(CNN) — Donald Trump dijo este domingo que si es elegido presidente de Estados Unidos, desecharía los decretos de Barack Obama que impiden las deportaciones de inmigrantes ilegales.
“Tienen que irse”, dijo el magnate de bienes raíces, que encabeza las encuestas primarias republicanas a nivel nacional, en una entrevista transmitida este domingo en el programa de NBC, Meet the Press.
Las acciones ejecutivas sobre inmigración del presidente Obama permiten quedarse a los inmigrantes indocumentados que fueron traídos a Estados Unidos cuando eran niños, así como acciones que permiten a los padres indocumentados de niños ciudadanos estadounidenses evitar la deportación.
Sin embargo, Trump dijo que iba a deportar familias “juntas”.
Estarían obligados a salir de Estados Unidos y solo entonces algunos regresarían de nuevo bajo un proceso expedito, porque “tenemos un país o no tenemos un país”.
Advirtió que podría revocar una ley que otorga la ciudadanía a las personas nacidas en Estados Unidos, y poner límites más estrictos a la inmigración legal.
El magnate se opone a “la ciudadanía por nacimiento” o un derecho de la ciudadanía a cualquier niño nacido dentro de las fronteras de un país, sin importar el estatus legal de sus padres.
“Hay que hacerlo. Porque lo están haciendo, que están teniendo un bebé”, dijo Trump.
La frontera sur
Este mismo domingo, el magnate publicó un documento político sobre sus planes para reformar el sistema de inmigración de Estados Unidos y asegurar la frontera sur, el proyecto más detallado hasta ahora de cómo va a manejar un tema político clave.
Trump, quien en repetidas ocasiones ha sido presionado para obtener información específica sobre su plan de inmigración ya que el tema lo disparó a la cima de las encuestas, por primera vez explicó cómo planea forzar a México para pagar por un muro fronterizo.
También puso en marcha un plan para reformar el sistema de inmigración legal en el documento de casi 1,900 palabras.
Trump señaló tres “principios básicos”: que Estados Unidos debe construir un muro en la frontera México-Estados Unidos, que las leyes de inmigración deben ser plenamente aplicadas y que “cualquier plan de inmigración debe mejorar los empleos, los salarios y la seguridad para todos los estadounidenses”.
Si México se niega a pagar por el muro fronterizo, como Trump insiste en que ellos lo harán, comenzaría el cobro de tarifas adicionales a los mexicanos que entran en Estados Unidos, con visas o en coches transfronterizos, en particular los visados a los “directores ejecutivos y diplomáticos mexicanos”, que Trump cancelaría “si es necesario.”
También consideraría aranceles y recortes de la ayuda exterior y se apoderaría de “todos los pagos de remesas derivadas de los salarios ilegales”.
“El gobierno mexicano ha llevado a Estados Unidos a la tintorería. Ellos son los responsables de este problema, y deben ayudar a pagar para limpiarlo”, se menciona en el documento político. “No dejaremos que sigan aprovechándose”.
Trump, sin embargo, no dio detalles sobre cómo iba a deportar a todos los inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos, antes de permitir que “los buenos” vuelvan a entrar legalmente.
De hecho, Trump no hace referencia a ese plan en absoluto, en cambio solo pide la deportación de todos los “extranjeros criminales” y sin hacer referencia a la deportación de inmigrantes indocumentados que respetan la ley.
El magnate mantiene lo que ha dicho en entrevistas anteriores.
El 29 de julio, Trump dijo a Dana Bash de CNN, “quiero sacarlos y vamos a regresarlos de nuevo y dejar que sean legales. Porque tienen que estar aquí legalmente”.