(CNN) – Para cuando llego a las faldas del volcán, mis piernas ya empiezan a ceder.
Se levanta un polvo color naranja y luego vuelve a bajar para dejar al descubierto el Teide, un volcán activo –el más alto de España– que mide 3.718 metros.
Desde cualquier ángulo, el Teide, cuya última erupción fue en 1909, es sorprendente, ni siquiera la niebla blanca que envuelve su pico puede esconder su inmensidad.
Un vuelo de dos horas desde Madrid me ha traído hasta Tenerife, la isla ubicada a 300 kilómetros de la costa de África Occidental que surgió desde el fondo del océano hace 10 millones de años debido a una erupción volcánica.
Durante tres días, exploro un destino con un paisaje más variado de lo que su área de 2.000 kilómetros cuadrados sugiere.
Tenerife es la mayor y más poblada de las siete islas Canarias, con más de 5 millones de visitas turísticas cada año.
Esta cantidad se debe en parte a la dinámica de “algo para todos” que la isla ofrece.
En menos de una hora es posible viajar desde una exuberante selva lluviosa subtropical hasta un terreno volcánico.
Maravillas naturales
La vitalidad de Tenerife descansa en su esplendor intacto y natural.
El aislamiento del territorio en el océano Atlántico ha permitido una rica evolución en la biodiversidad.
Es el hogar de 50 especies endémicas, entre ellas cinco de las siete especies de tortugas que quedan en el mundo, la mariposa cleopatra canaria y sí, hasta una cucaracha sin ojos.
La conservación es una máxima prioridad en Tenerife, el 48% de su terreno está protegido.
Y casi en cada esquina, hay alguna maravilla natural con la que puedes sorprenderte.
La parte sur de la isla es el hábitat de entre 500 y 600 ballenas piloto que pueden ser observadas por los visitantes que traen los barcos.
En la ciudad turística de Los Gigantes, grandes acantilados caen asombrosamente en el océano.
En las áreas montañosas, los visitantes pueden caminar por encima de un mar de nubes, un fenómeno natural causado por los vientos alisios.
En la ciudad portuaria de Garachico, las calles limpiamente adoquinadas se enlazan con plazas bordeadas de palmeras y las piscinas naturales de rocas de lava de la bahía se llenan con la retumbante agua de mar.
El norte versus el sur
Mientras los áridos tramos del sur de Tenerife atraen a los amantes de las playas hacia sus rascacielos turísticos, las temperaturas más frescas, los bosques lluviosos subtropicales y los pueblos tranquilos caracterizan el norte de la isla.
La capital, Santa Cruz de Tenerife, es una ciudad portuaria norteña con iglesias que han estado en pie desde el siglo XVI.
En febrero, la ciudad cobra vida con el carnaval, con juerguistas elegantemente vestidos que se dirigen a las calles para beber y bailar hasta la madrugada.
A menos de 1,6 kilómetros de Santa Cruz, los senderos adoquinados en la ciudad de La Laguna están bordeados con todo tipo de cosas desde tiendas de ropa y museos, hasta galerías de arte local.
También alberga algunos de los edificios históricos mas importantes de la isla y la única universidad, la Universidad de La Laguna.
Tenerife también ofrece 70 playas únicas, así que la pregunta no es cuál de ellas visitar, sino qué tipo quiero visitar.
En la playa de El Bollullo en el norte, los acantilados de cascadas verdes y las abundantes plantaciones de bananos conducen a un mar de guijarros negros que brillan sobre una arena todavía más negra.
Si quieres ver playas y cuerpos dorados, la ciudad principal de Adeje en la costa sur es el sitio para estar y apreciar.
Antiguas recetas
Mientras que la simplicidad del sabor es el sello distintivo de la cocina canaria, la gastronomía de Tenerife homenajea los ingredientes producidos en la zona que fusionan lo mejor de las recetas tradicionales y contemporáneas.
En pintorescos restaurantes ubicados en las laderas alrededor de la isla, muchos de los cuales alguna vez fueron casas, las recetas familiares de antaño le dan vida a los recuerdos.
Un restaurante que capta perfectamente esta tradición de sabores y familia es El Calderito de la Abuela.
Los chefs y hermanos Fabian y Mario Jr. Núñez han tomado las recetas de su abuela Gregoria y han creado una atmósfera que mantiene a los lugareños en sus mesas y la fresca y tradicional comida canaria a la vanguardia de su negocio.
Sus platos incluyen queso de cabra frito cubierto con miel de palma y mojo, finos y crujientes aros de cebolla fritos llamados “cebollitas”, y conejo al salmorejo… un estofado de conejo tierno y sabroso.
Sentido de la escala
Sin embargo, quizá la mayor maravilla de Tenerife es el volcán Teide.
Es un Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO que los atrevidos excursionistas experimentados pueden escalar con un permiso escrito.
Un funicular llamado “El Teleférico” también puede llevar a los visitantes a la cima en ocho minutos.
Y aun cuando el volcán hace que todo lo demás en la isla se vea pequeño, desde su cima hay incluso un mayor sentido de la escala.
Los bajos niveles de contaminación lumínica permiten que sea el escenario perfecto para contemplar el vasto cielo estrellado.
Kristin Braswell es una escritora independiente y con espíritu viajero. Ella ha colaborado con Essence, ABC News, NPR y Ebony, entre otros.