El beso del Día de la Victoria, es una de las fotografías más icónicas del fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando miles de estadounidenses salieron a las calles de Nueva York a celebrar el rendimiento de Japón.  La fotografía fue tomada por Alfred Eisenstaedt de la revista Life. Aunque varios hombres han reclamado ser el marinero, los protagonistas fueron identificados como George Mendosa y Greta Zimmer Friedman.

(CNN) — En el sótano de su casa George Mendosa, un veterano de la Segunda Guerra Mundial, repasa un álbum fotográfico con imágenes de sus días como soldado.

Sobre la chimenea está un cuadro del USS Bunker Hill, la legendaria aeronave averiada por los pilotos kamikaze en los últimos meses de la guerra.

Abajo, en la alfombra, una estatua basada en la icónica fotografía de la revista Life tomada hace 70 años durante las celebraciones del Día de la Victoria —conocido como V-J Day— que celebró el final de la II Guerra Mundial.

Una imagen definitiva de un tiempo turbulento: un marinero besando a una enfermera en Times Square de Nueva York.

Para el veterano de guerra estos eventos están íntimamente relacionados.

Él dice ser el amoroso marinero de la foto, aunque la revista Life ha dicho siempre que la identidad del hombre es un misterio.

“Nunca he encontrado una persona a la que haya convencido”, dice Mendosa, un pescador retirado con una nariz prominente y el pelo corto y gris.

George Mendosa, de Rhode Island, dice que él es el marinero del famoso beso del fin de la guerra en la revista Life, en Times Square.

70 años después del fin de la guerra, Mendosa vive con su esposa Rita Petry, en una calle tranquila de Middletown, Rhode Island, una ciudad costera de unos 16.000 habitantes a unos 290 kilómetros de Times Square.

“La guerra ha terminado”

Mendosa se unió a la Armada en 1942 y en el verano de 1945 —el 14 de agosto— estaba pasando unos días de vacaciones en la ciudad.

De repente, mientras estaba tomando unos tragos en un bar de Manhattan, la programación del Radio City Musical Hall fue interrumpida con gente gritando “la guerra terminó”, haciendo eco en todo el lugar.

Columnas de humo salen por encima del USS Bunker Hill que fue alcanzado en 30 segundos por dos Kamikazes, el 11 de mayo de 1945.

Los asistentes salieron a las calles felices a celebrar junto a miles más que celebraban que los japoneses se habían rendido.

“Vi a esa enfermera viniendo”, recuerda Mendosa. “La guerra acabó. La emoción de la guerra y los tragos… y cuando vi a esa enfermera, la besé”.

Mendosa estaba en una cita con Petry, su actual esposa, en un cine. Cuando la gente en la calle empezó a gritar, interrumpieron la función y prendieron las luces. Petry y Mendosa se dirigieron a un bar y al salir a la calle fue cuando el hombre vio a la enfermera y la besó, mientras Petry observaba la escena.

“Mucha gente me dijo ‘besaste a una enfermera estando en una cita’. Yo dije ¡por Dios!, la guerra ha terminado”, relató Mendosa.

La reacción pública de la historia detrás del beso sí le importó más a ella.

Mendosa dice que la gente le dice: “¿él te hizo eso y aún estás con él?”. Algo que a Petry le incomoda. No obstante, la pareja celebrará su aniversario de bodas número 69 en octubre.

¿Quién es la mujer?

En 2010 cientos de ciudadanos se acercaron a Times Square para observar la escultura en honor a la famosa escena del fin de la guerra.

La mujer a la que presuntamente besó Mendosa era una asistente dental llamada Greta Friedman, que vio la icónica foto por primera vez en 1960. Ella reconoció su figura, lo que llevaba puesto y especialmente su pelo, según una entrevista que dio al Proyecto de Historia de Veteranos, publicado en 2005.

Ella recuerda ir caminando por Times Square luego de oír rumores sobre el fin de la guerra.

“De repente un marinero me agarró y me besó”, dijo. “No fue tanto como un beso. Era más el júbilo del fin de la guerra ya que él no tenía que volver al campo de batalla”.

“El marinero era muy fuerte”, le contó al Proyecto de Historia de Veteranos.

“Me estaba apretando fuertemente. No estoy muy segura del beso… sólo era alguien celebrando. No fue un evento romántico. Era más algo como “gracias Dios, la guerra se terminó”, relató la mujer.