(CNN) – Podría ser que los amantes de la comida ya no tengan que elegir entre el sabor y lo saludable.
Como le resultará familiar a cualquiera que mastica miserablemente hoja tras hoja de col rizada en un atribulado intento por bajar unas cuantas libras, es difícil desterrar los pensamientos de las quesoburguesas, la pizza o –el talón de Aquiles para muchos de los que hacen dieta– el tocino.
Pero al menos algunos de esos antojos pronto podrían desaparecer, si los investigadores en la Universidad Estatal de Oregón (OSU, por sus siglas en inglés) están en lo correcto.
Chris Langdon, un investigador de Hatfield Marine Science Center de la OSU, junto con sus colegas, han creado y patentado una nueva cepa de dulse, una alga roja que posee increíbles beneficios nutricionales.
Además, y quizás lo más importante según sus creadores, es que su sabor es como el del tocino.
“En Europa agregan el polvo a los licuados o agregan las escamas a los alimentos”, dice Langdon en un artículo en el periódico de la Universidad.
“No se ha visto que haya mucho interés por utilizarlo en su presentación fresca. Pero este producto es bastante sorprendente. Cuando lo fríes –lo que yo he hecho– su sabor es como el del tocino, no como algas. Y es un sabor a tocino bastante fuerte”.
Él y sus compañeros de trabajo dicen que dulse, una “excelente fuente” de minerales, vitaminas y antioxidantes, y que contiene un alto porcentaje de proteínas, podría ser la respuesta que todos estamos esperando.
Superalimento
“Dulse es un superalimento con el doble del valor nutricional de la col rizada” añadió Chuck Toombs, un miembro de la facultad en la Escuela de Negocios de la OSU, quien trabajó con Langdon para hacer que la cepa se convirtiera en una perspectiva comercial.
“OSU ha desarrollado esta variedad que puede ser cultivada, con el potencial de convertirse en una nueva industria para Oregón”.
Su rápido tiempo de crecimiento es una ventaja que el alga marina tiene sobre otras fuentes de alimentos, especialmente el ganado, cuya crianza resulta costosa.
Langdon dice que puede ser cultivada en cualquier lugar en donde haya “una pequeña cantidad de agua salada y un poco de sol”.
El artículo de la OSU decía que varios chefs de Portland, así como el Food Innovation Center en Portland, ya están experimentando con el nuevo ingrediente.
La prueba de fuego ocurrirá cuando la pongan sobre una quesoburguesa, logrando así estar más cerca de alcanzar el santo grial de un delicioso refrigerio que no genere culpa alguna.