(CNN)– El exministro de Finanzas de Grecia Yanis Varoufakis admitió el lunes que Grecia cometió errores durante sus negociaciones de rescate, pero continúa culpando de los males griegos a los acreedores del país.
“Hemos cometido errores, no hay duda sobre eso”, dijo Varoufakis a Christiane Amanpour, de CNN, en su primera entrevista televisiva internacional desde que renunció a principios de este mes. “Y me hago responsable de un número de ellos”.
“Pero la verdad del asunto es que la muy poderosa Troika de acreedores no estaba interesada en llegar a un sensato, honorable y mutuamente beneficioso acuerdo”, dijo, refiriéndose al Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea.
“Estaban mucho más interesados en humillar a este gobierno y derrocarlo, o al menos asegurarse de que se derrocaría a sí mismo por sus políticas, que en un acuerdo que asegurara que tendrían la mayor parte de su dinero de vuelta”.
“Es muy difícil para mí, por mucho que me gustaría, asumir la responsabilidad de una política por la que renuncié”.
Grecia aceptó la semana pasada los términos para un tercer rescate, que para muchos impone condiciones más duras que el potencial acuerdo que estaba sobre la mesa a principios de este año.
El estilo casual de Varoufakis, quien a menudo se desplaza en motocicleta, le dieron muchas portadas de periódicos, pero su forma de negociar irritó a las contrapartes. El exministro enfatizó que “renunció” y que no fue “despedido”.
Varoufakis renunció tras un controvertido referéndum, promovido por el primer ministro Alexis Tsipras, en el que la mayoría de los griegos rechazaron las duras medidas de austeridad que luego el gobierno tuvo que aceptar.
“La gente votó ‘no’ a esta prolongación y simulación, pero se hizo muy claro para mí la noche del referéndum que la posición del gobierno iba a ser decir ‘sí’ a la misma”.
A pesar de su renuncia, Varoufakis dijo que tenía simpatía por su antiguo jefe.
“Él se enfrentó a una elección: suicidarse o ser ejecutado”.
“Alexis Tsipras decidió que sería mejor para el pueblo griego quedarse y poner en práctica un programa con el que el mismo gobierno no está de acuerdo”.
“La gente como yo pensaba que sería más honorable, y a largo plazo más apropiado, renunciar. Esta es la razón por la que renuncié. Pero reconozco sus argumentos tan poderosos como los míos”.
Incluso economistas con simpatía por la causa griega, como el ganador del premio Nobel Paul Krugman, expresaron cierta consternación por el manejo de la crisis del gobierno de Tsipras.
“Ellos pensaron que simplemente podían exigir mejores condiciones y sin tener ningún plan de respaldo”, dijo Krugman, a Fareed Zakaria, de CNN.
“En cierto sentido, no hay esperanza… Es decir, los nuevos términos son aún peores, pero los términos que estaban ofreciendo todavía no iban a funcionar. Pude haber sobreestimado la competencia del gobierno griego”.
Varoufakis dijo estar totalmente de acuerdo con Krugman, sin embargo dijo que “no es cierto que no teníamos un plan B. Tuvimos un plan B”.
“Por supuesto, te das cuenta de que estos planes –los planes B- son siempre, por definición, altamente imperfectos, porque tienen que mantenerse dentro de un círculo muy pequeño de personas que, de lo contrario si se filtran, emerge una profecía autocumplida”.
Ese plan, dijo, no un Grexit –salir de la zona euro- sino más bien crear una “moneda denominada en euros”, en otras palabras, imprimir su propia moneda, temporal, vinculada al valor del euro.
Pero ese plan B no ha tenido luz verde y eso, dijo, fue una de las “principales razones” por las que renunció.