(CNN) – Las mujeres jóvenes pasan por el escenario, blandiendo sus violines como armas, sus tacones altos recargados de joyas reflejando las luces aéreas contra el escenario negro. Las cantantes de veintitantos años tienen todas las características de una banda de chicas de música pop promedio, hasta sus trajes ajustados y los peinados perfectos.
Pero la letra de las canciones revela cómo la banda, Moranbong, no es cualquier grupo musical.
“Como puede ser tan amable” cantan dulcemente las señoritas sobre su dictador represivo, Kim Jong Un. “Su sonrisa es tan cálida y dulce. No tengo más remedio que ser conquistada por él y su cálido corazón”.
Se creía que el propio Kim formó el grupo de chicas de Corea del Norte, Moranbong, en 2012 como un símbolo del giro a la modernidad de su país.
No es de extrañar que en una actuación en vivo en 2013, Moranbong mostrara imágenes de Kim en un proyector de pantalla gigante mientras tocaban sus sintetizadores y violines. La música entró en crescendo y otra imagen de un misil apareció. La multitud norcoreana se puso de pie y aplaudió con desaforo, en el típico estado hipnótico de las multitudes en el “Reino Ermitaño.”
El vídeo mostró el misil de largo alcance en lanzamiento, dirigido hacia el oeste, en dirección del Océano Pacífico. La multitud estalló en vítores entusiastas cuando el misil impactó en una imagen de los Estados Unidos.
Es el mismo mensaje con nuevo envoltorio, dice Yoo Ho Yeol, profesor de Estudios de Corea del Norte en la Universidad de Corea. El profesor Yoo y otros analistas de Corea del Norte dicen que la influencia occidental en la cultura de la RPDC es perceptible y calculada, principalmente en moda y música.
Yoo cree que estos cambios son probablemente más estéticos; no indicativos de una aceptación auténtica y fundamental de nuevas ideas. En todo caso, la acogida del régimen a la cultura occidental tiene una motivación política para consolidar el apoyo a Kim.
El mensaje, dice Yoo, es que Kim “…es un líder que está familiarizado con esta cultura e imagen o vida extraña y nueva y avanzada”, y que esto sería visto como revolucionario, consolidando su popularidad entre su pueblo.
Uniformes modernos
Las señales de la influencia occidental también están apareciendo en lugares destacados en la moda de Corea del Norte. En la portada de una revista de propaganda de Corea del Norte este mes, cinco auxiliares de vuelo jóvenes sonrientes caminan por lo que parece ser el Aeropuerto Internacional de Sunan Pyongyang, revelando los nuevos uniformes para la única línea aérea de Corea del Norte, Air Koryo.
Las trajes azules oscuros tallados de las auxiliares de vuelo parecen más Chanel que Stalin, en sustitución de los sobrios trajes de la era soviética anteriores. Se informa que el propio Kim Jong Un ordenó que se modernizaran los uniformes.
La esposa de Kim
La nueva Corea del Norte se puede observar de manera más prominente en la esposa de Kim Jong Un, Ri Sol Ju. La televisión local ha mostrado a la primera dama de la RPDC, como la Kate Middleton de la nación, llevando bolsas de diseñador y luciendo trajes muy elegantes.
La música y ropa pop encajan en la narrativa del líder juvenil, que a menudo aparece de visita en las obras de construcción para laboratorios científicos y parques acuáticos elaborados de la televisión norcoreana. Las noticias nacionales con frecuencia informan que Kim está volando su propio jet privado - un líder progresista en constante movimiento.
¿La ‘mosquitera’ de Corea del Norte?
La peculiaridad de la acogida de determinados gustos musicales occidentales y moda del régimen es que toman prestado en gran medida de su enemigo declarado, Corea del Sur. Moranbong es semejante al grupo de chicas más popular del Sur, Girls’ Generation. Es aún más irónico cuando, en su último conflicto, Corea del Norte se opuso a la estruendosa música Kpop de los altavoces gigantes de propaganda de Corea del Sur.
El Profesor Yoo lo llama el “mosquitero” de Corea del Norte, dejando entrar solo lo que el régimen quiere y descartar los mensajes potentes de democracia y libertad de elección personal. Este último presenta un riesgo potencial para el régimen - no uno militar, pero si uno causado por la curiosidad humana.
“Puede ser que las personas quieran ver más allá de la pantalla”, dice. “Es inevitable y podría ser un riesgo para el mismo régimen. Pueden venir consecuencias inesperadas”.