(CNN) – Ellos vinieron a ver Jimmy.
No a James Earl Carter Jr., no al “Señor Presidente”. No al exgobernador de Georgia. No al ganador del Premio Nóbel de la Paz y exitoso humanitario.
Jimmy.
Tres días después de haber recibido su primer tratamiento de radiación dirigido a cuatro puntos del melanoma en su cerebro, el presidente número 39 estuvo en la iglesia Maranatha Baptist en su pueblo natal de Plains para dar una enseñanza bíblica.
La gente acudía desde todas partes del país –y en menor grado, del mundo– para ver este espectáculo, para ver a este antiguo líder del mundo libre dando una enseñanza en la escuela dominical como si fuera un Jim común y corriente.
Pero para la gente de Plains y de los alrededores, este no es un espectáculo en absoluto. Él ha hecho esto unas cuantas veces al mes durante décadas, dicen ellos. Él es parte integral de la ciudad.
Claro, que esa parte integral viene junto con un séquito del Servicio Secreto, pero si vienes de visita a Plains por cualquier cantidad de tiempo es muy probable que alcances a ver a Jimmy y a Rosalynn Carter, quizás en la iglesia o en un evento local, quizás en sus Trikkes dando un paseo.
“Jimmy y yo platicamos de todo menos de política. Hablamos sobre la pesca, la caza”, dice Randy Hathaway, un miembro de la iglesia Maranatha desde hace 10 años y también el ingeniero del lugar.
Él extiende su mano para demostrar el tamaño de la mojarra que puedes pescar en el “estanque de Jimmy”… el que está más adelante después de la casa de la infancia de Carter, después de las vías del ferrocarril, “en un pequeño valle más abajo”.
Las mojarras son buenísimas para una venta de pescado frito, dijo Hathaway, y aunque varios estanques del área no están tan bien abastecidos, en el estanque de Jimmy “es seguro que habrán peces”.
Cientos de enseñanzas a lo largo de las décadas
Aunque Carter ha estado dando enseñanzas en la escuela dominical desde que tenía 18 años –en Plains Baptist, en la Marina, en First Baptist en la capital de la nación–, esta fue su lección número 689 en la iglesia Maranatha, donde él y Rosalynn han sido miembros desde poco tiempo después de que salieron de la Casa Blanca.
Ron Lipe, de 59 años de edad, de Columbia, Carolina del Sur, le dijo a CNN que trajo a su hijo y su madre a ver una de las enseñanzas de Carter hace 11 años.
Decidió que traería a la que es su esposa desde hace 35 años, Helene, al servicio del domingo. Pero Lipe no quería estar en la parte de atrás con el desfile de los medios de comunicación y su depósito de cámaras.
“Voy a pasar la noche justo afuera de la puerta”, le dijo a un periodista que estaba arreglando su equipo el sábado a las 10 de la noche para los eventos de la mañana siguiente. “Yo quiero que ella tenga el mejor asiento de la casa”.
Para que quede claro, esto fue 12 horas antes de que Carter hablara, pero Lipe venía preparado con agua, barras de granola y una extensión para cargar su teléfono.
Al final resultó que, la portavoz de la iglesia, Jill Stuckey, no creyó que fuera una actitud cristiana permitir que Lipe durmiera en sillas plegables afuera de la iglesia. Ella lo mandó a casa la noche del sábado con la promesa de que él y Helene se sentarían en el mejor lugar cuando llegaran por la mañana.
(Stuckey luego explicó que ella no estaba ansiosa por las multitudes que llegarían al pintoresco santuario. “No podría lograr poner en palabras lo mal que me sentía ante el solo pensamiento de prohibirle a las personas que entraran a nuestra iglesia. …Era muy posible que alguien hubiera viajado desde España para esta ocasión”).
Efectivamente, en la mañana, mientras los medios de comunicación entraban, allí estaba Lipe en primera fila con una corbata de líneas grises y blancas y con pantalones que hacían juego, sintiéndose más descansado por las horas que había dormido en su cama.
Helene Lipe estaba encantada de estar en primera fila para la enseñanza. Carter fue el primer presidente por el que ella y Ron votaron, y siempre han admirado su conducta como un hombre común y corriente.
“Él es una persona real. Simplemente parece auténtico”, dijo Helene Lipe. Existe una sensación de falsedad ligada a los políticos. Es solo su franqueza lo que lo hace ver como alguien con los pies en la tierra”.
Su esposo agregó: “Él sale y toma un martillo en donde otros expresidentes solo van y dan discursos”.
Ron Lipe dijo que no le sorprende en absoluto que Carter mantuviera sus compromisos cuando, teniendo en cuenta su estado de salud, cualquiera le permitiría al antiguo presidente que dejara de cumplirlos.
“Ese simplemente es Jimmy Carter. Eso es solo su dedicación hacia las personas”, dijo.
Un ejemplo de una vida humilde
Los presidentes tienden a “vivir vidas más grandes”, después del Despacho Oval, dijo Ken Mariano, quien viajó desde Manchester, Nueva Jersey, y estuvo haciendo cola fuera del santuario desde las 5:30 a.m.
“El presidente Carter es humilde”, dijo el maestro de ciencias políticas de 34 años de edad. “Él se fue a casa”.
La vida y las enseñanzas de Carter parecen resonar incluso con persuasiones políticas que él no comentó entre sus aliados mientras que estuvo en el cargo.
Tyler Knierim, de 19 años de edad, de Terre Haute, Indiana, había estado planificando hacer la peregrinación de 1.046 kilómetros durante dos meses. Él estaba especialmente impresionado con la afirmación de Carter en cuanto a que el amor de uno por el prójimo “muestra tu amor por Dios”, dijo.
“Soy un conservador, pero sus valores desde el día en que nació hasta ahora lo hacen una persona maravillosa. Él realmente define la expresidencia”, dijo.
Mil cuarenta y seis kilómetros pueden sonar como un largo recorrido, pero ciertamente no fue el más lejano que las personas viajaron para ver una enseñanza de Carter.
Cricket Keating, de 44 años de edad y antigua compañera de clase de secundaria de Amy, la hija de los Carter, y Lilian Beck, de 34 años de edad, viajaron más de 1.126 kilómetros desde Columbus, Ohio, para tomar el lugar de Ron Lipe al principio de la fila. La iglesia y su estacionamiento estaban vacíos cuando llegaron a la medianoche.
Keating asistía a la iglesia en Plains cuando era niña, y aunque ha perdido contacto con Amy, ella quería celebrar su cumpleaños el sábado allí. Jimmy Carter siempre fue “muy cariñoso y cordial conmigo”, cuando era niña, dijo.
“Quería estar entre las personas que lo apoyan. Necesitaba estar entre la multitud que está detrás de él en su lucha… en su última pelea”, dijo.
Cuando Carter entró en el santuario de color verde menta, con su propia cruz de caqui hecha a mano como telón de fondo, él comenzó su enseñanza preguntándoles a los feligreses desde dónde habían viajado.
“¡Georgia!” dijo voluntariamente un feligrés, seguido por Alabama, Tennessee, las dos Carolinas, Nebraska, Ohio, Kentucky, Ghana, Iowa, Florida, Indiana, Maryland, Luisiana, Pensilvania, Nueva Jersey, Texas, Illinois, Misisipi, California y Guatemala.
Un miembro de la congregación dijo: “¡Distrito de Columbia !”
“¡Yo solía vivir allí!”, bromeó Carter.
Antes de que comenzara la enseñanza de 45 minutos, Jan Williams –a quien los lugareños conocen como la Sra. Jan– dejó en claro que los miembros de Maranatha eran muy protectores con Carter, en especial ahora que él está luchando contra el cáncer.
El Servicio Secreto los examinará a todos, dijo. No permitieron que entraran carteras ni mochilas al santuario… solamente llaves, cámaras y “dinero para las bandejas de las ofrendas”. (Estas también las hizo Carter con caoba de las Filipinas).
Hagas lo que hagas: “No digas: ‘Siento mucho que tengas cáncer’”, dijo ella, recordándoles a todos el poder del refuerzo positivo.
Los apretones de manos propagan los gérmenes y fueron prohibidos, como también los aplausos antes y después de la enseñanza de Carter. Tampoco habría nadie perdiendo el tiempo durante las fotografías que los Carter les permitieron tomar después a aquellos que asistieron al servicio del domingo.
Cuando tomes tu foto, conserva tus manos afuera de tus bolsillos, en donde el Servicio Secreto pueda verlo a él, advirtió, además los grupos y las familias no deberán intentar tomarse fotos con los Carter por separado.
“Si vienes solo, no diré nada”, dijo Carter después. “Me preguntaré por qué no tienes ningún amigo”.