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Nota del editor: Esta es un artículo para la serie ocasional titulada Rewind: Where are they now?, en la que seguimos la huella de las personas que llegaron a los titulares… y luego desaparecieron.

SPRING HILL, Florida (CNN) — No todas las salas de las casas son parte salón de juegos, parte gallinero, parte espacio para ensayar y parte estudio para un video musical. No todas las familias combinan los experimentos caseros con los paseos en motocicleta por el jardín, la exploración de cavernas y aprender a encontrar comida en el bosque.

No todas las familias presumen de tener la “banda más joven de heavy metal del mundo” ni crea una obra musical que trata sobre peyote, gente en forma de cactus y muchas heces.

Además, solo una familia puede afirmar que el niño del globo es parte de su clan.

Ese es el apodo que le pusieron a Falcon Heene en octubre de 2009, cuando tenía apenas seis años. Durante casi dos horas, la gente de todo el mundo estaba atenta a su destino porque se temía que iba flotando a más de dos kilómetros de altura a bordo de un enorme globo de helio que parecía platillo volador. Aterrizó a casi 145 kilómetros de la casa de la familia en Fort Collins, Colorado, y Falcon no iba a bordo. Resultó que estaba en el ático encima de un garaje y nunca estuvo metido en el globo como afirmaron sus padres.

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Ese descubrimiento puso fin a los frenéticos esfuerzos por salvarlo. También dio inicio a las penurias legales de sus padres, quienes purgaron penas de prisión por los acontecimientos que empezaron a desarrollarse durante una entrevista con Wolf Blitzer, de CNN.

Muchas cosas han cambiado en los seis años que han pasado. La familia se mudó a más de 3,200 kilómetros de allí, a Spring Hill, Florida, en busca de la “gran energía” que Richard Heene, el padre de familia, dice que ese estado tiene.

Richard ya no persigue tornados ni hace inventos como antes. Ahora se dedica a la carpintería, es contratista y dirige la carrera musical de sus hijos. Los tres hermanos (Bradford, de 15 años; Ryo, de 14, y Falcon, el niño del globo, de 12) han crecido y disfrutan de cosas como los videojuegos violentos o las palizas.

Con todo, la familia es la constante.

Hacen juntos casi todo: las comidas, las tareas, los juegos y las aventuras. Los niños toman clase en la misma mesa de la cocina, disfrutan de los mismos chistes de mal gusto y comparten la recámara principal en una modesta casa de tres recámaras. Su papá dice que no les deja ir a quedarse a casa de un amigo a menos que los tres puedan ir.

La familia quiere conservar esa sensación de cercanía y libertad por todo el tiempo que pueda. La aventura del niño del globo es una de las razones, al igual que su filosofía de empezar de cero cada día, esperando que sea un buen día.

“Todo eso… si ese incidente tuvo algún efecto, sería que nos hemos vuelto más positivos, más unidos”, dice Richard.

“Aprendimos un montón”, dijo. “No queremos que haya nada negativo sobre nosotros, ninguna nube negra”.

‘Falcon estaba en la parte inferior del platillo volador’

Mayumi y Richard Heene se conocieron en el sur de California, en donde él se encontraba luchando por su sueño de volverse comediante y a donde ella se había mudado procedente de su natal Japón, en donde tocaba la guitarra con una banda de rock. Se casaron tres meses después e iniciaron una empresa de producción de espectáculos, así como una familia.

Se mudaron a Colorado, pero no se alejaron de los reflectores. Los cinco miembros de la familia Heene figuraron en el programa Wife Swap de la televisora estadounidense ABC, en el que las madres de dos familias que tienen estilos de vida o de paternidad opuestos se intercambian durante dos semanas. Los Heene demostraron que eran personas abiertas, pintorescas y despreocupadas que exponían a sus hijos a la aventura, a las groserías y que aparentemente tenían pocas reglas.

Todos iban juntos a perseguir tormentas y veían que Richard se subía a una motocicleta para acercarse a toda prisa a un tornado para tomar datos científicos. Los Heene hablaron profusamente sobre su historia, incluso en las crónicas de iReport sobre el huracán Gustav de 2008.

Después de que el sitio web de chismes de la farándula, TMZ.com, reportara que habían propuesto que se hiciera “un reality show sobre la excéntrica familia”, una de las televisoras a las que se mencionó (TLC, que en ese entonces transmitía la exitosa serie Jon and Kate Plus 8) señaló a CNN “se nos acercaron… pero declinamos”.

Varios meses después, el 15 de octubre de 2009, un globo plateado de helio de seis metros de largo y 1.5 metros de alto en forma de platillo volador despegó del jardín de los Heenes. El que se hubiera soltado y se hubiera alejado lo volvió una curiosidad al instante; el que se dijera que había un niñito dentro lo volvió una emergencia.

“Mi otro hijo dijo que Falcon estaba en la parte inferior del platillo volador”, contó Mayumi Heene a un operador de los servicios de emergencia. “…¡No lo encuentro por ninguna parte!”.

Un alguacil dice que la entrevista con CNN fue un punto de inflexión

En cuanto se dio a conocer la historia, el mundo quedó cautivado.

Medios de comunicación tan diversos como Al Jazeera, la BBCy CNN transmitieron imágenes del espectáculo flotante que supuestamente llevaba al niño al que pronto llamaron el niño del globo. Las redes sociales bullían. Siete de los 10 temas más populares de Twitter de esa tarde tenían que ver con Falcon Heene.

Pronto se hizo evidente que Falcon no estaba dentro del globo, sino que había estado a salvo en casa todo ese tiempo.

En vez de relajarse y lidiar en privado con la situación, los Heene rápidamente aprovecharon la exposición. Richard invitó a unos 30 periodistas a su casa para que vieran en dónde se había escondido el niño. Falcon participó en este circo mediático, aunque las cosas no siempre marchaban suavemente. En una entrevista en el programa Todayde la NBC, el niño de seis años apoyó su cabeza contra su padre y vomitó justo frente a las cámaras.

Sin embargo, para las autoridades las cosas cambiaron durante una entrevista con Wolf Blitzer, de CNN. Cuando Richard le repitió a su hijo la pregunta que Blitzer le hizo, le preguntó al niño si había escuchado a sus padres llamarlo mientras lo buscaban por la casa. El niño dijo que sí.

“¿Y por qué no saliste?”, preguntó Richard.

“Ustedes dijeron que lo hacíamos para crear un espectáculo”, respondió Falcon.

Más adelante, durante la entrevista, los Heene dijeron que su hijo se había confundido porque un reportero japonés había pedido ver el ático poco tiempo antes.

El alguacil del condado de Larimer, Jim Alderden, vio otra cosa. Alderden dijo que al principio, las autoridades creían que el niño se había quedado dormido en el ático del garaje sin que sus padres lo supieran. Ahora decía que había sido un “timo”.

“Creemos que tenemos pruebas en este punto que indican que fue un truco publicitario hecho con la esperanza de hacerse publicidad o hacerse una mejor promoción para un programa de televisión en algún momento futuro”, dijo Alderden. “Está claro que la familia nos manipuló. La familia manipuló a los medios”.

Mayumi Heene se declaró culpable del delito menor de dar falsas declaraciones a las autoridades y purgó una sentencia de 20 días de prisión y cuatro años de libertad provisional. Los expedientes del tribunal indican que reconoció ante las autoridades que habían inventado todo. Condenaron a su esposo a 90 días de prisión luego de declararse culpable del delito de intentar influir en un servidor público y más tarde afirmó que lo hizo con la esperanza de que evitar que deportaran a su esposa.

Aunque ofreció disculpas a los rescatistas y a los miembros de la comunidad que participaron, Richard Heene nunca reconoció que hubiera sido un engaño. A la fecha no lo reconoce.

“No me condenaron por un engaño”, dijo. Acusó a las autoridades de Colorado de perseguirlo para lucir bien ante el público. “Fue el clásico… funcionario público (que) redirigió el caso para llamar la atención. Está bien. Simplemente quiero olvidarme de eso”.

Un nuevo comienzo

Los Heene decidieron volver a empezar. Construyeron un gran remolque, lo engancharon y se fueron a Florida. Después de pasar un tiempo en el sur de Tampa, se establecieron a unos 80 kilómetros al norte de la ciudad, en Spring Hill. Richard dice que lo atrajo el bajo costo de la vida en la zona y las muchas oportunidades para trabajar reparando y remodelando casas”.

La personalidad animada y excéntrica de la familia sigue igual. Después de todo, Richard sigue siendo el hombre que creó el Bear Scratch (un poste gigante para que los humanos se rasquen), el HeeneDuty Truck TransFormer (un dispositivo de carga robótico para meter y sacar cosas muy grandes de un camión) y en 2011 encarnó a Aluminum Man, el superhéroe inspirado en los activistas de Occupy Wall Street, en una serie de HLN, una televisora filial de CNN.

Actualmente, su cabello está más largo. Su barriga es un poco más grande. Pero su energía vertiginosa sigue allí, al igual que su intención de mantener contenta a su familia y de ver hacia el futuro en vez de quedarse estancado en el pasado.

“Les enseño a los chicos que cada día es un nuevo comienzo y que cuando empiezas tu día, estás bajo control absoluto del rumbo que tomarán las cosas”, dice Richard. “Nos levantamos por la mañana y decimos ‘buenos días’ a todos porque así es”.

“Puedes optar por lo positivo o por lo negativo. Mis hijos son bastante positivos todo el tiempo”.

Eso incluye la forma en la que miran al incidente de 2009 que los llevó a los titulares durante un rato. No hablan mucho de ello, pero tampoco lo ignoran. El material promocional de su proyecto de obra musical, American Chilly, se refiere a “el niño del globo, Falcon Heene” y los hermanos compusieron una canción titulada ‘Balloon Boy No Hoax’.

“(Una vez un promotor nos dijo) que en vez de ocultarlo, deberíamos aceptarlo”, explicó Bradford, quien estuvo involucrado en la aventura. “Así que empezamos a escribir canciones y pensamos: ‘oye, esto le queda. Esto suena bastante bien’, así que seguimos la corriente”.

La banda de metal más joven del mundo

Los Heenes no quieren que el niño del globo los defina. Pero les encantaría que quisieran identificarlos con su música.

Además de sus clases en casa, de sus viajes semanales a la playa o de sus veladas en el parque del vecindario, lo único que hacen todos los días es rockear. Sus padres sembraron las semillas. Bradford recuerda que su madre tocaba ‘Breaking the Law’ de Judas Priest con su guitarra y que pensaba que era algo que le gustaría hacer con sus hermanos.

“Pensábamos: ‘oye, tenemos que crear una banda’”, cuenta el adolescente de 15 años con una gran sonrisa en el rostro. “Porque puedes conseguir muchas chicas y cosas así y es mejor que trabajar en McDonald’s”.

Así nació la banda Heene Boyz. “La banda de metal más joven del mundo” empezó a tocar en 2012 y al año siguiente tocaron en la ciudad de Nueva York e incluso en Rochester, Nueva York. Richard dice que se siente como en aquel Año Nuevo en Daytona Beach, hace unos años, en el que Falcon se subió a aullar en un altavoz y reunieron 750 dólares en propinas gracias en parte a un fan medio borracho.

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A algunos padres podría no gustarles la idea de que sus hijos preadolescentes anden rockeando en un lugar con clientes borrachos. Algunos probablemente no los expongan a sonidos casi ensordecedores. A pesar de que los niños Heene tienen que seguir algunas reglas (como no andar en sus bicicletas cross en la calle), no tienen mucha disciplina ni actividades comunes a muchos niños.

“Lo que nos gusta de nuestro día promedio es que no es realmente promedio. Es realmente anormal”, dice Bradford. “Pero es maravilloso”.

Su papá coincide. “De vez en cuando, tal vez una vez por semana, algo nos hace darnos cuenta de lo agradecidos que estamos de tener lo que tenemos y de ser lo que somos”, dice. “Es simplemente asombroso”.

‘Nos amamos’

Si entras a la casa de los Heene notarás la batería de Ryo en un rincón de la sala, al otro lado de los pollos y de la jaula de los conejos. Los tambores están frente a un trozo de linóleo que funciona como pantalla verde para los videos musicales. Bradford no deja que una pequeña herida le impida tocar riffs con su guitarra y Falcon se parece muy poco al niño del globo de antaño y cada vez parece más un vocalista sereno y enérgico de una banda de metal, que pone toda su energía (y su cabello largo) en cada canción.

Los niños refinan sus habilidades y adquieren otras nuevas, a menudo en Youtube, sitio al que recurren para aprender más ahora que agotaron los conocimientos musicales de sus padres. Últimamente han estado afinando sus parlamentos de American Chilly, su “orquesta rock”.

Richard dio pie involuntariamente a este proyecto en 1999 con un guión que trata de un hombre, Morgen Enright, quien hereda una gasolinera en el desierto que también es restaurante y hotel. Todos están malditos porque uno de sus ancestros mató a nativos americanos luego de comer peyote alucinógeno. Enright enloquece después de comer peyote y desencadena una aventura repulsiva y espeluznante que involucra un poco de guisado de carne picante sazonado con laxantes, “monstruos-serpiente” ocultos en los baños y cosas por el estilo.

Aunque su padre nunca transformó el guión en película, los niños lo leyeron hace unos años. Intrigados, cambiaron parte del contenido para incorporar a los tres hijos de Enright que aman el metal, compusieron algunas canciones (entre ellas su favorita, ‘Psycho’) sobre el descenso de Enright hacia la locura e incorporaron algunas de sus canciones viejas en el musical. Ahora están buscando un teatro e inversionistas.

Sueñan con llevar American Chilly a Broadway. Richard dice que es una mezcla de Rocky Horror Picture Show y La era del rock.

Lo logren o no, lo que Richard Heene anhela es que la familia permanezca unida.

“La situación ideal para nosotros sería tener entre cuatro y seis hectáreas y que los niños vivieran allí”, dice. “Y si quieren construir una casa allí, está bien. O si vivimos como los personajes de Dallas”, una serie de televisión en la que cada uno de los miembros de la familia ocupa su propia ala de una casa enorme.

Sus hijos parecen estar felices con la idea. Falcon dice que podrían pelear por “los videojuegos… y por quién juega primero”, pero no por otras cosas. Ryo quiere “seguir rockeando”. Bradford, quien dice que sus padres también son sus amigos, agrega: “Queremos seguir juntos como banda hasta que tengamos unos 80 años”.

¿Por qué? Es sencillo, dice Bradford. “Nos amamos”.