(CNN) - La palabra sánscrita “yoga” puede significar unión, pero, para algunos en la India, el yoga nunca ha sido tan divisiva.
Este 21 de junio se celebra el primer Día Internacional de Yoga, un evento que está impulsado por el primer ministro indio, Narendra Modi. Un fiel practicante del yoga por varios años.
El año pasado, Modi persuadió a las Naciones Unidas a dedicar un día a la antigua disciplina.
Y para marcar la fecha, alrededor de 45 mil personas en Nueva Delhi intentaron romper el récord mundial de la más grande sesión de yoga.
Modi estuvo presente para la reunión multitudinaria, que lo mismo concentró a funcionarios que estudiantes, muchos de los cuales recibieron la orden de practicar sus posturas antes de esta sesión.
Eventos de yoga similares se celebran en todo el mundo.
Sin embrago, la visión mundial de Modi sobre el yoga no les sienta bien a todos. Parte de la comunidad musulmana de la India, que representa alrededor del 15% de la población, dicen que se sienten marginados.
Además, el “Om” que a menudo se corea en las clases de yoga también es un sonido sagrado en las religiones dhármicas.
“No sabemos cómo ha sido aprobado por la ONU”, sostiene Abdul Rahim Qureshi, un vocero de la organización no gubernamental Toda la India Musulma.
“Un verdadero musulmán no puede participar en el yoga. El yoga es obligatoria para los estudiantes de las escuelas primarias y secundarias. ¿Qué están enseñando a los niños pequeños? El gobierno no debería asumir esta causa de yoga e imponerlas a los no hindúes”. subraya el vocero.