TOKIO (CNN) – En un reciente viernes por la noche, un pequeño grupo de artistas callejeros entran a un improvisado espectáculo de hip hop cerca del cruce de Shibuya, una de las intersecciones más transitadas del mundo.
Rápidamente se forma una multitud; muchos empiezan a zapatear, mover sus caderas o agitar sus brazos al ritmo de la música. Este tipo de baile en las calles está permitido en un lugar vibrante y juvenil como Shibuya.
Sin embargo, si caminas solo unos minutos por la calle, detrás de una entrada de vidrio sin nada en particular y tras bajar una serie de escaleras, ese mismo tipo de baile podría hacer que termines en la cárcel. ¿La razón? Ocurre en un club.
Bailar a escondidas
Unas horas más tarde, una fila de jóvenes esperan en la entrada del Sound Museum Vision. Son casi las 2 a.m. Las cosas acaban de empezar y los clientes parecen estar muy dispuestos a pagar el recargo, entrar, y ser devorados por la retumbante música de más abajo.
Aparte de su ubicación física debajo de las calles de Tokio, el club de baile tiene un ambiente subterráneo. Esto se debe a que toda la cultura de baile en Japón se ha visto obligada a ocultarse en las sombras por la aplicación de una ley intensificada de 1948 que prohíbe el mismo después de la medianoche o la 1 a.m. en bares, discotecas, y demás lugares públicos.
La semana pasada, los legisladores japoneses votaron a favor de levantar la conocida prohibición contra el baile, la cual se remonta a la ocupación estadounidense después de la Segunda Guerra Mundial. En aquel entonces, los “salones de baile” a menudo eran una fachada para la prostitución, la cual era una práctica desenfrenada en la nación afectada por la pobreza.
Los tiempos han cambiado. Japón ahora es una de las economías más grandes del mundo, con un alto estándar de vida y una vibrante vida nocturna. Quienes se oponen a la prohibición del baile dicen que es obsoleta y opresiva.
La ley permaneció en teoría acumulando polvo, y la policía se hizo de la vista gorda durante décadas, lo que permitió que el escenario del baile en Japón prosperara en los años setenta, ochenta y noventa. Pero una serie de casos de drogas de alto perfil que involucraron a celebridades, y una mortal pelea en un club en Osaka en 2010 que mató a un estudiante de 22 años de edad, dio lugar a un aumento en los arrestos a causa de redadas en clubes.
‘Guerra contra el baile’
En lo que llegó a ser conocido como la “Guerra de Japón contra el baile”, la policía utilizó las leyes contra el baile para arrestar a DJ y trasladar a los clientes de los clubes a estaciones de policía, donde a menudo se les realizaban pruebas para ver si habían consumido drogas.
La nueva ley dice que las áreas para sentarse en los clubes no pueden ser demasiado oscuras, lo cual es un intento por disuadir los crímenes. Necesitan estar iluminadas con más de 10 lux, similar a a una sala de cine con las luces encendidas. Los clubes más oscuros estarán gobernados bajo la antigua ley y tendrán reglas más estrictas para las operaciones después de la media noche. Hasta que los cambios entren en vigor el próximo año, el baile a deshoras sigue estando en contra de la ley.
“Es una locura. No tiene sentido. Es un club de baile”, dice el músico y bailarín Davis Escoe. “Pero sigo llegando. Normalmente estoy entre los VIP. La clave es que tienes que conocer al dueño”.
Muchos bares y clubes nocturnos japoneses ponen rótulos de “no bailar”, lo cual a menudo les causa impresión a quienes visitan Japón por primera vez. Los rótulos son un intento por evitar problemas con la policía, quienes consideran que los clubes de baile son un imán para la violencia, el abuso de drogas y los crímenes sexuales.
Daizo Murata, el propietario de Sound Museum VISION y otros clubes de Tokio, dice que pasó 21 días en la cárcel por violar la prohibición de Japón contra el baile, y que ha operado en contante temor de redadas policiales durante años.
“Me preocupo por esto todos los días. Me he preocupado durante 30 años”, dice Murata.
Pasos hacia la libertad de bailar
Murata es parte de un movimiento que exige el ambio. Una redada de alto perfil y un arresto en el club “NOON” en Osaka en 2012 generó el movimiento que involucró un amplio rango de partidarios de los clubes, conformado no solo por músicos y DJ, sino por abogados y políticos.
El comité de petición Let’s Dance, iniciado por el famoso músico Ryuichi Sakamoto y otros, recaudó más de 150.000 firmas para instar a los legisladores a abolir la prohibición contra el baile en 2013. La liga parlamentaria independiente fue creada para enviar la revisión al parlamento en 2014. El borrador fue modificado por la policía y el gobierno antes de haber sido ratificado la semana pasada.
Existe una voluntad política para que la ley sea aprobada rápidamente. De cara a los Juegos Olímpicos de Tokio en 2020, muchos consideran que Tokio no puede simplemente permanecer como una ciudad que se apaga a la media noche. Políticos de varios partidos han presionado para levantar la prohibición.
En Tokio, más o menos 50 clubes y 300 DJ están creando una Asociación de Entretenimiento de Baile (DEA, por sus siglas en inglés) y tienen planificado colaborar para eventos y discutir temas como la seguridad en los clubes.
“Ahora, los artistas y DJ serán capaces de trabajar seguros,” dice Murata. “Más artistas geniales podrán venir aquí”.
Muchos partidarios de la cultura de clubes dicen que la “Guerra de Japón contra el baile” finalmente ha terminado. El baile de la victoria seguirá presente mucho después de que el reloj marque la media noche.