(CNN) – Una psiquiatra que trató a James Holmes lo describió el martes como una persona antisocial, ansiosa y excéntrica que pensaba obsesivamente en matar a la gente meses antes de abrir fuego en un cine lleno de personas en los suburbios de Denver, matando a 12 personas e hiriendo a 70.
La Dra. Lynne Fenton testificó ante una sala abarrotada de la corte que Holmes le dijo en marzo del 2012 que tenía “pensamientos homicidas”… tan a menudo como tres o cuatro veces al día. A medida que avanzaba su tratamiento, él le dijo que su obsesión por matar solo estaba empeorando.
Sin embargo, Fenton le dijo a un jurado que no podía hacer mucho porque Holmes nunca hablaba sobre los detalles. Ella no podía internarlo en un centro psiquiátrico porque él nunca reveló su intención de matar… incluso cuando estaba adquiriendo armas y “haciendo un reconocimiento” de una sala de cine. Y nunca mencionó un objetivo, testificó ella.
Testigo más importante en el caso
Fenton, quien estaba a cargo de la clínica de salud mental del Campus de Medicina Anschutz de la Universidad de Colorado, quizá era la testigo más importante en el juicio del asesinato capital de Holmes. Los espectadores de la sala del tribunal le prestaron mucha atención mientras ella testificaba en el día 32 de un largo y emocionalmente agotador drama judicial.
Fenton testificó que ella trató a Holmes desde mediados de marzo hasta el 11 de junio, cuando dejó de recibir tratamiento luego de salirse de su curso de posgrado en neurociencia. Salió de su oficina sin decir adiós o darle la mano, dijo.
Apenas un poco más de un mes después —el 20 de julio de 2012— Holmes se puso el equipo de protección, arrojó una granada de gas lacrimógeno en la sala 9 del multicine Aurora Century 16 y le disparó al público en el estreno de medianoche de la película “Batman: el caballero de la noche asciende”.
Se ha declarado no culpable por razones de demencia. Si es declarado culpable de asesinato, los fiscales tienen la intención de pedir la pena de muerte.
Fenton y la universidad están siendo demandados por los familiares de algunas de las víctimas. Ella nunca antes había hablado en público sobre sus siete reuniones con Holmes.
El cuaderno
Apenas unas horas antes del ataque, Holmes le envió por correo a Fenton un cuaderno que contenía elaborados bocetos del teatro, detalles de sus planes y su justificación para llevar a cabo el tiroteo. Posteriormente, él le dijo a un psiquiatra designado por la corte que era importante que la gente entendiera.
El cuaderno también contenía pensamientos divagantes de Holmes sobre la vida, la muerte y su “cerebro deteriorado”. Escribió que quitarles la vida a otros le añadiría valor a su propia vida y evitaría que se suicidara.
Aun así, Fenton testificó que Holmes nunca habló de quitarse la vida durante sus sesiones con ella. Tampoco habló sobre sentirse maníaco, depresivo o que viera “destellos” u otras alucinaciones, como lo hizo en su cuaderno. Se enfocó en cómo las situaciones sociales le provocaban gran ansiedad, mencionó una ruptura romántica y repetidamente expresó su odio hacia la humanidad.
Esa aversión al parecer se extendió hacia ella, dijo Fenton, y no proporcionó información de forma voluntaria, respondiendo las preguntas con respuestas secas, de una sola palabra. Ella dijo que él era hostil y cauteloso, y que “no era muy comunicativo”. Ella le sugirió que podría sentirse más cómodo con un terapeuta masculino y llevó a un colega a sus sesiones posteriores.
Holmes se había contactado con la clínica de salud mental a mediados de marzo, quejándose de ansiedad social. Inicialmente fue visto por una trabajadora social que lo describió como “una de las personas más ansiosas que alguna vez haya visto”.
‘No puedes matar a todos’
Fenton lo atendió por primera vez el 21 de marzo y tentativamente lo diagnosticó con “ansiedad social” y trastorno obsesivo-compulsivo. En su primera reunión, Holmes expresó “pensamientos sobre matar a la gente”, pero Fenton dijo que no se imaginó que fuera peligroso. Ella creía que su preocupación por matar a otros era un síntoma del trastorno obsesivo-compulsivo.
Durante una sesión, dijo, Holmes describió el homicidio como “una solución al problema biológico”, pero añadió que “no puedes matar a todos, así que no es una solución efectiva”.
Fenton dijo que ella se enfocó en tratar de construir una “alianza” con Holmes para que pudiera tomar sus medicamentos y continuara con sus terapias. A ella le preocupaba más que abandonara el tratamiento, que el hecho de que llevara a cabo algún plan para matar a otros.
Pero el diagnóstico se desarrolló en varias sesiones y posteriormente detectó indicios de paranoia y psicosis. Ella habló con la madre de él y se dio cuenta de que sus pensamientos homicidas eran algo desde hace mucho tiempo y que se remontaba a la infancia.
Después de su cuarta sesión el 17 de abril, señaló que él hizo varias declaraciones extrañas que ella no entendía y escribió en sus notas: “¿nivel de pensamiento psicótico?” Dijo que su obsesión homicida fue “empeorando”.
En esa sesión, ella escribió una receta médica utilizando el nombre de “Hughes” en lugar de “Holmes”, lo cual lo impulsó a enviar un correo electrónico preguntándole: “¿hay algún inconveniente, Fenton?” El campo del memorándum contenía un emoticono extraño, una variación de la letra Q. Posteriormente, él se disculpó por su “terrible error”, diciendo que el emoticon representaba un puño que golpeaba a la psiquiatra en el ojo.
“Violencia, ¿eso es lo que quieren oír?”, preguntó él, según el testimonio de Fenton. Ella dijo que no entendía completamente lo que quería decir, pero agregó que él le expresó preocupación porque sería “encerrado”.
La última sesión
En mayo, Holmes hizo un comentario sobre leer acerca del Unabomber y el “terrorista de Tylenol”. Ella se enteró de que había perdido un curso y que abandonaría sus estudios. Él dijo que ya no podía pagar el tratamiento.
Parecía tener un plan, ya que dijo que tenía dinero en el banco, conseguiría trabajo y que podría contar con el apoyo financiero de sus padres.
“Al parecer se encontraba bien y se estaba preparando para el futuro”, declaró Fenton. Añadió que él no se veía deprimido o enojado y nunca expresó “pensamientos de hacerse daño a sí mismo”.
Para el 11 de junio, en su última sesión, Holmes parecía haber desarrollado más un tono de enojo y la desafió, diciéndole que ella le tenía miedo y que él no le agradaba. Fenton no llamó a la policía, pero si contactó al equipo de evaluación de amenazas de la universidad. También llamó a la madre de Holmes y se enteró de que había tenido problemas durante muchos años.
Fenton testificó que ella le preguntó a Holmes si tenía la intención de actuar sobre sus impulsos homicidas y él dijo que no tenía intención de tomar alguna medida. En el cuaderno que le envió por correo, él narraba una historia diferente.
“Si el demandado te hubiera dicho que compraría armas y que estaba haciendo planes, ¿habrías actuado de otra manera?”, le preguntó el fiscal George Brauchler.
“Sí”, respondió la psiquiatra, “me habría demostrado que él tenía un plan y una intención, no solo pensamientos homicidas”.
Los fiscales dijeron que posiblemente concluyan el caso a finales de la semana.