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(CNNMoney) — No es ningún secreto que los demócratas necesitan que la economía estadounidense se mantenga fuerte hasta el día de las elecciones de 2016. En este momento, la mayor amenaza a ello es China.

Nadie sabe exactamente cuánto se está desacelerando la economía china. Pero hay un amplio acuerdo en que el país no está creciendo al 7% como dice el gobierno.

Las dificultades de China se están sintiendo en todo el mundo. Ya han enviado a la recesión a Canadá y a Brasil, y provocaron que el mercado de valores estadounidense se hundiera drásticamente a finales de agosto.

Existe el temor de que la economía mundial pueda empeorar en los próximos meses y eso afecte a Estados Unidos, justo a medida en que los estadounidenses realmente empiezan a estar atentos a la elección presidencial.

“Ni Clinton ni Biden pueden escapar de la economía de Obama”, dice Larry Sabato, director del Center for Politics de la Universidad de Virginia. “O recogerán los frutos o soportarán la carga”.

Este debería ser el momento de los demócratas

China está frustrando el mensaje económico de los demócratas. Esto debería haber sido un momento de gloria para ese partido. Deberían estar presumiendo de cómo el presidente Barack Obama y su equipo —incluyendo a Hillary Clinton y Joe Biden— revivieron a Estados Unidos de la peor recesión desde la época de la Gran Depresión.

La mayoría de los países está mirando con envidia a Estados Unidos en este momento. El país está creciendo a un saludable 2,3%. El año pasado fue el mejor año en crecimiento del empleo desde 1999. El dólar es fuerte, la gasolina es barata e incluso el sector automotriz se está recuperando.

“Este no es el peor historial para postularse”, dijo el multimillonario de los fondos de cobertura Jim Chanos, quien ha comprometido su apoyo a Joe Biden.

Pero casi nadie está hablando de los triunfos de la economía de Obama. En vez de eso, la conversación ahora está dominada por China, el mercado de valores y un sentido creciente de preocupación. El Fondo Monetario Internacional acaba de advertir que espera un crecimiento más débil.

China y los nervios están en boca de todos

Existe una sensación general, tanto en Wall Street como entre los ciudadanos comunes, de que que, si bien Estados Unidos se está desempeñando bien ahora, el resto del mundo podría arrastrar hacia abajo al país.

“Un día como cuando el Dow bajó 1,000 puntos hace que algunas personas se preocupen de que la economía comenzará a ablandarse. Eso es un temor natural”, dice Greg Valliere, director de estrategia política de Potomac Research.

Septiembre podría ser difícil para los demócratas

Es poco probable que septiembre trate con más amabilidad a los demócratas en lo que respecta a la economía.

La Reserva Federal se reunirá el 16 y 17 de septiembre. El Banco Central estadounidense no está seguro ahora de que la economía sea lo suficientemente fuerte como para manejar un alza de las tasas de interés por primera vez en una década.

Independientemente de lo que decida la Fed, es probable que cause más vaivenes en el mercado de valores. Y si el Banco Central no eleva las tasas, habrá aún más preocupaciones sobre grietas en la economía de Obama.

Además de eso, el presidente de China, Xi Jinping, llegará para reunirse con el presidente Obama en una gran cumbre. Es casi seguro que la economía global será un punto clave de la discusión. El Papa Francisco también visitará Estados Unidos. Es ampliamente esperado que critique los principales problemas de desigualdad en el país.

Un largo camino para el día de las elecciones

Como si China y el mercado de valores no fueran los suficientemente preocupantes, la mayoría de los estadounidenses creen que sus hijos no estarán mejor que sus padres.

“Esta es la primera generación para la que el ‘sueño americano’ —trabajar duro, trabajar en la misma empresa durante 40 años, tener una buena pensión— desaparecerá”, dice Steve Schale, un estratega demócrata que forma parte del campamento Draft Biden. “Es una época muy inquietante”.

Por supuesto, todavía hay un largo camino por recorrer hasta el día de las elecciones. Muchas cosas pueden cambiar en China, Estados Unidos y en el resto del mundo.

Pero en este momento, los demócratas se enfrentan a un problema de comunicación cada vez más difícil respecto a la economía.