(CNN) - No es un secreto que la música tiene un efecto inspirador, ya sea que te guste Mozart o Metallica.
Una creciente cantidad de evidencia también sugiere que los médicos clínicos pueden usar el poder de la música para ayudar a la gente a recuperarse de una cirugía y de otros procedimientos médicos.
Los estudios han descubierto que escuchar música antes de la cirugía puede reducir la ansiedad y también puede reducir la necesidad de sedantes.
Escuchar música después de la cirugía, e incluso durante la misma cirugía, puede mitigar el dolor y la necesidad de medicamentos para el dolor. Tal parece que los hospitales se están dando cuenta de esto.
“Creo que más hospitales comenzarán a ofrecer la musicoterapia a medida que los fundamentos de la investigación van creciendo, y ha habido una buena cantidad de investigación”, dijo Al Bumanis, un musicoterapeuta y portavoz de la American Music Therapy Association.
Hay probablemente unos mil hospitales, quizá menos, que están ofreciendo actualmente este tipo de terapia en Estados Unidos, agregó el vocero.
¿Qué es la musicoterapia?
La definición básica de musicoterapia es el uso de la música para objetivos de tratamiento no musicales, dijo Bumanis. Y hablando de manera técnica, es un musicoterapeuta capacitado quien debe llevarla a cabo.
En una sesión regular que dura desde 45 minutos hasta una hora, un terapeuta reproduce música grabada o en vivo que piensa que le gustará al paciente.
“Yo le pregunto a los pacientes si hay algo que les recuerde a la época cuando estaban en la secundaria”, dijo Leah Oswanski, una musicoterapeuta que trabaja con pacientes con cáncer antes y después de la cirugía.
A fin de ayudar a los pacientes para que se tranquilicen, Oswanski reproduce música que iguale el ritmo de la respiración y el ritmo cardíaco del paciente.
“Después de unos 20 minutos, pongo la música más despacio y ellos se van desacelerando junto conmigo”, dijo Oswanski, directora del Programa de Musicoterapia Jeffrey Frank Wacks en Morristown Medical Center.
El programa se inició en el 2002. El efecto también puede funcionar de la manera opuesta, donde un terapeuta acelera la música para ayudar a un paciente que está trabajando en ejercicios de rehabilitación, por ejemplo, dijo.
Aunque los musicoterapeutas dicen que las sesiones a menudo tienen éxito, también pueden salir mal, por ejemplo, si la música es demasiado estimulante o si trae recuerdos dolorosos. Pero los musicoterapeutas “están muy bien capacitados para saber lo que está pasando si hay un cambio repentino en el estado de ánimo o algo así”, según Bumanis.
Trae tu propia lista de reproducción
A pesar del creciente interés en la musicoterapia, en la mayoría de los estudios que han demostrado los beneficios de la música en el ámbito hospitalario no han participado en realidad musicoterapeutas capacitados.
En lugar de ello, los médicos o enfermeras –o incluso los propios pacientes– reproducen música grabada, y la respuesta del paciente no se controla. Los expertos se refieren a esta práctica como medicina musical.
Un nuevo estudio publicado ayer en la revista The Lancet sugiere, sin embargo, que incluso este mayor uso de la música sin intervención podría tener una serie de beneficios.
Los investigadores analizaron 73 estudios que compararon los resultados después de la cirugía entre los pacientes que escucharon música –ya sea que la reprodujeran personalmente o que los médicos clínicos la reprodujeran para ellos– con aquellos que o no tenían música o que contaban con ruido blanco.
“Hemos logrado armar pequeños estudios anteriormente y obtuvimos mucha más capacidad para mostrar un efecto”, dijo Catherine Meads, quien estudia evaluación de tecnologías sanitarias en la Universidad de Brunel en el Reino Unido, y quien además es una de las autoras del estudio.
Los investigadores descubrieron que los pacientes que escucharon música ya fuera antes, durante o después de la cirugía, tuvieron menos dolor, tomaron menos medicamentos para el dolor y estaban menos ansiosos después de la cirugía. Los efectos duraron más de cuatro horas después de la operación y fueron mayores en los pacientes que disfrutaron de ella antes de su cirugía.
Los investigadores también descubrieron que los pacientes parecían beneficiarse sin importar qué tipo de música escucharan. Pero el hecho es que la mayoría de los médicos probablemente seleccionaban música fácil de escuchar, y si los pacientes reproducían su propia música, esta podría haber incluido las canciones de su gusto, dijo Meads.
Aunque no está claro de qué manera ayuda la música a estos pacientes, podría ser que reduzca su respuesta ante el estrés y que también lo haga por medio de la creación de una distracción, dijo Meads.
“No creo que muchos doctores les pidan a los pacientes que traigan música (para la cirugía) en este momento”, dijo Meads. “Esperábamos que los hospitales en el Reino Unido pudieran haber puesto algo que se relacionara con la música en el folleto que se les da a los pacientes para que se preparen para las cirugías”.
“Es genial contar con la pieza de medicina musical pero es incluso mejor hacer el trabajo de manera personal con el paciente”, dijo Oswanski.
Incluso podría haber peligros potenciales cuando los pacientes reproducen su propia música, como también podría darse el caso con la medicina musical. “Aun cuando tu canción favorita pueda ser de rock ‘n’ roll, la estarías reproduciendo sin control, por lo que podría ser muy rápida”, e incluso provocar que tu presión arterial y tu ansiedad se incrementaran, dijo Joanne V. Loewy, directora de Louis Armstrong Center for Music & Medicine en Mount Sinai Beth Israel.
El ritmo sigue
Loewy y sus colegas están llevando a cabo un estudio sobre cómo los pacientes, así como sus cuidadores y médicos, responden a la musicoterapia en forma de música en vivo en el entorno de la unidad postoperatoria de cuidados intensivos.
“Uno de nuestros objetivos, y hacia el cual la comunidad médica se ha sentido atraída, son los mecanismos que podrían crear el ambiente más curativo”, dijo Loewy.
Esto podría incluir música suave que se reproduzca en la nota de las máquinas que bombean el medicamento y que pitan, agregó la especialista.
A medida que más y más hospitales ofrecen musicoterapia, los terapeutas probablemente trabajarán principalmente con los departamentos de oncología y cirugía, como también en pediatría, considera Bumanis de la American Music Therapy Association.
Dijo que actualmente, la gran mayoría de los aproximadamente 6.000 musicoterapeutas en Estados Unidos, en realidad trabajan en los sistemas escolares, hogares de ancianos e instalaciones psiquiátricas.
El programa de música de Oswanski en Morristown Medical Center se asoció con la Fundación Livestrong, la cual financió a 13 hospitales en todo el país para que contrataran a un musicoterapeuta.
A pesar de que la financiación ya ha terminado, la mayoría de los hospitales han decidido mantener a los terapeutas, y algunos incluso han ampliado el programa de musicoterapia, dijo Oswanski.
Las compañías de seguros a veces reembolsan por la musicoterapia dependiendo de la condición, comentó.
“El campo obtuvo una gran cantidad de publicidad de parte de la congresista Gabrielle Giffords”, quien recibió un disparo en el cerebro en el 2011. “Ella atribuye gran parte de su curación a la musicoterapia que recibió durante el tratamiento”, sostiene Oswanski.