CNNE 202683 - amigos depresion

(CNN) – Para los adolescentes, rodearse de amigos —particularmente los amigos con un buen estado de ánimo— podría reducir significativamente su riesgo de desarrollar depresión y mejorar su habilidad de recuperarse de la misma.

En un estudio publicado esta semana, científicos analizaron la información de más de 2.000 estudiantes de secundaria en Estados Unidos para investigar si el estado de ánimo de los estudiantes influía uno al otro y si esto podría impactar los niveles de depresión entre adolescentes. Los equipos modelaron la proliferación del estado de ánimo entre estudiantes durante un período de entre seis a doce meses, usando técnicas similares a modelar la propagación de una enfermedad infecciosa.

“Clasificamos a las personas como enfermos (deprimidos) o no y observamos cómo cambiaba eso conforme transcurría el tiempo”, dice Thomas Moore, un profesor en aplicaciones matemáticas de la Universidad de Manchester, quien trabajó en el estudio.

Moore dice que estudios anteriores han encontrado que las personas deprimidas tienden a agruparse, lo que implica que este estado de ánimo podría proliferarse. Sin embargo, el equipo encontró lo contrario.

"La depresión en sí no se propaga, pero un estado de ánimo saludable de hecho sí lo hace", dice él. El estudio determinó que los adolescentes con un fuerte grupo de amigos que no sufre de depresión —descrito como un estado de ánimo "saludable"— tenían la mitad de probabilidad de desarrollar depresión y el doble de probabilidad de recuperarse si llegaran a deprimirse.

“El efecto fue enorme, mucho más grande que lo que ves con los antidepresivos”, dijo Moore.

Más importante aún, los amigos depresivos no contrarrestaron el efecto. “Ellos no parecen desanimar a sus amigos”, dice Moore.


10% de jóvenes sufren de depresión

La información fue tomada del Estudio Longitudinal Nacional de Salud de Adolescente a Adulto, actualmente en curso en Estados Unidos, y el equipo considera los hallazgos como un arma útil para luchar contra la depresión… particularmente entre adolescentes.

De acuerdo con la información de la Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud en Estados Unidos, alrededor de 2,6 millones de adolescentes entre 12 y 17 años sufrió al menos un episodio mayor de depresión durante el 2013 Esto representó el 10,7% de la población estadounidense entre 12 y 17 años.

“La depresión es la mayor preocupación de la salud pública a nivel mundial”, dice el profesor Frances Griffiths, director de ciencia social y sistemas en salud de la Escuela de Medicina de Warwick, quien también trabajó en la investigación. “Nuestros resultados ofrecen implicaciones para mejorar el estado de ánimo de los adolescentes… el fomentar las redes de amistad entre adolescentes podrían reducir la incidencia y prevalencia de la depresión entre adolescentes”.

Mientras que el estudio encontró una diferencia durante el período de seis a doce meses, Moore cree que el cambio podría ocurrir antes. “Solamente contamos con estos dos panoramas [de tiempo]”, dice.

Moore considera las actividades sociales como los grupos de jóvenes como opciones de bajo costo y de bajo riesgo para ayudar a aliviar la carga de la depresión de hoy en día. “Si combinas esto con otras cosas que se sabe que funcionan, estas podrían funcionar inclusive mejor”, dice.

Familia y amigos, la mejor ‘medicina’

El tratamiento actual para la depresión es complejo, ya que se usan combinaciones de terapia y medicamentos, como los antidepresivos, al igual que un estilo de vida saludable.

“Cuando pensamos en estar saludables, a menudo pensamos en hacer ejercicio y comer una dieta saludable. Sin embargo, deberíamos también hacer tiempo para nuestras amistades como parte de nuestro estilo de vida saludable”, dice Jim Bolton, miembro del Royal College of Psychiatrists del Reino Unido.

“Este estudio es una evidencia adicional de la importancia de los amigos y de la familia en mantener una buena salud mental… [y] más importante aún, este estudio indica que cuando hablamos con la familia y amigos nuestra depresión no es ‘contagiosa’”, dice.

Sin embargo, los hallazgos posiblemente no apliquen de forma automática para todas las poblaciones de adolescentes, advierte Shirley Reynolds, profesora de terapias psicológicas con base en evidencia de la Universidad de Reading. “Sin duda, estos datos son intrigantes y si el estudio se replica y se fundamenta podría tener implicaciones importantes para la salud pública y las intervenciones educativas o sociales”, dice ella. “Sin embargo, no existe información sobre los jóvenes que participaron… esto hace que sea imposible saber si son representativos de otros adolescentes en Estados Unidos, no digamos de adolescentes en el Reino Unido o Europa”.

Justin T. Baker, profesor de psiquiatría de la Escuela de Medicina de Harvard y psiquiatra del Hospital McLean, en Belmont, Massachusetts, dice que este es un estudio inteligente, pero advierte de que tiene varias limitaciones. Una es que infiere un “modelo de transmisión” tomando en cuenta solo dos puntos de tiempo: 6 y 12 meses.

Además, el autor elige etiquetar a los participantes ya sea como deprimidos o no, aunque estado de ánimo y depresión varían constantemente a lo largo de un continuo”, dice “Esta etiqueta de todo o nada tiene sentido para el contagio, pero no captura la experiencia de la depresión”.