(CNN) - ¿Hasta dónde llegarán los paparazzi para tomarle fotos al futuro rey de Gran Bretaña, quien ahora tiene dos años de edad? Esto es lo que dice el palacio de Kensington:
• Alquilar un auto, llenarlo de alimentos y bebidas y colgar sábanas de las ventanas, todo con la esperanza de tomarle una foto al príncipe Jorge en un área de juegos por medio de un agujero en el chasis.
• Utilizar a otros niños para tratar de atraerlo a fin de que quede visible en las áreas de juegos.
• Ocultarse en dunas de arena en una playa remota para tratar de tomarle fotos mientras juega con su abuela.
• Utilizar la fotografía de mayor distancia focal para fotografiarlo mientras juega en parques privados con su madre, Catalina.
• Tomar fotos de otros niños que llegan a visitar al príncipe Jorge, y perseguir autos que salen de las casas de la familia.
• Ocultarse en bosques de propiedad privada y en campos alrededor de la casa de campo de sus padres y en ubicaciones cercanas a la casa de la familia Middleton.
Todo esto es de acuerdo con una carta enviada por el palacio a medios de comunicación, en la que hacían énfasis en “un creciente número de incidentes de acoso por parte de los paparazzis hacia el príncipe Jorge” en los últimos meses, y las tácticas “increíblemente peligrosas que se están utilizando”.
Esta no es la primera vez que el palacio ha pedido, en nombre de los padres de Jorge, el príncipe Guillermo y Catalina, duquesa de Cambridge, que a sus hijos se les permita tener una niñez tan normal —y segura— como sea posible.
Pero evidentemente, las advertencias pasadas no han sido escuchadas por los paparazzi. Y algunos medios de comunicación aún están dispuestos a comprar su mercancía.
Peor aún, si bien los paparazzi siempre están entusiasmados por fotografiar a los miembros de la realeza, el príncipe Jorge “actualmente es su objetivo número uno”, escribió Jason Knauf, secretario de comunicaciones de la pareja real y del príncipe Enrique.
“Hemos tomado la decisión de discutir estos temas ahora, ya que los incidentes se están volviendo más frecuentes y las tácticas, más alarmantes”.
La carta ha sido enviada a los líderes de organizaciones que son parte de la industria de los medios de comunicación en Gran Bretaña y alrededor del mundo, dijo Knauf.
“Se espera que quienes les pagan a los fotógrafos paparazzi por las imágenes de los niños sean capaces de entender mejor la angustiante actividad alrededor de un niño de dos años de edad que su dinero está alimentando”.
El palacio también quiere que los lectores a quienes les gusta admirar las imágenes tiernas —pero no autorizadas— de los hijos de miembros de la realeza en la publicaciones que las presentan “entiendan las tácticas que se utilizan para obtener estas fotos”, dijo.
La realeza publicó una serie de fotos autorizadas del príncipe Jorge y su hermana menor, princesa Carlota, para que la prensa las utilice, más recientemente en julio para el segundo cumpleaños del príncipe, y continuará haciéndolo regularmente, señaló.
Los paparazzi acuden a ‘medidas extremas’
Todas las publicaciones en Gran Bretaña, al igual que la mayoría en Estados Unidos, Australia, Canadá y Nueva Zelanda, han respetado la política de no publicar imágenes no autorizadas, dijo Knauf.
Sin embargo, dijo, “los paparazzi acuden a medidas cada vez más extremas para observar y monitorear los movimientos del príncipe Jorge y de manera encubierta, tomarle fotografías para vendérselas a las agencias internacionales de medios de comunicación que siguen estando dispuestas a pagar por ellas”.
El problema de la intrusión de los paparazzi es un punto especialmente delicado considerando el historial familiar del príncipe Guillermo.
Su querida madre, Diana, princesa de Gales, y su novio Dodi Fayed, murieron cuando el Mercedes-Benz en el que viajaban chocó contra una columna en un túnel de París en agosto de 1997.
En aquel momento, eran perseguidos por los paparazzi luego de salir del hotel Ritz. Los investigadores concluyeron que su conductor, quien también murió, estaba ebrio y conducía a alta velocidad.
‘Es inquietante, pero no es poco común’
La carta describe en detalle cómo el fotógrafo que alquiló un auto para convertirlo en un “escondite” provisional buscó fotografiar al joven príncipe.
El incidente, ocurrido tan solo la semana pasada, fue “inquietante, pero para nada fuera de lo común”, señaló Knauf.
El hombre se “estacionó en una ubicación discreta afuera de un área de juegos para niños.
Ya estaba oculto gracias a las ventanas oscuras del auto, pero tomó la medida adicional de colgar sábanas dentro del vehículo y creó un escondite abastecido de alimentos y bebidas para que pudiera pasar por todo un día de vigilancia, con la esperanza de captar imágenes del príncipe Jorge.
La policía lo descubrió acostado en el maletero del vehículo intentando tomar fotografías con un lente de mayor distancia focal a través de un pequeño agujero en su escondite”, dijo.
“Por supuesto, es inquietante que tales tácticas —parecidas a las de vigilancia pasada por parte de grupos cuyas intenciones iban más allá que tomar fotografías— están siendo desplegadas para que le saquen provecho a la imagen de un niño de dos años”.
En una época de mayor seguridad, tales tácticas presentan un riesgo para todos, dijo Knauf. Y las fuerzas de seguridad no siempre podrán determinar inmediatamente si alguien busca tomar fotos o causar daños más serios.