(CNN) – Días de verano: son los que forjan los recuerdos de infancia, tardes gloriosas de libertad sin control para retozar con amigos al sol, liberados de las obligaciones terrenales de una clase de matemáticas que nunca pareció tan alejada.
Pero para millones de colegialas de Egipto, este momento del año representa algo mucho más sombrío: el inicio de la temporada de mutilación genital femenina (MGF).
Mona Mohamed tenía diez años de edad cuando se le sometió a lo que también se conoce como una circuncisión femenina en un caluroso día de verano en su pueblo en el Alto Egipto.
“Estaba aterrada”, dijo ella. “Me sujetaron, mi madre por un lado y mi abuela por el otro”.
Mientras Mona se revolcaba, sujetada por sus seres queridos al suelo de la sala, un médico le inyectaba anestesia.
Mona recuerda que le dieron un trozo de chicle para masticar antes de que finalmente se desmayara. No fue sino hasta que se despertó cuando se dio cuenta de que había sido mutilada.
Egipto: la capital del mundo de la mutilación genital femenina
Relatos como los de Mona están lejos de ser extraños en Egipto, donde “el corte” ha sido un ritual brutal de paso para las chicas jóvenes desde la época de los faraones.
De las más de 125 millones de niñas y mujeres vivas hoy en día que se han sometido al procedimiento, una de cada cuatro vive en Egipto. Según la ONU, eso es más que cualquier otro país del mundo.
Según un informe del gobierno publicado en mayo, noventa y dos por ciento de las mujeres egipcias casadas –de 15 a 49 años– han sido sometidas a la MGF. Esa cifra ya se redujo del 97% en el 2000, pero la práctica sigue siendo la norma en Egipto.
La mayoría de las niñas son cortadas entre las edades de nueve y 12 años, y las operaciones por lo general se llevan a cabo durante las vacaciones de verano de la escuela para que las niñas puedan recuperarse en casa.
Funcionarios de la ONU dicen que la MGF no tiene beneficios médicos y que puede causar un trauma físico y emocional para toda la vida en las mujeres que se vieron obligadas a someterse al procedimiento.
“Esto es una violación flagrante de los derechos humanos”, le dijo Jaime Nadal-Roig, el representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) en El Cairo, a CNN. “Esto no le añade nada a la vida de la niña, y no existen razones médicas o religiosas de ningún tipo”.
Una tradición célebre
El procedimiento más común de MGF en Egipto es del tipo 1, la eliminación parcial o total del clítoris. Es lo que Mona Mohamed –y sus hermanas mayores– soportaron hace años.
En comparación con sus hermanas, Mona tuvo suerte, ya que su procedimiento fue realizado por un médico. Sus hermanas fueron circuncidadas con una hoja de afeitar por una partera tradicional (no certificada), quien puso tierra sobre sus heridas para detener el sangrado.
Mona, que ahora tiene 47 años, recuerda haberle preguntado a su madre por qué el ser circuncidada era tan importante. “Por lo general, las niñas de tu edad se ‘excitan’, y esta operación se encarga de eso”, respondió su madre.
La MGF ha sido ilegal en Egipto desde el 2008, pero la práctica permanece tejida en la trama misma de la sociedad egipcia, donde muchos ven el corte como una forma de “purificar” a una chica y convertirla en material para matrimonio.
“La gente solía tener una fiesta después de que una niña era circuncidada, ellos lo celebraban e intercambiaban regalos”, dijo Nadal-Roig. “Así que para ellos el dejar esto y decir: ‘mira esto es un delito, esto es pecado o esto no está permitido por la religión’ significa oponerse a muchísimas creencias y normas sociales”.
Los activistas están a la ofensiva
Pero se están haciendo progresos. El porcentaje de niñas entre 15 y 17 años que han sido sometidas al procedimiento se ha reducido del 74,4% en 2008 al 61% en 2014… una clara señal de que la campaña para acabar con la MGF está funcionando, dicen los activistas.
La semana pasada, Egipto anunció un plan para reducir la MGF en un 10-15% en los próximos cinco años. Si funciona, significará que, por primera vez en décadas, las niñas “sin cortes” superarían en número a las que han sido sometidas al procedimiento.
“Es un plan ambicioso, pero ahora creo que la atmósfera política nos está apoyando y podemos alcanzar nuestra meta”, dijo Vivian Fouad, oficial del Consejo Nacional de Población que dirige el puesto gubernamental para erradicar la MGF. “Durante años estuvimos a la defensiva, pero ahora estamos a la ofensiva”.
La lucha para erradicar la MGF en Egipto se está desplegando en una serie de frentes, desde los tribunales hasta los lugares de culto, hasta las calles de las ciudades de mayor riesgo.
En enero, un médico fue condenado por cargos relacionados con la mutilación de una niña… la primera condena de este tipo desde que la prohibición de 2008 entró en vigor.
El veredicto fue una victoria para la campaña contra la MGF, pero Fouad dice que, cuando se trata de la ley, demasiados médicos todavía están dispuestos a recibir el dinero de las familias y ver hacia otro lado.
“Es un buen ingreso para los médicos”, dijo Fouad. “Y los antecedentes sociales y culturales de algunos médicos apoyan la MGF”.
Fouad clasifica la batalla contra la circuncisión femenina como una lucha para la clase media: “Si los médicos, los jueces, los fiscales y los profesores apoyan la MGF, ¿cómo vamos a convencer a las mujeres más pobres de no practicarla?”
Los activistas también están tratando de persuadir a los líderes religiosos locales para que dejen de predicarle a las madres acerca de los supuestos beneficios de la MGF. A menudo esto es algo difícil de hacer en un país donde más de la mitad de las mujeres todavía creen, erróneamente, que el corte es requerido por la religión, según la encuesta más reciente.
“Necesitas hacer que las personas no deseen someter a sus hijas a este procedimiento”, dijo Germain Haddad, oficial del programa del UNFPA. “Necesitas trabajar en las convicciones de las personas”.
Para tal fin, el UNFPA ha contratado a un grupo de teatro para realizar sketches cómicos en las calles de las comunidades de todo el país para fomentar el debate –y la duda– sobre la necesidad de la MGF.
“Muchas de estas personas son tímidas”, dijo Haddad. “Cuando solíamos hacer seminarios acerca de la MGF era muy difícil conseguir que la gente dijera lo que pensaba y que hiciera preguntas”.
“Estas obras actúan como un rompehielos que facilita el tema como si fuera magia”, dijo ella. “Y las mujeres llegan a ver de una manera cómica que la MGF es ridícula”.
“Odio al hombre que me hizo esto”
Pero esto sigue siendo una lucha cuesta arriba. De acuerdo con la encuesta más reciente del gobierno, alrededor de seis de cada 10 mujeres piensan que la práctica debe continuar.
“Es la tradición y no hay escapatoria”, dice Sarah Abulaziz Mohamed, quien fue circuncidada a los 12 años en su pueblo, Mansour.
“Me lastimó la dignidad… me vi obligada a someterme a este acto que yo no deseaba hacer”, dijo. “Odio al hombre que me hizo esto”.
Sarah ahora tiene 40 años de edad y tiene dos hijas. Ella dice que la MGF la dejó con un trauma psicológico para toda la vida, pero al menos le enseñó una valiosa lección.
“Definitivamente no se lo haría a mis hijas por ninguna razón”, dijo. “Hasta el día de hoy, todavía tengo dolor, y lo que se ha ido, se ha ido… nada me puede devolver esa parte de mí”.