Un extenso análisis de ADN, respaldado por estudios anteriores, demuestra que la población de chacales dorados consiste en dos especies de un linaje distinto en términos de genética, uno de los cuales anteriormente era desconocido para los científicos.

(CNN) – Desde hace mucho tiempo, los chacales dorados que se encuentran en África, Europa, Oriente Medio y Asia han sido considerados la misma especie, gracias a sus características físicas y de comportamiento.

Al parecer, las apariencias engañan.

Un extenso análisis de ADN, respaldado por estudios anteriores, demuestra que la población consiste en dos especies de un linaje distinto en términos de genética, uno de los cuales anteriormente era desconocido para los científicos, según un informe publicado esta semana.

El chacal dorado delgado y de hocico corto eurasiático con pelaje rojizo-café que siempre hemos conocido lleva el nombre de Canis aureus. Aunque se parecen a los Canis aureus, los que se encuentran en África tienen más en común en términos de genética con los lobos grises, lo que ha llevado a los investigadores a proponer un nuevo nombre científico: lobo dorado africano, o Canis anthus.

El descubrimiento marca la primera especie nueva de cánidos en África en 150 años, según el Smithsonian Conservation Biology Institute (SCBI). Un cánido es miembro de los Canidae, la familia biológica para los perros, lobos y otros mamíferos de ese tipo.

Un equipo de investigadores dirigido por el científico del SCBI, Klaus-Peter Koepfli, publicó sus hallazgos el jueves en la revista Current Biology.

El equipo dijo que el descubrimiento era “sorprendente” dada la ausencia de lobos grises en África y la diferencia en las características físicas y bioquímicas observables entre las dos especies.

Para probar la hipótesis de las especies distintas y entender la historia evolucionaria que conduciría a este resultado, los científicos analizaron datos geométricos extensos, entre ellos secuencias del genoma mitocondrial y secuencias del genoma nuclear, en los chacales dorados y en lobos grises africanos y eurasiáticos.

Su investigación proporciona una “evidencia consistente y robusta” en relación a que los lobos grises africanos y los chacales dorados eurasiáticos han sido distintos durante más de 1 millón de años, según el informe, a pesar de las similitudes en su tamaño corporal y en su estructura craneal.