(CNN) – Negarse a hornear un pastel de bodas para una pareja lesbiana le ha costado mucho dinero a una panadería en Oregón.
“Sweet Cakes by Melissa” cerró sus puertas tras un incidente en 2013, cuando los dueños de la panadería se rehusaron a hornear un pastel para un matrimonio de dos personas del mismo sexo, debido a sus creencias religiosas. La pareja lesbiana respondió presentando una demanda civil. El viernes, un juez recomendó que la panadería fuera multada con 135.000 dólares por daños emocionales en contra de la pareja que ellos rechazaron.
Una página de GoFundMe fue rápidamente configurada para la panadería, la cual es propiedad de Melissa Klein y de su esposo. La pareja ahora maneja la panadería desde su casa.
La panadería escribió en su página de Facebook que la cantidad adeudada arruinaría económicamente a la familia Klein y que ellos no podrían pagar esa cantidad con los ingresos del negocio, sino que “tendríamos que pagar con el dinero con el que deberíamos cubrir los gastos de nuestra casa y de nuestros cinco hijos”.
La campaña alcanzó un poco más de 100.000 dólares antes de ser eliminada del sitio al día siguiente.
La panadería escribió en su página de Facebook: “El diablo realmente está trabajando pero ¡yo sé que nuestro Dios tiene un plan y al final ganará!” También decía que GoFundMe entregaría a la panadería los fondos que ya habían sido donados.
En una declaración para CNNMoney, GoFundMe dijo, “La campaña titulada ‘Sweet Cakes by Melissa’ implica acusaciones formales. Por lo tanto, nuestro equipo ha determinado que presentaba una violación de los términos y condiciones de GoFundMe”.
Una nueva página de donación se ha establecido en el sitio de Samaritan’s Purse, la cual es una organización cristiana sin fines de lucro. No está claro cuánto ha conseguido reunir la panadería en esta página.
Se envió un mensaje de correo electrónico a los Klein que no fue respondido de inmediato pero se recibió una respuesta generada automáticamente que ofrecía detalles sobre cómo donar, y la cual también decía: “Creemos que todos los estadounidenses deberían poder vivir según su religión, tanto en sus hogares como en su lugar de trabajo, sin tener miedo de que el gobierno los sancione por ello. Que Dios lo bendiga”.
La decisión final sobre cuánto deben pagar los Klein será tomada por el Comisionado del estado de Oregón, Brad Avakian. Se espera que examine el caso más adelante este año y queda a su discreción si eleva la cantidad que deben pagar.