La buena noticia: los estadounidenses están consumiendo menos calorías: la mala noticia: los estadounidenses siguen sin comer de forma saludable.

(CNN) – Después de varios años de malas noticias en relación a la epidemia de la obesidad, la cual afecta a uno de cada tres estadounidenses, las cosas finalmente están mejorando. En los últimos 10 años la tasa de obesidad parece estar estabilizándose entre niños y adultos.

La razón del posible cambio en la tendencia de la obesidad al parecer se debe a lo que los expertos siempre sospecharon: el consumo de menos calorías. Un estudio reciente determinó que la mayoría de los adultos pasaron de consumir 2.220 calorías al día en el 2013 a 2.134 en el 2010.

Ya existen indicios de algunos de los otros beneficios de salud debido a la reducción de calorías. “Además de las mejoras en la obesidad, existe evidencia de que hemos evitado un gran número de muertes prematuras”, posiblemente al reducir enfermedades cardíacas, diabetes y otras enfermedades, dijo el Dr. Walter Willett, profesor de nutrición y epidemiología la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard.

Aún más alentador es que los estadounidenses parecen estar reduciendo las calorías de la forma que deberían hacerlo. Están consumiendo menos bebidas azucaradas y prácticamente todas las grasas saturadas prohibidas, incluso antes de la reciente prohibición federal.

Sin embargo, a los estadounidenses aún le falta mucho por hacer en cuanto a cómo dividir las calorías para que sus platillos se vean más parecido a My Plate (Mi plato), la guía para una alimentación saludable del Departamento de Agricultura.

“No ha habido un cambio significativo en cuanto a las bebidas azucaradas, carbohidratos refinados y comidas rápidas; así mismo, no ha habido un aumento en el consumo de alimentos saludables”, dijo Barry Popkin, profesor distinguido en nutrición mundial de la Universidad de Carolina del Norte. “Hemos reducido ligeramente nuestras calorías [pero] aún consumimos más de la mitad de nuestras calorías de los alimentos equivocados”, dijo.

Sin embargo, los expertos esperan que las pequeñas mejoras en los últimos años sean son solo el inicio de una tendencia de intercambio de calorías. “Creo que estamos viendo un cambio cultural, como lo hemos visto en el tabaquismo”, dijo Willett. “Creo que hemos llegado a un momento crítico que acelerará la reducción de las bebidas azucaradas”; así mismo, esto nos conducirá al aumento del consumo de alimentos saludables, agregó.

Menor consumo de gaseosas y jugos de frutas, mayor consumo de agua

Los estadounidenses de casi cualquier edad y étnica se han estado alejando de las gaseosas y jugos de fruta. Un estudio de encuestas alimenticias que se han llevado a cabo a nivel nacional determinó que los niños y los adultos consumen un promedio de alrededor de 155 y 151 calorías, respectivamente, de estas bebidas en el 2010, frente a 223 y 196 calorías en 1999. Tanto en casa como cuando comen fuera, durante las comidas y al tomar un refrigerio, informaron que consumen estas bebidas.

En la mayoría de los casos, los estadounidenses están sustituyendo las gaseosas por opciones más saludables. “A medida que el consumo de bebidas [azucaradas] está disminuyendo, el consumo de agua está aumentando,lo cual se divide entre agua del grifo y agua embotellada”, alrededor de 60 a 40, dijo Adam Drewnowski, director del Centro de Nutrición y Salud Pública en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Washington. “Eso es algo bueno”, agregó.

Aunque el consumo de bebidas energéticas, té endulzado y café aumentó entre 1999 y 2010, estas bebidas representan un pequeño porcentaje de las calorías que los estadounidenses obtienen de las bebidas azucaradas.

Todo esto es una buena noticia, pero no es suficiente. “Estamos acercándonos a la meta en relación a las bebidas azucaradas, pero aún nos falta mucho por alcanzar esa meta”, dijo Popkin. La mayoría (60%) de los estadounidenses aún consumen 230 calorías o más al día de azúcar añadida, agregó. Las nuevas Guías Alimentarias de asesoramiento del Departamento de Salud y Servicios Sociales y del Departamento de Agricultura recomiendan que las personas consuman no más de 10% de sus calorías diarias (alrededor de 200 calorías) de azúcar añadido.

Azúcares añadidos: aumento del consumo

Aunque los estadounidenses están haciendo progresos en cuanto a reducir el consumo de bebidas azucaradas —las cuales representan casi el 50% de las calorías derivadas de azúcar añadida— no están dejando de lado algunos otros alimentos que contienen azúcar añadida.

Los carbohidratos refinados y postres a base de cereales, como pasteles y galletas, constituyen una fuente principal de calorías derivadas de azúcares añadidos. Según datos de encuestas dietéticas compilados por Popkin, el consumo de carbohidratos refinados ha permanecido casi igual y el consumo de postres ha estado aumentando. Los niños pasaron de obtener 297 calorías al día de este tipo de golosinas en el 2003 a 317 en el 2012.

Grasas saturadas: reducción del consumo y eliminación en su totalidad

Los estadounidenses han hecho grandes progresos en la mejora de su dieta mediante la eliminación de las grasas saturadas. Un estudio reciente de Willett y sus colegas de Harvard clasificaron la dieta típica estadounidense en una escala de 0 a 110, de menos a más saludable. La puntuación se elevó de 40 en 1999 a 47 en el 2010, casi en su totalidad debido a la reducción en el consumo de grasas saturadas, así como de bebidas azucaradas.

La reducción de grasas saturadas “se debió principalmente a los cambios en el proceso de fabricación, no que la gente realmente estuviera cambiando lo que estaban comiendo”, dijo Willett. Incluso antes de que se implementaran las políticas de limitar las grasas saturadas y que la FDA las prohibiera, muchos fabricantes voluntariamente iniciaron su eliminación gradual, agregó.

En lugar de grasas saturadas, una gran cantidad de fabricantes de alimentos ahora utilizan aceite vegetal y las encuestas dietéticas reflejan un aumento en el consumo de estas grasas no saturadas, junto con una reducción de grasas saturadas, dijo Willett. Aunque el aceite vegetal no es necesariamente bajo en calorías como en grasas saturadas, los estudios sugieren que este tipo de grasa no saturada podría tener beneficios para la salud, mientras que las grasas saturadas han sido asociadas con mayores tasas de enfermedades cardíacas, diabetes y otras condiciones.

Frutas y verduras: aún no se consume lo suficiente

Desde una perspectiva el “vaso está medio lleno”, el consumo de frutas y verduras está aumentando. Los niños estadounidenses consumían 63 calorías de productos agrícolas por día en el 2012, frente a 47 calorías en el 2003, según datos de Popkin. Se observó un repunte similar entre los adultos.

Sin embargo, los expertos dicen que el aumento es decepcionante. “Estamos hablando de algo trivial. De 10 a 15 calorías adicionales es el porcentaje que la gente consume”, dijo Popkin. El USDA recomienda de dos a cuatro porciones de frutas y de tres a cinco porciones de verduras al día. Dado que la mayor parte de productos agrícolas es baja en calorías —entre 20 y 200 por porción— el consumo promedio actual pone a la mayoría de los estadounidenses muy por debajo del número recomendado de porciones.

Aumentar el consumo de frutas y verduras podrías desempeñar un papel importante en la mejora de la dieta estadounidense. “Nos hemos beneficiado al reducir el consumo de grasas saturadas, pero existe un enorme potencial al aumentar el consumo de cereales integrales, frutas y verduras y podríamos ganar mucho al reducir más el consumo de carne roja”, dijo Willett.

Comidas rápidas: prácticamente no existe diferencia

A pesar de todos los informes sobre los efectos adversos que la comida rápida tiene en la salud, los estadounidenses han reducido levemente su consumo. La proporción de calorías que los adultos obtienen de la comida rápida todos los días se redujo de 12,8% en el 2003 a 11,3% en el 2010. Entre los niños, el número de calorías promedio al día se redujo de 370 en el 2003 a 360 en el 2012. Sin embargo, el porcentaje de calorías diarias que esto representa en realidad aumentó de 16% a casi 18%.

Un estudio realizado por Drewnowski y su colega, Colin D. Rehm, estudio los tipos de comida rápida que los niños estadounidenses están consumiendo. Las opciones que consumen con mayor frecuencia son hamburguesas y pizzas, seguido, con una gran diferencia, por alimentos como emparedados y comida mexicana. Sin embargo, como señala Drewnowski, no importa mucho de qué tipo de comida rápida provienen las calorías. La pizza tiene alto contenido de sal, pero los “emparedados a veces también están cargados de sodio debido a todas las carnes y quesos procesados”, dijo.

Nueces: optando por nueces

Los estadounidenses podrían estar cambiando el tipo de calorías que obtienen de los aperitivos. Los postres a base de granos, tales como galletas parecen estar disminuyendo en popularidad, mientras que las nueces parecen estar en auge, dijo Drewnowski. El consumo de almendras, en particular, está en aumento.

A pesar de que el cambio no necesariamente reduce las calorías, podría conllevar grandes beneficios para la salud. “Esencialmente, si consumes nueces, como por ejemplo almendras, como aperitivos, eso significa que no consumes azúcares añadidos y que consumes mucho más proteínas, fibra y poca grasa”, de acuerdo con Drewnowski.

Comer en casa: aún es donde obtenemos calorías

Al igual que las lámparas de lava y el tie-dye, la cocina casera podría no ser tan popular como lo fue en la década de 1960. Pero aún ofrece una gran parte de las calorías que consumimos. Un estudio de Popkin y sus colegas determinó que el número de calorías que los estadounidenses obtienen de los alimentos cocinados en casa o comestibles listos para comer que se consumen en el hogar disminuyó de 95% en 1965 al 68% en 1996. Sin embargo, el descenso se estabilizó después de mediados de 1990. Del mismo modo, mientras que la cantidad del tiempo de cocción se redujo entre 1965 y 1992, se ha estancado desde mediados de la década de 1990.

Dado que la mayoría de las calorías aún se consumen en el hogar, Popkins y los otros autores del estudio dijeron que los estadounidenses podrían tener una mejor dieta si contara con alimentos fáciles de preparar más saludables. “Desafortunadamente, comer en casa por lo general es poner algo en el microondas” que tiene una gran cantidad de calorías y sodio, dijo Willett.