(CNN) – En muchas maneras, Caiden Moran es un niño promedio de cinco años. Corre alrededor de su jardín delantero, se sube a los árboles y juega con su hermano, la única diferencia que quizá puedas notar es el pequeño dispositivo a un lado de su cabeza.
“Caiden nació, y antes de salir del hospital le hicimos la prueba de tamizaje de audición para recién nacidos. Y salió mal, entonces volvimos una semana más tarde, le hicimos la prueba y otra vez salió mal”, dijo su madre Danielle Moran.
Caiden nació profundamente sordo, sin cócleas… una parte del oído interno que convierte el sonido en impulsos nerviosos y los envía al cerebro. En el momento en que los doctores confirmaron que el bebé Caiden era sordo, su padre Tommy –miembro de la Marina de los Estados Unidos– había sido desplegado a Hawái.
”Estaba triste”, dijo él. “Yo no conocía a nadie que fuera sordo, no sabía lenguaje de señas, no sabía cómo ser un buen papá y criar a un niño sordo”.
Debido a que Caiden no tenía cócleas, un implante coclear no sería de ayuda. En lugar de eso, sus padres aprendieron el lenguaje de señas, suponiendo que sería la única manera en la que su hijo se podría comunicar.
Entonces, por suerte, Danielle escuchó acerca de una posible solución: un implante en el tronco encefálico auditivo (ABI, por sus siglas en inglés).
Un ABI consiste de un micrófono y un transmisor en la cabeza, el cual convierte los sonidos del mundo externo en señales eléctricas. Esas señales eran transmitidas a un receptor interno fabricado de electrodos, implantado en el tronco encefálico. Las neuronas auditivas son estimuladas directamente en el cerebro, omitiendo el oído interno por completo.
El Dr. Mark Krieger se refiere al ABI como un “oído biónico”.
“Al poner este electrodo directamente en los centros de escucha del cerebro, este en realidad toma las cosas y las usa de la manera en que fue diseñado para trabajar”, dijo el Dr. Krieger. ”Y el cerebro por sí mismo… en un niño muy pequeño, es capaz de crecer y desarrollarse alrededor de este implante”.
El Dr. Krieger es un neurocirujano pediátrico en el Children’s Hospital de Los Ángeles. En conjunto con la Escuela Keck de Medicina de la Universidad del Sur de California, se inició un ensayo clínico en el 2014 para realizar implantes en el tronco encefálico auditivo en niños pequeños.
Aunque los cirujanos en Italia han estado realizando el procedimiento durante más de 10 años, este ensayo es el único aprobado por la FDA en Estados Unidos, y solo está disponible para niños de dos a cinco años.
Caiden fue escogido para el ensayo en enero del 2015 y fue sometido a una cirugía cerebral para implantar el dispositivo.
“Sabemos de los estudios de implantes cocleares que entre más temprano se pueda estimular el sistema auditivo y el cerebro, mejor le irá al niño”, dijo el Dr. Eric Wilkinson, uno de los tres cirujanos que realizó la operación de Caiden.
“En nuestro estudio tenemos edades de dos a cinco años… sentimos que es un equilibrio entre encontrar una edad que no solamente sea segura para hacerlo sino en la que el niño también sea lo suficientemente pequeño para que se beneficie del dispositivo”, añadió.
La operación fue un éxito, pero el viaje apenas empieza. Caiden ha pasado sus primeros años de vida sin ningún estímulo auditivo en absoluto. Tomará años de trabajo capacitar su cerebro para que entienda e interprete sonidos.
“Imagina a un bebé recién nacido. No viene al mundo con la habilidad de entender lo que es un sonido, o con conocimiento de que eso sea algo significativo”, explicó Margaret Winter, una audióloga que trabaja con Caiden y otros pacientes de ABI. “Entonces con el tiempo, todas las cosas que hacemos con bebés, las estaremos haciendo con niños que tienen ayudas auditivas, implantes cocleares o ABIs”.
Ella añadió: “Cuando lo vimos por primera vez para su estímulo inicial después de que recibió el implante, estábamos sorprendidos y encantados por lo bien que respondió. No todos los niños saben qué es un sonido para empezar, y no todos responden… pero él sí respondió”.
Caiden ahora va a terapia varias veces a la semana para trabajar en su forma de hablar y escuchar. Por ahora, él todavía se respalda principalmente en el lenguaje de señas pero ya se encuentra repitiendo ciertos sonidos, y cada vez se ha vuelto más vocal.
“Te da una sensación de la valentía, no solo de parte de los padres que permitieron que se sometiera a una cirugía cerebral, para esto, sino también de parte de Caiden”, dijo el Dr. Krieger. ”Él parece tener un sentido de la historia que está detrás de todo esto, él está derribando barreras y es verdaderamente es un pequeño y muy valiente pionero”.