aproximadamente 1 de cada 1,47 millones de unidades.
Si bien es posible detectar el VIH en una unidad de sangre de 9 a 11 días después de la infección, los NIH dicen que una vez que una persona está infectada con el VIH, por lo general toma alrededor de tres meses que el cuerpo produzca los suficientes anticuerpos como para ser detectados por una prueba de anticuerpos al VIH. Para algunas personas, eso podría tomar hasta seis meses.
Duplica eso y te daría un año. Es similar a esperar el doble del periodo de incubación de una enfermedad como el ébola, antes de declarar que el virus fue eliminado.
Ahora, la pregunta es si las nuevas recomendaciones son suficientes.
“Aunque la nueva política es un avance hacia una política ideal que refleja la investigación científica, aún está lejos de una solución totalmente aceptable porque sigue estigmatizando a los hombres homosexuales y bisexuales”, dice David Stacy de la Campaña de Derechos Humanos. “Esta política impide que los hombres donen sangre para salvar vidas, basándose únicamente en su orientación sexual en lugar de basarse en el riesgo real para el suministro de sangre. Simplemente no puede justificarse frente a la investigación científica actual y la tecnología actualizada de detección de sangre”.
“La FDA pudo haber tenido buenas intenciones detrás de esta política, pero pedirle a los hombres homosexuales y bisexuales ser célibes durante un año antes de donar sangre sigue siendo, en la práctica, una prohibición de por vida”, dice el director ejecutivo de GMHC, Kelsey Louie. “En lugar de evaluar a todos los posibles donantes con el fin de determinar su verdadero riesgo para el suministro de sangre, la FDA le está diciendo a la próxima generación de hombres jóvenes homosexuales y bisexuales que se encuentran intrínsecamente enfermos”.
De acuerdo con una reciente encuesta del gobierno basada en la web sobre las normas de donación de sangre: “Cuando se preguntó sobre acortar el período de aplazamiento al último contacto sexual de hombre a hombre, la respuesta más común fue que un año era ‘aceptable como un compromiso’, especialmente si se consideran períodos más cortos luego de confirmar la seguridad de la nueva política”.
Dejando a un lado la discriminación sexual, la evaluación afecta a la población en general que depende de un suministro de sangre seguro y abundante para recibir tratamiento médico.
Bajo las actuales normas y regulaciones, solo el 38% de los estadounidenses son elegibles para donar sangre, según la AABB. Y, según la Cruz Roja, solo el 3% de los elegibles en realidad donan. Simplemente no podemos darnos el lujo de rechazar a los donantes de sangre perfectamente sanos por las razones equivocadas. Tu vida podría depender de ello.
Hoy se marca el inicio de un período de 60 días, durante el cual se motiva a los expertos y miembros del público para que envíen sus observaciones a fin de denunciar las directrices oficiales, las que según se espera serán publicadas a finales de este año.
Los animo para que se unan a mí compartiendo su investigación y sus opiniones. Juntos, podemos hacer oír nuestra voz e iniciar el cambio lógico que se debió hacer hace mucho tiempo.
La mayoría de mis amigos me dicen que se sienten muy bien luego de la donación de sangre, no solo física sino también mentalmente… al saber que su donación de solo 1 litro podría ser utilizada para salvar hasta tres vidas.