(CNN) – La historia de Iraq es ostensiblemente vasta entre las ruinas de la base militar de Habbaniyah: aviones destrozados, edificios derrumbados y equipo militar muy usado, todo esto cuenta una parte del relato turbulento del país.
Habbaniyah, una reliquia del Imperio británico, cayó en las manos de Saddam Hussein cuando llegó al poder en 1979; lo poco que queda del caza MiG de ese régimen yace sobre la tierra al borde de la carretera.
La base en expansión que quedó a cargo de Estados Unidos mientras intentaban estabilizar la gobernación de Ambar, fue entregada al ejército iraquí cuando las tropas estadounidenses se retiraron de la región.
En los años transcurridos desde entonces, esta ha sido atendida por un ejército iraquí –al cual en ocasiones se le ve como si hubiera sido dejado a su suerte– y se aprecia llena de maleza y descuidada en ciertos lugares.
Pero ahora, Habbaniyah se está preparando para un papel clave en la lucha contra ISIS, como la plataforma para el intento del gobierno iraquí por retomar Ramadi de manos del grupo terrorista.
CNN fue la primera cadena televisiva occidental en tener acceso a la base, desde la caída de Ramadi en manos de ISIS.
Militares y oficiales iraquíes insisten en que cuentan con los hombres y las herramientas necesarias para atacar Ramadi, pero se quejan amargamente de la situación a la que ellos se refieren como una falta de apoyo aéreo de parte de la coalición.
La base y sus tropas están bajo constante hostigamiento por parte de las fuerzas de ISIS, estacionadas justo al otro lado del río que corre a lo largo del borde norte de la base.
Con el sonido de las ametralladoras justo detrás de él, el comandante general Khalil Abadi explicó que las posiciones de ISIS que actualmente disparan contra sus hombres aparecen al final de la lista de objetivos para los aviones iraquíes y de la coalición.
“Se supone que nos deberían dar algo de apoyo desde los aviones de guerra”, dijo, solicitando un mayor respaldo de parte de la coalición. “Estamos en control del terreno, todo lo que necesitamos es el apoyo aéreo”.
La naturaleza de la amenaza fue evidente durante una breve visita a las líneas del frente: lo que separa a ISIS de la base es el caudal del río Éufrates, pero lejos, corriente arriba, ellos han usado la presa de Ramadi para cortar gran parte de su caudal.
Algunos creen que el nivel del agua del río puede bajar lo suficiente como para permitir que las tropas de ISIS ataquen la base.
Por ahora, al menos, el ejército está bombeando agua desde el lago cercano de Habbaniyah para mantener alto el nivel del agua y así mantener a raya al enemigo.
El comandante general Abadi estuvo en la base para inspeccionar su preparación, pero también para ofrecerles palabras de apoyo a los hombres apostados allí, elogiando lo que él llamó su “perseverancia” frente a ISIS.
Pero mientras que los medios de comunicación estatales de Iraq han retratado a Habbaniyah como la base para una gran contraofensiva, el área visitada por CNN parecía relativamente vacía, carente de una fuerza masiva que se esté preparando para atacar.
El ejército iraquí estaba allí, al igual que los grupos combatientes chiítas –en particular las brigadas iraquíes de Hezbolá con los recursos necesarios– pero no había ni rastro de los combatientes sunitas que se decía que se reunían en la preparación para un asalto en Ramadi.
Un funcionario iraquí dijo que estos hombres sunitas –vitales para asegurar la ofensiva para retomar el centro sunita de Ambar de ser una operación predominantemente chiíta– que “en el papel” decían ser 2.000, en la realidad es más probable que sean únicamente un fuerte de 500.